Decía Sun Tzu que vencer al enemigo sin darle batalla era el supremo arte de la guerra. Apple parece tener otra filosofía: agarrar a sus rivales por el gaznate.
Apple es conocida por la defensa agresiva de su propiedad intelectual, sin embargo, son ya varios intentos fallidos en los últimos enfrentamientos. La multinacional estadounidense ha recibido recientemente un nuevo revés en su encarnizada guerra de patentes que mantiene desde hace años con algunos de sus competidores más fuertes en todo el mundo.
En el último desencuentro, la surcoreana Samsung jugó sus cartas y ganó. Las consecuencias no son baladíes.
Por decisión de la Comisión de Comercio de EE.UU. a principios de mes, Apple no podrá vender en EE.UU. algunas de sus viejas versiones de celulares y tabletas por infringir patentes de Samsung, lo que representa la primera victoria para la surcoreana en territorio de su rival. En cuanto se conoció el dictamen, Apple aseguró que apelaría la sentencia, y dará así continuidad al sinfín de juicios y sanciones.
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Pero estas disputas legales son parte de una guerra global sobre patentes, que ha llevado a las dos compañías a enfrentarse en más de 20 países desde que Apple comenzara en mayo de 2011 a litigar contra Samsung en demandas por infracción de patentes.
Descubra cuáles son los temas y los últimos enfrentamientos que llevan a los gigantes tecnológicos a verse las caras en los tribunales.
clic clic clic 1. La tecnología y el diseño
Tecnología y diseño innovadores
Un ir y venir de denuncias y apelaciones interminables caracterizan la carrera de las grandes corporaciones por controlar las patentes de los innovadores avances tecnológicos y diseños que dan forma a los dispositivos móviles de última generación.
En septiembre de 2012, en Alemania, un fallo dictaminó que la Samsung Galaxy Tab copió la tecnología patentada por Apple para sus productos iPad y iPhone y, como consecuencia, prohibió la venta de las tabletas surcoreanas en el país.
El mismo mes, un jurado estadounidense sentenció a Samsung a indemnizar a Apple con más de US$1.000 millones por daños y perjuicios después de que la compañía surcoreana violara supuestamente varias patentes del diseño de dispositivos móviles de Apple.
Pero Apple y Samsung no son los únicos protagonistas del cuadrilátero.
La taiwanesa HTC y Motorola ya tuvieron sus encontronazos con la firma de Cupertino.
Con la primera, Apple llegó a un acuerdo de licencias después de ganar un juicio que prohibiría la venta de los dispositivos HTC en Estados Unidos.
La californiana tenía a su adversario contra las cuerdas, por lo que HTC aceptó los términos del contrato que nunca se hicieron públicos, pero por los que accedió a una licencia de uso de 10 años.
Las denuncias de Apple se habían centrado en el plagio por parte de la compañía taiwanesa del interfaz del iPhone, principalmente en su hardware y diseño de la arquitectura del dispositivo.
Justo antes de la guerra de Apple contra Samsung, y aún en medio de la trifulca con HTC, la firma de la manzana mordida se embarcó en otra intensa batalla legal contra Motorola.
El cruce de demandas se centró, en este caso, en si la licencia de un fabricante de componentes se traslada al siguiente fabricante que incorpora el componente en el equipo.
¿iPhone o iFone?
Apple acumula varias disputas legales para conservar y proteger su nombre en el mercado pero, a menudo, le ha resultado fallida la jugada.
El próximo frente de batalla está en México. La empresa de Cupertino inició un litigio contra la marca iFone, que vende sistemas y servicios de comunicación, por el uso del nombre parecido al de los celulares iPhone del gigante estadounidense.
En 2003, la empresa mexicana patentó su nombre y desde entonces ha hecho uso de él.
"iPhone" en Brasil no pertenece a Apple
En Brasil, el INPI (Instituto Nacional de Propiedad Industrial) determinó que el nombre de "iPhone" en el país pertenecía a una compañía local de dispositivos electrónicos llamada Gradiente, que lo había patentado en el año 2000.
Apple se quedó sin los derechos exclusivos para utilizar la marca en el país.
Apple, sin embargo, registró su marca cuatro años después, en 2007, pero el IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial) no le permitió patentar la marca como prestación de servicios sino en la categoría de terminal móvil.
Desde entonces, Apple inició trámites legales para derrocar a la empresa mexicana y conseguir la patente, argumentando que no se estaba utilizando la marca.
iFone pudo demostrar con facturas y documentos legales que hacía uso de su marca desde su registro. Por ello, los tribunales no ven el motivo por el que deban quitarle el derecho de patente a iFone para concedérselo a Apple.
A pesar de la insistencia de esta última, todas las instancias le han dado razón a iFone.
Tras años de litigios, en 2012 la empresa mexicana pasó a la ofensiva con una denuncia. Argumentó que siendo iFone el legítimo propietario de la marca, Apple había estado vendiendo celulares bajo su marca durante el tiempo que duraron los juicios.
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A la caza del troll
No sólo Apple ha salido a luchar contra rivales extranjeros para asegurarse una primera posición en venta de celulares inteligentes en el mundo. También ha tenido enemigos en casa, muy difíciles de controlar.
Son llamados trolls de las patentes.
Un troll es un ser sobrenatural, peligroso y un poco feo, de la mitología nórdica y del folclore escandinavo. Quizás no sean feos o torpes, pero los trolls del siglo XXI son una amenaza para las corporaciones de tecnología y software en todo el mundo.
"Troll de las patentes" es un término que hace referencia a inversores en el mundo de los negocios que compran patentes con las que exigen pagos considerables a empresas a las que acusan de vulnerar las licencias. A menudo, las compañías prefieren pagar a enfrentarse a los costos de una batalla legal.
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Afortunadamente para Apple y otros gigantes tecnológicos, la guerra de patentes en Estados Unidos tiene un influyente árbitro que pelea por ellos: Barack Obama.
El presidente estadounidense puso sobre la mesa la pasada semana una serie de propuestas para "asustar" a estos compradores de patentes.
En 2011, el Congreso ya había aprobado una reforma (American's Invents Act) que pretendía evitar las amenazas de demanda a las corporaciones de re-examinar la patente con el objetivo de alcanzar un acuerdo extrajudicial de un monto menor que el del valor de la patente. Para evitar los costos legales de la batalla, muchas empresas preferían pagar a estos individuos.
Un troll en Apple
La firma de Cupertino ya tiene experiencia con estos litigantes.
Hace un año, la compañía estadounidense Flatworld demandó a Apple por infringir algunos gadgets dos de sus patentes.
Hace apenas unos meses, Apple descubrió que un abogado que trabajaba para el bufete que le asesoraba sobre temas legales de patentes controlaba un 35% del accionariado de la empresa demandante y que podría haber utilizado información privilegiada para llevar a cabo la acción.
Si el Congreso apoya las nuevas propuestas, los tribunales ganarían poder para imponer sanciones a quienes consideren iniciar litigios "frívolos" sobre patentes. Además, el propietario de la patente que presente una demanda no podría esconderse tras el nombre de una empresa y debería aclarar cómo se está infringiendo la patente.
Los compradores argumentan que la obligación de publicar el dueño de una patente ante un tribunal podría revelar la estrategia comercial del propietario respecto a sus rivales.
Aunque Apple ha perdido algunas sonadas batallas últimamente, ello no implica que dé la guerra por perdida.
Parece que aún quedan muchas demandas y apelaciones por delante hasta que los gigantes alcancen la "paz tecnológica".