Crisis migratoria: Honduras acepta recibir a solicitantes de asilo deportados por EE.UU.

Crisis migratoria: Honduras acepta recibir a solicitantes de asilo deportados por EE.UU.

Honduras y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo por el que el país centroamericano aceptará migrantes que deseen solicitar asilo en el país norteamericano.

Según el acuerdo, Estados Unidos podrá deportar a Honduras a solicitantes de asilo que hayan atravesado el país centroamericano en su camino hacia el norte.

Voces críticas dicen que Honduras, que tiene una de las tasas de homicidio más altas del mundo, no es un destino seguro para aquellos que huyen de la violencia y la pobreza.

Guatemala y El Salvador han firmado ya acuerdos similares con EE.UU.

Estados Unidos lleva un tiempo intentando firmar acuerdos de «tercer país seguro» con otros países, lo que le permitiría devolver a solicitantes de asilo que pasen por otras naciones en su travesía hacia EE.UU. sin pedir asilo allí.

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Para el presidente estadounidense, Donald Trump, la reducción del número de migrantes que cruzan la frontera entre EE.UU. y México es una prioridad.

La mayor parte de aquellos que llegan a la frontera sur de EE.UU. proceden de los tres países centroamericanos que conforman el llamado Triángulo Norte: Honduras, Guatemala y El Salvador.

Muchos de ellos recorren un largo y peligroso camino en su intento de comenzar una nueva vida en EE.UU.

Los tres acuerdos deben superar todavía un complejo proceso de apelaciones legales y debates de ratificación en sus correspondientes parlamentos nacionales.

¿En qué consiste el acuerdo con Honduras?
Este miércoles, un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense le dijo a la prensa que el acuerdo con Honduras «les permitirá a los migrantes buscar protección lo más cerca posible de casa».

Expertos migratorios citados en el periódico hondureño ·El Heraldo señalaron que cubanos, venezolanos, nicaragüenses y algunos africanos pasan por Honduras en su avance hacia EE.UU.

El acuerdo firmado con EE.UU. significaría que, según cálculos del diario, cada año unos 26.000 migrantes se quedarían en Honduras a la espera de la resolución de sus solicitudes de asilo, las cuales pueden demorar años en ser procesadas.

Los presidentes de Honduras y Estados Unidos dejaron ver su sintonía en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.
Los grupos de defensa de los migrantes alegan que Honduras nunca debería ser considerado lugar seguro para solicitantes de asilo, que a menudo huyen de la violencia de las pandillas en sus propios países.

También denuncian que aunque los migrantes quisieran solicitar asilo en Honduras, el sistema está tan descompuesto y falto de personal que prácticamente ninguna solicitud recibiría la atención necesaria.

Mientras tanto, el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, ha sido señalado como co-conspirador en un caso de tráfico de drogas por el que su hermano, Tony Hernández, ha sido formalmente acusado en un tribunal federal de Estados Unidos.

El mandatario sostiene que no ha hecho nada ilegal y afirma que las acusaciones tienen una motivación política. Ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Hernández atacó lo que calificó de «calumnias» de «criminales» y otros.

Preocupación de los activistas
Críticas similares a las que surgieron contra el acuerdo alcanzado este miércoles con Honduras se expresaron ya cuando El Salvador, que también tiene una alta tasa de homicidios, firmó un acuerdo con Estados Unidos el pasado 20 de septiembre.

Estados Unidos y El Salvador firman pacto para «minimizar» la migración irregular a EE.UU.
En aquel momento, Meghan López, del grupo Comité Internacional de Rescate, acusó al gobierno de Trump de intentar una vez más «darle la espalda a gente extremadamente vulnerable».

«El Salvador no es seguro para muchos de sus propios ciudadanos», dijo López entonces. «Es poco realista esperar que El Salvador sea capaz de ofrecer protección a solicitantes de asilo que huyen de situaciones comparables a las que se dan en el propio El Salvador».

Muchos migrantes centroamericanos aguardan en Tijuana, México, el momento de poder cruzar a Estados Unidos.
Anteriormente este mes, la Corte Suprema de EE.UU, le permitió al gobierno de Trump impedir que las personas que llegan a la frontera sur soliciten asilo en EE.UU. si no lo hicieron en alguno de los países por los que pasaron en la ruta.

El gobierno de Trump reveló su nueva política de asilo el pasado julio, pero fue bloqueada prácticamente de inmediato por el fallo de un juez de un tribunal menor en San Francisco, California.

Más de 800.000 personas fueron detenidas en la frontera sur hasta finales del pasado agosto, y de ellas, cerca de 590.000 procedían de El Salvador, Guatemala y Honduras. La mayoría llegó con al menos un familiar.

 

Fuente: www.bbc.com

Radio Roja

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