Puede un mundo 100% orgánico producir suficiente alimento para toda la población?

Hay una región en el mundo que ha logrado alcanzar el estatus de 100% orgánico.

Se trata de Sikkim, un estado en el norte de la India, limítrofe con Bután, Nepal y China.

Allí, el gobierno ha prohibido completamente el uso de fertilizantes sintéticos y pesticidas en los campos de arroz y maíz que pueblan los alrededores del Himalaya.

Antes de eso había estado alrededor de una década integrando las prácticas agrícolas con lo que dicta la naturaleza. El gobierno regional asegura que su experiencia es una “hoja de ruta” para conseguir un planeta 100% orgánico.

Pero no todos están de acuerdo en que el mundo entero podría, o debería, seguir su ejemplo.

Los visitantes de Sikkim llegan para respirar aire fresco y comer alientos orgánicos, además de visitar las atracciones turísticas.
¿Ser orgánico o no?
Sin duda el sector turístico se ha beneficiado: el número de visitantes se ha duplicado desde 2014.

“Las personas [vienen] de ciudades o países extranjeros porque desean vivir en casas familiares dentro de pequeñas aldeas para disfrutar del aire limpio del Himalaya y comer alimentos orgánicos”, dice Prem Das Rai, diputado de Sikkim en la cámara baja del parlamento de la India.

La agricultura en Sikkim es el sustento de aproximadamente el 80% de la población. De ella depende su trabajo y su alimento.

Los pesticidas pueden viajar por el aire y contaminar aguas y suelos cercanos.
“La agricultura orgánica es beneficiosa para los agricultores porque tiene menos costos [con pesticidas, fertilizantes y combustible] en comparación con los métodos químicamente intensivos de cultivo convencional”, asegura Rai.

“Es mejor para el suelo, el medio ambiente, la salud pública y la nutrición”.

Impacto medio ambiental
La comida orgánica, por supuesto, fue la fuente de alimento del mundo durante siglos. Pero si podemos, o debemos, volver a un mundo 100% orgánico es un debate candente.

Por un lado, quienes apoyan un modo de vida orgánico dicen que los fertilizantes sintéticos y los pesticidas que se usan en la agricultura no se quedan simplemente en el suelo donde se utilizan, sino que también contaminan las granjas vecinas, las fuentes de agua e incluso el aire.

La filosofía orgánica también dice estar del lado de la biodiversidad porque valora las variedades locales en oposición a los alimentos modificados genéticamente, los alimentos transgénicos, la irradiación, los antibióticos profilácticos y las nanopartículas de ingeniería.

Para el estado de Sikkim, la conversión a la agricultura orgánica ha sido “trascendental”, asegura Naciones Unidas.
El doctor John Paull, de la Escuela de Tierras y Alimentos de la Universidad de Tasmania (Australia), dice que la agricultura que utiliza químicos es ambientalmente insostenible y eso tiene un impacto en la seguridad alimentaria.

“Si seguimos por el camino en el que estamos ahora, de estrechar la base de los alimentos reduciendo los cultivos y la diversidad genética, se creará una inseguridad que pagaremos en el futuro”.

“Peor calidad”
La industria alimentaria, por otro lado, tiene una visión muy diferente.

Ellos dicen que los cultivos orgánicos son de peor calidad y dan más problemas. Esto hace que los precios sean más altos, una diferencia que acaba pagando el consumidor.

Científicos de universidades como Stanford o Cornell (ambas en Estados Unidos) han cuestionado la idea de que los alimentos orgánicos sean más beneficios para la salud humana o el medio ambiente.

Además, la agricultura orgánica requiere más tierra que la química, debido a sus bajos rendimientos.

La industria alimentaria convencional dice que los productos orgánicos son más caros y dan mayores problemas de cultivo.
Convertir todos los cultivos en orgánicos, por tanto, aumentaría aún más la demanda de tierra, lo que puede conducir a la deforestación.

Otro reto es la demografía. Se cree que la población mundial aumentará de los actuales 7,6 mil millones a 10 mil millones para 2050.

¿Podemos alimentar a más personas con una agricultura menos productiva?

¿Suficiente alimento para todos?
“No podemos centrarnos solo en la producción, también tenemos que abordar el consumo”, dice Adrian Muller, investigador del Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica (FiBL por sus siglas en inglés), con sede en Suiza.

Intentó abordar ese enigma en un estudio publicado el año pasado en la revista científica Nature Communications.

Para convertir el 60% de los cultivos en orgánicos con solo un aumento “marginal” del uso de la tierra, por ejemplo, nuestro consumo de productos animales, como carne, leche y huevos, tendría que reducirse en un tercio.

La producción de piensos para ganado compite por el uso de la tierra con la producción de alimentos para humanos.
Y es que, según la FAO, el ganado ocupa el 59% de las tierras sin hielo del mundo (26% para el pastoreo y 33% para la producción de piensos), mientras que solo representa el 15% de las calorías.

Al mismo tiempo, los residuos de alimentos deberían reducirse a la mitad, de acuerdo con la ecuación de FiBL.

Lógica defectuosa
“Las fallas en esta lógica son evidentes”, escribió el periodista experto en medio ambiente Mark Lynas, en un artículo publicado por Cornell Alliance for Science, una universidad que aboga por el uso de la biotecnología en la agricultura.

Lynas argumentó que “sin embargo, aunque para muchos el vegetarianismo puede estar motivado tanto por la protección del medio ambiente como el cuidado de la salud propia, lo cierto es que el consumo de productos animales está aumentando, no disminuyendo, a medida que los países en vías de desarrollo alcanzan niveles de vida más altos”.

En cuanto al desperdicio de alimentos, el experto reconoce que no hay solución fácil para un problema “increíblemente complejo e intratable”.

Potencial insatisfecho
Pero la producción de alimentos orgánicos se está volviendo cada vez más popular.

Aunque solo el 1,2% de las tierras agrícolas del mundo tienen el certificado de ser orgánicas, el año pasado 178 países cultivaron alimentos orgánicos, según FiBL.

A nivel mundial, todas las tierras agrícolas certificadas como orgánicas suman 58 millones de hectáreas, aproximadamente el tamaño de Ucrania o Kenia.

Casi la mitad de esta área se encuentra en Australia, donde el ganado pasta en extensos campos.

La mitad de las tierras que hay en el mundo certificadas como orgánicas están en Australia.
Este es una idea un tanto alejada de lo que el doctor Paull llama “Otopia”, la utopía de un mundo totalmente orgánico, el sueño del movimiento orgánico, pero es un movimiento que está creciendo.

La fuerza del mercado
El rechazo contra los productos químicos en la agricultura ha creado un mercado global con un valor de casi US$90 mil millones, según el FiBL.

Si bien los países desarrollados son los principales mercados de consumo, EE.UU. es el más grande; los suizos y los daneses son los que más gastan per cápita.

También parece que también hay un fuerte gusto por los productos orgánicos en las principales economías emergentes.

En una encuesta realizada en 2017 por la firma de datos de mercado GfK, los consumidores en China, Rusia y Brasil resultaron ser los que más consideran la etiqueta “orgánico” como un factor importante a la hora de elegir con qué se alimentan.

El mercado de productos orgánicos ha crecido cerca de US$90.000 millones, según FiBL (Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica).
En algunas partes de Brasil, las autoridades están obligadas a priorizar los productos orgánicos cuando se trata de contratar los servicios de comedor de los colegios.

Aprovechando la demanda
En Sikkim, el congresista Rai dice que la “marca orgánica” está atrayendo a nuevos empresarios interesados ​​en desarrollar técnicas agrícolas orgánicas de una manera moderna y científica.

“Muchos jóvenes con estudios están recurriendo a la agricultura orgánica después de reconocer el inmenso potencial que se puede extraer si se aprovecha la demanda orgánica global”, sostiene.

El cultivo orgánico está atrayendo a nuevos jóvenes emprendedores, asegura el congresista Rai.
“No hace falta decir que el mundo debería avanzar hacia la transformación orgánica. En muchos sentidos esto ya ha comenzado”, agrega.

“De manera holística, es lo correcto en el siglo XXI. Los beneficios y el impacto socioeconómicos superarán con creces cualquier otro inconveniente”, concluye.

Fuente: www.bbc.com

Cambio climático: ¿por qué el mundo está en una etapa crucial para su futuro?

El clima del planeta ha estado cambiando constantemente a lo largo del tiempo geológico.

La temperatura promedio mundial actual es de aproximadamente 15 °C, aunque la evidencia geológica sugiere que ha sido mucho más alta y más baja en el pasado.

Sin embargo, el período actual de calentamiento está ocurriendo más rápidamente que los eventos registrados en el pasado.

A los científicos les preocupa que la fluctuación natural, o la variabilidad, esté siendo superada por un calentamiento rápido provocado por el ser humano, el cual tiene serias implicaciones para la estabilidad del clima del planeta.

Es por ello que la conferencia de la COP24 de Katowice, Polonia, es un evento clave para lograr que los países del mundo lleguen a un acuerdo de medidas para evitar un acelerado calentamiento del planeta y sus consecuencias.

La Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Cambio Climático 2018 (conocida como COP24) convoca a representantes de países de todo el mundo en Polonia
Para entender la problemática del cambio climático, te ofrecemos una explicación de los conceptos básicos para entender qué es este concepto y cómo puede afectarnos en el futuro cercano.

(Más cercano de lo que se cree).

¿Qué es el efecto invernadero?
El efecto invernadero se refiere a la forma en que la atmósfera de la Tierra atrapa parte de la energía del Sol.

Esa energía solar que se irradia hacia el espacio desde la superficie de la Tierra es absorbida por los gases de efecto invernadero y remitida en todas direcciones.

La energía que se irradia hacia el planeta calienta por una parte a la atmósfera inferior, y por otra a la superficie.

Los mapas que revelan la verdad oculta de las ciudades del mundo
Sin este efecto la Tierra estaría unos 30°C más fría, lo cual haría que nuestro planeta fuera muy hostil para la vida como la conocemos.

Los científicos creen que estamos contribuyendo activamente al efecto invernadero natural con los gases liberados por la industria y la agricultura (conocidos como emisiones), los cuales hacen que se atrape más energía y aumente la temperatura.

Esto se conoce comúnmente como calentamiento global o cambio climático.

El más importante de estos gases de efecto invernadero, en términos de su contribución al calentamiento global, es el vapor de agua. Pero las concentraciones de éste muestran pocos cambios y persisten en la atmósfera solo por unos pocos días.

En cambio, el dióxido de carbono (CO2) persiste durante mucho más tiempo (tardaríamos cientos de años en volver a los niveles preindustriales).

Además, hay tanto CO2 que solo puede ser absorbido por reservorios naturales como los océanos.

La mayoría de las emisiones de CO2 producidas por el hombre se liberan a través de la quema de combustibles fósiles, pero también por la reducción de los bosques que absorben carbono.

Otros gases de efecto invernadero, como el metano y el óxido nitroso, también se liberan a través de actividades humanas, pero su abundancia general es pequeña en comparación con el dióxido de carbono.

La liberación de gases de la industria, en especial el CO2, es una de las mayores contribuciones humanas al calentamiento global.
Desde que comenzó la revolución industrial en 1750, los niveles de CO2 aumentaron más de 30% y los niveles de metano aumentaron más de 140%.

La concentración de CO2 en la atmósfera es ahora más alta que en cualquier otro momento en al menos 800.000 años.

¿Cuál es la evidencia del calentamiento global?
Los registros de temperatura que se remontan a finales del siglo XIX muestran que la temperatura promedio de la superficie de la Tierra ha aumentado en aproximadamente 0,8°C en los últimos 100 años.

Casi 0,6°C de este calentamiento ocurrió en las últimas tres décadas.

Cómo se comparan los años del siglo XXI con el promedio del siglo XX
1989

Los datos satelitales muestran un aumento promedio en el nivel global del mar de unos 3 milímetros por año en las últimas décadas.

Una gran proporción del cambio en el nivel del mar se debe a la expansión térmica del agua de mar: a medida que el agua de mar se calienta, las moléculas se vuelven menos densas y causan un aumento en el volumen del océano.

Pero el derretimiento de los glaciares montañosos y la disminución de las capas de hielo polar también contribuyen de manera importante.

La mayoría de los glaciares en las regiones templadas del mundo y a lo largo de la Península Antártica están decreciendo.

La disminución del hielo polar contribuye, producto del calentamiento de la Tierra, influye en el cambio climático.
Desde 1979, los registros satelitales muestran una disminución dramática en la extensión del hielo marino del Ártico, a una tasa anual del 4% por década.

En 2012, la extensión del hielo alcanzó un récord mínimo que fue 50% más bajoque el promedio de 1979-2000.

La capa de hielo de Groenlandia ha experimentado una fusión récord en los últimos años. Si se fundiera toda la capa de 2,8 millones de kilómetros cúbicos, los niveles del mar aumentarían en 6 metros.

Los datos satelitales muestran que la capa de hielo de la Antártida occidental también está perdiendo masa, y un estudio reciente indicó que la Antártida oriental, que no mostró una clara tendencia de calentamiento o enfriamiento, también puede haber comenzado a perder masa en los últimos años.

Los científicos alertan que si los hielos se derriten podría desaparecer Nueva York
Pero los científicos no esperan cambios dramáticos. En algunos lugares, la masa puede aumentar a medida que las temperaturas de calentamiento impulsan la producción de más nieve.

Los efectos de un clima cambiante también se pueden ver en la vegetación y en los animales terrestres.

Estos incluyen tiempos de floración y fructificación más tempranos para las plantas y cambios en los territorios (o rangos) ocupados por animales.

¿Hubo una “pausa”?
Algunos analistas han argumentado que, desde 1998, no ha habido un calentamiento global significativo a pesar de la cantidad cada vez mayor de dióxido de carbono que se emite.

Esta es la llamada “pausa” en el calentamiento.

Hay científicos que afirman que desde hace 20 años no se han registrado cambios significativos del clima, pese a la actividad humana.
Los científicos han tratado de explicar esto de varias maneras:

Variaciones en la salida de energía del Sol.
Una disminución del vapor de agua atmosférico.
Mayor almacenamiento de calor por los océanos.
Pero no ha habido un consenso general sobre el mecanismo preciso detrás de la pausa.

Y ahora parece que el hiato se ha detenido bruscamente: los años 2014, 2015 y 2016 fueron los tres años más calurosos desde que hay registros.

De hecho, un estudio publicado en la revista Science en junio de 2015 dudaba que hubiera habido una pausa de calentamiento.

¿Cuánto subirán las temperaturas en el futuro?
En su evaluación de 2013, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) pronosticó una serie de posibles escenarios basados en modelos informáticos.

La mayoría de las simulaciones indican que es probable que el cambio de temperatura de la superficie global para fines del siglo XXI supere los 1,5°C, comparado con las registradas en 1850.

Un umbral de 2°C se había considerado durante mucho tiempo como la puerta de entrada al calentamiento riesgoso.

Más recientemente, los científicos y los responsables de la formulación de políticas han argumentado que mantener el aumento de la temperatura en 1,5°C es un límite más seguro para el mundo.

Un informe del IPCC en 2018 sugirió que cumplir con esa meta requeriría “cambios rápidos, de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad”.

Incluso si reducimos drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en este momento, los científicos dicen que los efectos continuarán porque partes del sistema climático, especialmente grandes cuerpos de agua y hielo, pueden tardar cientos de años en responder a los cambios de temperatura.

También lleva décadas eliminar los gases de efecto invernadero de la atmósfera.

¿Cómo nos afectará el cambio climático si no se actúa?
La escala de los impactos potenciales es incierta, pero los expertos aseguran que estamos viviendo una etapa crucial para el futuro del planeta.

Los cambios podrían impulsar la escasez de agua dulce, modificaciones radicales en las condiciones de producción de alimentos, o aumento del número de muertes por inundaciones, tormentas, olas de calor y sequías.

Esto se debe a que se espera que el cambio climático aumente la frecuencia de los eventos climáticos extremos, aunque vincular cualquier evento individual al calentamiento global es complicado.

Los científicos pronostican que habrá más lluvia en general, pero dicen que el riesgo de sequíaaumentará en las zonas lejanas a las costas durante los veranos calurosos.

La distribución del agua es una de las más grandes amenazas del calentamiento global.
Se esperan más inundaciones por tormentas y aumento del nivel del mar. Sin embargo, es probable que haya variaciones regionales muy fuertes en estos patrones.

Los países más pobres, que están menos preparados para hacer frente a los cambios rápidos, son los que más sufren.

La extinción de plantas y animales son una consecuencia a medida que los hábitats cambian más rápido de lo que las especies pueden adaptarse.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la salud de millones de personas podría verse amenazada por el aumento de la malaria, las enfermedades transmitidas por el agua y la desnutrición.

Eventos de tiempo extremos serán más frecuentes a medida que el cambio climático avanza.
A medida que se libera una mayor cantidad de CO2 a la atmósfera, aumenta la captación de CO2 de los océanos, y esto hace que se vuelvan más ácidos.

Este proceso continuo de acidificación podría plantear problemas importantes para los arrecifes de coral del mundo, ya que los cambios en la química impiden que los corales formen su esqueleto calcificado que es esencial para su supervivencia.

También es previsible una liberación de grandes cantidades del gas metano de efecto invernadero a medida que se derrite el permafrost (el suelo congelado en el Ártico).

La “Gran Muralla Verde”, el muro de árboles que cruzará 11 países de África
Esto se conoce como una retroalimentación positiva del clima. Pero existen retroalimentaciones negativas que podrían compensar el calentamiento.

Varios “reservorios” en la Tierra absorben el CO2 como parte del ciclo del carbono, el proceso a través del cual el carbono se intercambia, por ejemplo, entre los océanos y la tierra.

La pregunta es ¿cómo se equilibrarán?

Y más aun, ¿qué hará la humanidad para evitar la aceleración del cambio climático?

5 emociones que no son exclusivas de los humanos

La capacidad de experimentar placer, dolor y miedo no es exclusiva de los seres humanos. De hecho, es vital para la supervivencia de los individuos de numerosas especies

Pero, ¿qué pasa con emociones más complejas, como la capacidad de sufrir por la pérdida de un ser querido o indignarnos cuando consideramos que han sido injustos con nosotros?

La biología evolutiva y las ciencias del comportamiento y el cerebro han demostrado que el sistema nervioso de los humanos tiene impactantes similitudes con el de algunos animales, sobre todo el de otros mamíferos.

Por eso, no debe sorprender que el experimentado primatólogo y antropólogo español Pablo Herreros asegure que algunas emociones que a menudo consideramos exclusivamente humanas, no solo las experimentamos nosotros.

A continuación 5 ejemplos de su libro “La inteligencia emocional de los animales”.

1. Sentido de la justicia

Especies como los monos capuchino pueden discernir entre lo que es justo y lo que no.
Una persona con inteligencia promedio es capaz de distinguir entre lo que es justo y lo que no. Y también primates como los monos capuchinos.

Estos mamíferos se niegan a cooperar cuando sienten que se les ha tratado de manera injusta, según un estudio del Centro Yerkes de Primates, en Atlanta, Estados Unidos.

Los científicos de ese centro llevaron a cabo un experimento en el que daban trozos de pepino a un grupo de estos monosa cambio de fichas plásticas.

Luego, uno de los investigadores le dio una uva -un alimento que los primates disfrutan más que el pepino- a solo uno de ellos.

Inmediatamente después el resto se negó a seguir colaborando. Algunos incluso les lanzaron los trozos de pepino en la cara a los científicos.

2. Deseo de venganza

Los elefantes son capaces de tener sentimientos de venganza.
Si a casi todos los humanos alguna vez nos pasa por la cabeza la idea de vengarnos, no hay razones para pensar que no le pasa lo mismo a algunos animales.

De hecho, es famoso el episodio que vivió India en 2016, cuando una manada de elefantes invadió la población de Ranchi (al noreste del país) obligando a los habitantes a correr por sus vidas.

Los elefantes buscaban el cuerpo de una hembra que había muerto luego de caer en un canal de irrigación.

Otros animales se han mostrado rencorosos y vengativos con sus agresivos adiestradores.

Los chimpancés, por ejemplo, guardan en su cerebro quiénes son sus amigos y sus enemigos. Si uno agrede a otro, sus amigos podrían vengarse.

3. Amor maternal

Así como en otras especies, el sentimiento maternal de las madres primate ha quedado demostrado por la ciencia.
Los seres humanos que tienen hijos tienden a ser amorosos y protectores con ellos. De tan conocida, ya es un cliché la frase “No hay amor como el de una madre”.

Y, en su libro, Pablo Herreros compila varios ejemplos de amor maternal de animales que han cuidado de sus crías con tanta pasión como la de una persona.

Este fue el caso de Christina, una chimpancé de Tanzania cuya cría nació con síndrome de Down y una herniaque le impedía sentarse por sí sola.

Investigadores de la Universidad de Kyoto, Japón, fueron testigos de los cuidados extremos de esta madre, que a veces dejaba de comer para atender a su cría.

La pequeña murió a los dos años de edad. Y durante ese tiempo, Christina no dejó que otros la cargaran, como si supiera que nadie podía hacerlo mejor que ella.

El caso de una madre elefante y su hija -que fue robada de la manada para llevarla a un campo de trabajo- también muestra este lado de las emociones en el mundo animal.

Tres años después volvieron a encontrarse tras los esfuerzos de una organización conservacionista. Ambas se quedaron quietas por una hora. Después comenzaron a unir sus trompas y acariciarse.

4. Sufrimiento amoroso

Los guacamayos pueden llegar a “morir de amor”.
Las rupturas amorosas y la pérdida de la pareja son motivo de sufrimiento para muchas personas.

Y Herreros destaca en su libro cómo los guacamayos, que son fieles a su pareja toda la vida, son criaturas especialmente frágiles ante este tipo de pérdidas.

Por ejemplo, si uno de los dos muere súbitamente, al otro le es difícil soportarlo: con frecuencia deja de comer y se debilita.

Algunos incluso pierden tanta fuerza que les es imposible agarrarse de los acantilados donde habitan y caen al vacío, muriendo aplastados contra las rocas.

¿Una forma de suicidio por amor?

5. Capacidad de Consuelo

Los ratones de campo, así como los delfines, los perros y los elefantes, entre otros, son capaces de consolar a un compañero que está sufriendo.
No solo las personas son capaces de tener empatía y sentir compasión por otros.

Un estudio publicado en la revista Science en 2016 demostró que animales como los topillos o ratones de campo son capaces de darse cuenta cuando sus iguales están sufriendo, y ofrecerles consuelo.

Al poner uno de estos roedores junto a otro altamente estresado, se demostró que el que estaba bien extremaba sus cuidados con el otro, para aliviarlo.

Al hacer esto, el cerebro del roedor estresado genera oxitocina -conocida como “la hormona del amor”- que los hace recuperar la sensación de bienestar.

Otros estudios han demostrado que los chimpancés consuelan a las víctimas de agresiones. Algo similar ocurre con delfines, elefantes y perros.

Fuente: www.bbc.com

4 mitos y realidades sobre las propiedades curativas del vinagre

Cuando mi hermano y yo éramos pequeños, en la década de los 80, nos encantaba ir a Long John Silver’s (la franquicia de restaurantes de comida rápida).

Pero no era solo por el pescado.

Era por el vinagre de malta. Destapábamos una botella de la mesa y bebíamos ese fuerte y delicioso néctar de los dioses.

¿Le resulta repulsivo a la mayoría de la gente? Probablemente. ¿Éramos unos adelantados a nuestro tiempo? Aparentemente.

Algunas publicaciones en redes sociales y búsquedas en internet dan a entender que beber vinagre es la cura para todo. Nuestros amigos y colegas nos cuentan historias sobre el poder curativo del vinagre de manzana para cualquier problema que mencionemos.

“Oh, ¿ese horrible dolor de espalda? Vinagre”. “¿Los últimos 5 kg que engordaste? El vinagre los eliminará de inmediato”. ¿La sífilis, otra vez? Ya sabes: vinagre”.

Como médico practicante y profesor de medicina, la gente me suele preguntar todo el tiempo sobre los beneficios de beber vinagre de manzana.

Disfruto de esos momentos porque me permiten hablar sobre la extensa historia del vinagre, y después encauzar la conversación hacia cómo podría ser beneficioso para ellos.

El vinagre se ha empleado a lo largo de la historia para preparar muchos alimentos. Algunos ejemplos son el del famoso médico griego Hipócrates, quien lo recomendó para el tratamiento de la tos y los resfriados, o el del médico italiano Tommaso Del Garbo, quien durante un brote de peste en 1348 se lavó las manos, la cara y la boca con vinagre con la esperanza de prevenir la infección.

¿Vinagre y agua? Una combinación histórica.
El vinagre y el agua han sido una bebida refrescante desde los tiempos de los soldados romanos hasta los atletas modernos, quienes lo bebían para apagar la sed.

Las culturas antiguas y modernas del mundo han encontrado buenos usos para el “vino agrio”.

Hay muchos testimonios históricos y anecdótico sobre las virtudes del vinagre, pero ¿qué dicen las investigaciones médicas sobre la cuestión del vinagre y la salud?

1 ¿Es bueno para la diabetes?
La prueba más fiable de los beneficios para la salud del vinagre proviene de algunas investigaciones en humanos con vinagre de manzana.

Un estudio demostró que puede mejorar los niveles de glucosa en la sangre en el caso de personas resistentes a la insulina. 11 sujetos “prediabéticos” tomaron 20 mililitros (algo más que una cucharada) y sus niveles de azúcar en sangre disminuyeron a los 30 o 60 minutos después de comer, más que el efecto de un placebo.

Eso es bueno, pero conviene recordar que solo fue demostrado en 11 personas prediabéticas.

El vinagre agrega sabor a la comida rápida, pero a veces puede tener beneficios para la salud, según los científicos.
2 ¿Adelgaza?
Otro estudio en adultos obesos demostró una reducción significativa de peso, grasa corporal y triglicéridos.

Los investigadores seleccionaron a 155 adultos japoneses para que ingirieran o bien 15 mililitros (casi una cucharadita) o 30 mililitros (un poco más que dos cucharadas) de vinagre cada día, o una bebida placebo.

Controlaron su peso, índice de grasa corporal y triglicéridos. En el caso del grupo que ingirió el líquido, los investigadores observaron una reducción en las tres cosas. Y aunque estos estudios necesitan ser confirmados por otras investigaciones mayores, son prometedores.

3 ¿Reduce la presión arterial?
Algunos estudios en animales, sobre todo ratas, muestran que el vinagre puede reducir la presión arterial y las células de grasa abdominal. Esos resultados pueden ayudar a sentar un precedente para estudios en humanos, aunque cualquier supuesto beneficio probado solo en animales es prematuro.

Algunos supuestos beneficios no han sido comprobados en humanos.
En general, los supuestos beneficios para la salud del vinagre deben ser confirmados por investigaciones más amplias en humanos. Y eso de seguro ocurrirá, pues se ha estado estudiando en humanos y animales hasta la fecha.

4 ¿Es malo para la salud?
¿Existe alguna evidencia de que el vinagre es malo para la salud? No realmente.

A menos que bebas cantidades excesivas o tomes un vinagre con un alto contenido de ácido acético, como el vinagre blanco destilado que se usa para la limpieza (el contenido de ácido acético del vinagre consumible es solo del 4 al 8%), o te lo frotes en los ojos (¡ay!), o lo calientes en ollas de plomo como hacían los romanos para endulzarlo…. En esos casos sí, es malo para la salud.

De hecho, no cocines nada en ollas de plomo. Eso siempre es malo.

Así que ponle a tu pescado y a tus papas aceite y vinagre. No te hará daño. Es posible que no sea tan bueno como esperas, y sin duda no es una cura para todo.

Pero es algo que puedes disfrutar con gente de todo el mundo. Así que alza esa botella de vinagre de malta conmigo y brindemos por nuestra salud.

Fuente: www.bbc.om

¿Cuál es la máxima velocidad humanamente posible y cuán cerca estuvo Usain Bolt de alcanzarla?

9,58 segundos. Eso tardó el corredor jamaiquino Usain Bolt para completar los 100 metros más veloces de la historia.

Ese récord lo marcó en el Campeonato Mundial de Atletismo en Berlín, Alemania, en 2009.

Para alcanzar ese tiempo, Bolt debió correr a 45 kilómetros por hora (kph). Nadie hasta ese entonces había corrido tan rápido y nadie lo ha vuelto a hacer, incluyendo al propio Bolt.

Sin embargo, diversos expertos aseguran que esa no es la máxima velocidad humanamente posible.

El programa de la BBC “Los casos curiosos de Rutherford y Fry”, que responde preguntas enviadas por la audiencia, recientemente recibió esta del historiador Greg Jenner:

“¿Qué tan rápido puede correr un humano y seríamos más veloces si fuésemos cuadrúpedos?”

Las claves de la velocidad
Para averiguarlo, los científicos Hannah Fry y Adam Rutherford comenzaron por investigar qué nos hace ser rápidos y si algunas personas tienen mayores ventajas físicas para correr a grandes velocidades.

Se lo consultaron a uno de los principales expertos mundiales en la biomecánica de correr, Peter Weyand, de la Universidad Metodista del Sur en Texas, Estados Unidos.

Los corredores más veloces comparten ciertas características físicas.
“Hay un viejo dicho entre corredores que dice que los velocistas nacen y no se hacen”, contó Weyand, quien explicó que hay ciertas características que son necesarias para correr rápido.

“Se requiere tener un cierto tipo de cuerpo, no se puede tener mucho peso, y hay un predominio de fibras musculares de contracción rápida”, señaló.

Sobre esto último explicó que el cuerpo tiene una variedad de fibras musculares que funcionan “de forma similar a los cambios en una bici: para diferentes circunstancias usas diferentes cambios”.

“Los músculos de contracción lenta en las piernas son los que solemos usar para estar parados y caminar. Se contraen más lentamente y son más lentos para generar fuerza”.

“Cuando quieres tomar velocidad usas las fibras musculares de contracción rápida que son más energéticas y aplican fuerza al suelo en un corto período de tiempo, pero se fatigan rápidamente”, explicó.

Parte de la respuesta está en as fibras musculares.
Algunos han sugerido que los velocistas tienen una proporción mucho más alta de estos músculos de contracción rápida, mientras que los corredores de maratones tienen fibras de contracción más lenta, que les dan mayor resistencia.

Pero Weyand asegura que no es tan sencillo.

“Hay un predominio de fibras de contracción lenta en los maratonistas y de contracción rápida en los velocistas pero no hay absolutos”, dijo el experto en biomecánica.

“En los primeros estudios vimos que hay corredores de resistencia que tienen hasta un 50% de fibras de contracción rápida así que estas fibras no son una garantía (de cómo la persona correrá)”, aseguró.

¿Tu origen determina tu velocidad?
La cantidad de fibras de contracción rápida o lenta que tiene cada cuerpo también ha sido asociado con el hecho de que muchos originarios de África Occidental son buenos velocistas mientras que corredores de países del este de África, como Etiopía y Kenia, son buenos maratonistas.

¿Por qué algunas personas son mejores velocistas y otras, como los keniatas y etíopes, son excelentes maratonistas?
“Sabemos que hay una base genética que explica el éxito de estos maratonistas ya que han evolucionado en lugares de mucha altitud donde hay poco oxígeno”, explicó el presentador del programa, Adam Rutherford.

“Lo curioso es que existe esa misma mutación genética en las personas de Nepal y en algunas comunidades holandesas pero ellos no son famosos por ser buenos corriendo largas distancias”, agregó.

La conclusión es que son varios los factores que explican el fenómeno.

“Está lo genético pero también el interés cultural por practicar cierto deporte. Y es muy difícil diferenciar todos los elementos que te hacen un gran corredor”, concluyeron los presentadores.

¿Hay un límite?
Pero ¿hay una manera de calcular el máximo potencial de velocidad humano?

¿Podrá alguien superar esos 9,58 segundos que tardó Usain Bolt en completar los 100 metros en 2009?

Y ¿qué tiene Bolt que logró romper un récord que nadie ha podido igualar en casi una década?

¿Podrá alguien correr más rápido que Bolt?
La científica deportiva Polly McGuigan explicó qué distingue a Bolt de otros corredores.

“Lo que lo hace diferente como velocista es que es muy alto. La mayoría de los velocistas miden cerca de 1,80 metros. Usain Bolt mide 1,95 y con esa mayor altura tiene piernas más largas”, señaló.

La altura de Bolt hace que con cada paso avance unos 15 centímetros más que sus rivales.

Sin embargo, McGuigan cree que es posible que vengan otros deportistas que sean aún más rápidos que Bolt.

“Eso dependerá de cuánta fuerza puedan generar con los músculos de sus piernas para soportar el peso de su cuerpo”, explicó.

Pero ¿cuánto más rápidos podrían ser?

Eso es lo que calculó el profesor de ingeniería deportiva Steve Haake de la Universidad de Sheffield.

Haake analizó la información sobre el rendimiento pasado de corredores y la extrapoló hacia el futuro, para calcular el límite máximo de velocidad humana.

¿Su predicción? 9,41 segundos (17 segundos menos que el récord de Bolt), un tiempo que, estima, se alcanzará “en las próximas décadas”.

¿Mejor cuadrúpedos?
Y ¿qué hay con la segunda parte de la pregunta que envió el oyente: “¿Seríamos más veloces si fuésemos cuadrúpedos?”.

Haake hizo el cálculo. Se basó en un dato que halló un científico llamado Rob Alexander que estableció que la velocidad que alcanza un animal está proporcionalmente relacionada con el largo de sus extremidades.

Algunos tipos de simios pueden alcanzar velocidades increíbles.
Tomando como referencia la velocidad de un mono patas (o rojo), que puede correr a 55 kph, Haake estableció que los humanos podríamos hipotéticamente alcanzar los 72 kph si fuésemos cuadrúpedos.

Aunque una cosa es la teoría y otra la realidad…

Increíblemente un hombre en Japón que tenía la misma duda decidió entrenarse durante 10 años para tratar de correr como un simio.

Kenichi Ito (apodado “el corredor mono”) corrió los 100 metros en cuatro patas en 2015 y tardó 15,71 segundos… lejos de los potenciales 72 kph pero solo 6,13 segundos menos que Bolt. ¡Nada mal!

Fuente: www.bbc.com