Al principio, Elijah Stem estaba confuso cuando desenvolvió el regalo de Navidad de su novia, Margo.
Era de color rojo. Más pequeño que un libro. Hecho de cuero.
Y luego se dio cuenta de lo que era: la funda de un pasaporte.
Elijah, un estudiante de política de 21 años de Filadelfia, nunca ha salido de los Estados Unidos.
Su regalo fue un viaje a Canadá (a las cataratas del Niágara y Toronto) para el mes de marzo, y ayuda para obtener su primer pasaporte.
“No esperaba algo así como regalo. Estaba increíblemente feliz”, recuerda.
Existe el mito, fácilmente localizable en internet, de que solo el 10% de los estadounidenses tiene pasaporte.
Si bien eso fue cierto en 1994, la cifra ahora es de más del 40% y crece cada año. Elijah es parte de una tendencia.
Cambio de reglas
Para Lisa Delpy Neirotti, profesora de turismo en la Escuela de Negocios de la Universidad George Washington, hay tres razones para este aumento.
En primer lugar, los ataques del 11 de septiembre de 2001 cambiaron las reglas.
Antes de 2007, cuando comenzaron a entrar en vigor nuevas leyes, los estadounidenses generalmente podían viajar hacia y desde Canadá, México y otros países cercanos sin necesidad de pasaporte.
Cuando la ley se endureció, la población comenzó a necesitar de un pasaporte para salir del país. En tres años, el número de pasaportes estadounidenses en circulación aumentó en 20 millones.
En segundo lugar, una economía en crecimiento, las aerolíneas de bajo costo y la caída de los precios del petróleo se traducen en que viajar es más fácil y más barato que nunca.
“Acabo de ver un anuncio de un vuelo de ida y vuelta a Inglaterra por US$90”, dice la profesora Delpy Neirotti. “¿Quién va a dejar escapar eso?”
La tercera razón, según la académica, es el aumento del “experiencialismo”.
“Los millenials prefieren invertir su dinero en experiencias que en bienes de consumo”, dice.
“Prefieren gastar su dinero en algo que les deje un recuerdo -o una foto para Snapchat- que en un automóvil o un sofá nuevo”.
Elijah apoya esa teoría. Cuando abrió su regalo, su novia le dijo: “Sé que prefieres las experiencias antes que las cosas materiales”.
Influencia de las redes sociales
También opina igual Asia Jones, una joven de 20 años de Maryland.
Asia trabaja con adultos con discapacidad, pero sueña con convertirse en escritora. Ha comenzado a trabajar en un blog enfocado en viajes y belleza.
Su primer pasaporte llegó a inicios de enero. Espera utilizarlo en México o Belice a finales de febrero.
Asia se inspiró leyendo libros. “He leído un montón de novelas románticas, sobre enamoramientos de millonarios y de viajes alrededor del mundo”, dice.
“Soy una romántica sin remedio, así como una trotamundos”.
Pero cree que internet y el éxito de las redes sociales están impulsando el crecimiento de los viajes.
“La norma solía ser ‘está bien, ve a la universidad, cásate, sienta cabeza’, todas esas cosas”, dice.
Asia, que recibió su primer pasaporte en enero, cree que las redes sociales son clave para que la gente esté viajando más que hace años (Foto: Asia Jones).
“En este momento las normas están cambiando. Están evolucionando y me gusta hacia donde van”.
“A pesar de que esta generación a veces pierde el control, vayamos hacia donde vayamos, va a ser genial”.
Una decisión política
Aunque el número de titulares de pasaportes estadounidenses está creciendo, el 42% puede parecer una proporción baja. En Reino Unido, por ejemplo, el porcentaje es mucho más alto.
En 2011, cuando se realizó el último censo del país, el 76% de la población de Inglaterra y Gales tenía un pasaporte británico.
Sin embargo, un estadounidense sin pasaporte puede viajar miles de kilómetros más que un británico sin documentación.
Morgan Grant, una estudiante de 22 años de Maryland, recibió su primer pasaporte este mes.
Ella ya ha estado en los estados más lejanos de su país: Alaska y Hawái, así como en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos en el Caribe.
Viajes de ciudadanos de EE.UU. en 2016
8%
de aumento en el número anual de viajes al exterior.
80.226.167 de viajes al extranjero.
39% de los viajes fueron a México.
17% fueron a Canadá.
17% fueron a Europa.
Fuente: https://travel.trade.gov
Pero a pesar de haber viajado mucho, Morgan decidió que necesitaba un pasaporte. Para ella, fue una decisión política.
“Siento que necesito una opción para salir”, dice ella.
“Si este hombre (el presidente Trump) va a continuar tuiteando a Kim Jong-un acerca de su botón nuclear, necesito una opción para irme”.
Miedo a la inseguridad
Hilary Cassoday, una profesora de matemáticas de 25 años de Indiana, tiene pasaporte desde hace un año.
Cuando se le pregunta por qué no lo tramitó antes, reconoce que el miedo tuvo parte de culpa.
“La gente cree que aquí (en Estados Unidos) todo es seguro y que lo que hay más allá de la frontera es inseguro”, dice.
Pero en marzo del año pasado, su universidad organizó un viaje a Irlanda del Norte. “Realmente creo que fue lo más destacado de mi año”, dice.
Cuando era adolescente, Hilary leyó el libro “Posdata: Te Quiero” -una historia sobre una pareja irlandesa escrita por Cecelia Ahern- y vio la película basada en la novela.
“Cuando la vi, pensé ‘Oh Dios mío, tengo que ir a Irlanda’”.
“Cuando finalmente llegó la oportunidad, pensé: ‘Por fin voy a ver ese bello paisaje’”.
“Y la verdad es que fue impresionante”, recuerda.
Después de haber sido mordida por el gusanillo de viajar, Hilary y su novio ya están haciendo nuevos planes.
“Queremos ser aventureros, queremos ver cosas nuevas”, dice ella.
“El otro día hablamos sobre viajar a Japón. Pensé ‘¡Qué demonios! Ahora que tengo pasaporte es posible’”.