La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inauguró este viernes el Arena Fonte Nova, en la ciudad de Salvador, que será una de las sedes del Mundial de Fútbol 2014.
Tres partidos de la Copa Confederaciones se jugarán en junio próximo en el estadio.
Rousseff recorrió las tribunas y, acompañada de varios funcionarios, se quitó los zapatos y dio un simbólico "puntapié inicial" ante miles de obreros que trabajaron en la construcción.
El pasado fin de semana, cuando se pusieron en venta las entradas para el primer partido en el Arena Fonte Nova, entre los equipos rivales Bahía y
Vitoria, la policía tuvo que dispersar con gases lacrimógenos a la gente que se alborotó frente a las boleterías.