No se trata de la inauguración ni el duelo entre Portugal y España, el partido estelar de la fase de grupos que deparó el sorteo el pasado mes de diciembre.
Ni es un clásico o un duelo que tenga historia ya que nunca se han enfrentado, pero el partido entre Argentina e Islandia tiene el simbólico honor de ser el primero en poner el cartel de entradas agotadas en el Mundial de Rusia 2018.
Y es que hay una serie de factores que hacen particularmente atractivo el enfrentamiento entre la albiceleste y la selección nórdica.
La única forma que queda para ver el debut de Lionel Messi en Rusia 2018 es por televisión.
El primero es que se tratará del debut mundialista de Islandia, el país que con poco más de 300.000 habitantes es el de menos población en clasificar a la fase final de un Mundial de fútbol.
Logro que alcanzó tras haberlo hecho a la Eurocopa de 2016, torneo en el que se convirtió en la selección revelación al clasificar hasta los cuartos de final tras terminar invicta en la fase de grupos y lograr un histórico triunfo sobre Inglaterra en la segunda ronda.
Islandia es el país con menos población que ha logrado clasificar a la fase final de un Mundial de fútbol.
Otro factor es que será el primer partido de Argentina en el torneo, una de las selecciones históricas, finalista hace cuatro años en Brasil y nuevamente candidata al triunfo.
Eso hace que para los aficionados islandeses sea mucho más atractivo ver la camiseta albiceleste antes que la de Croacia -selección a la que se han enfrentado en repetidas ocasiones en los últimos años- o la de Nigeria, con menos cartel internacional que su par sudamericano.
Y también está la presencia de Lionel Messi, el considerado mejor jugador de su generación y uno de los mejores de la historia, que se cree estará disputando en Rusia el último mundial de su carrera como futbolista.
Argentina ganó su último mundial en 1986 y ha perdido dos finales contra Alemania desde entonces (1990 y 2014).
Por último está el hecho que el partido del próximo 16 de junio se jugará en el estadio Spartak, en Moscú, que con capacidad para 45.000 espectadores posee casi la mitad de asientos que posee el otro estadio de la capital rusa, el Luzhniki, donde se disputará el partido inaugural y la final.
Este último es el único otro juego de los 64 que componen la cita mundialista para el que la FIFA no está ofreciendo entradas en el inicio, este martes, de la tercera fase de venta de boletos para el Mundial.