Entre las tormentas y los vientos se, encuentra la, montaña; símbolo de la vida. Llena de, belleza y de contrastes, imponente y digna, nos induce a la decisión; al riesgo, a la acción. Cierto día, un granjero caminaba por el valle, al pie de la imponente montaña. De pronto, se detuvo admirado. Iba a tropezar con un huevo. Lo levantó con cautela; lo observó y se dijo:- ¡un huevo de águila…y aún caliente!-Y se apresuró a ponerlo a salvo en el corral, junto con el resto de las aves. Tiempo después nació una hermosa águila. El Águila, que con el tiempo fue creciendo, comenzó lentamente a no estar de acuerdo con el espíritu y actitud de las aves de corral. El granjero, que desde hacia tiempo, la observaba, decidió sacarla del corral y dejarla en libertad. La tomó en sus brazos y le dijo: “¡Águila, tu eres única, sé digna! entiende tu naturaleza. No te conformes con ser, ave de corral; cumple con tu destino; desarróllate, alcanza las alturas. ¡Comprométete y realízate!
Fue entonces cuando el Águila sintió, la necesidad de comprometerse, a vivir!
Al decirlo experimentó la sensación de que volvía a nacer, era como empezar a descubrirse. Cambió su expresión: esta vez reflejaba esperanza, entusiasmo, alegría. Comprendió su naturaleza, lo que era capaz de hacer. Majestuosa y digna levantó la cabeza, sacudió su bello plumaje y emprendió su vuelo lentamente hacia las alturas. Conforme pasaba el tiempo, volaba cada vez, más alto. Sus ojos estaban ávidos de lo desconocido. Temía lo que iba a encontrar allí arriba. Le preocupó su actual situación y su futuro. Reconoció que no debía permanecer pasiva. Sintió entonces una imperiosa necesidad de dirigir su propio destino y decidió enfrentarse y retar la vida.
Comenzó así lentamente, a sentir una energía propia dentro de si; que la impulsaba a reflexionar y decidir. Le surgió pues duda acerca del origen de dicha energía. De pronto escuchó su voz interior que lentamente le respondía: “Es una fuerza interna que todos poseemos, pero que pocos entienden y mantienen viva. A muchos con las primeras, lluvias se les apaga. Otros no la desarrollan y se les consume”.A medida que fueron pasando los días, el Águila se fue encontrando con otras de su especie. Intrigada, iba preguntando a cada una de ellas cuál era el destino de las águilas. Recibió respuestas tales como:”Comer, beber, procrear, divertirse y trabajar lo menos posible” “Qué importa, no dispongo de tiempo para pensar en esas cosas””Esperar el fin de nuestros días tratado de subsistir””La comodidad. Encontrar una situación cómoda y aferrarse a ella” Confundida, el Águila rechazó la posibilidad de que alguna de estas respuestas representara su destino.
Un día, observando la, puesta del sol, sintió la presencia de otra águila que se presentó como el Águi1a Acompañante. El Águila, ya un poco decepcionada le preguntó:”Cuál es el destino de las águilas?” El Águila Acompañante, le contestó: “La realización. Disfrutar cada instante, de la vida. Ser feliz. Llegar a la cima, de la montaña” (llegar a la cima de la montaña, era, según lo que decían algunas leyendas del pueblo, algo maravilloso porque se podía observar todo el valle desde allí. Sin embargo era algo que muy pocas habían logrado. Representaba un gran reto) El Águila.: le preguntó: “¿Por qué estás aquí entonces?, ¿¡por qué no tratamos, de llegar a la cima de la montaña!?” El Águila Acompañante respondió: “‘Aquí nunca me he sentido satisfecha por que no veo la oportunidad de realizarme. Pero esta situación tiene una importante ventaja: ¡Da seguridad! Y con esto estoy conforme.”
Al escuchar el águila estas palabras, todo su ser se estremeció de tristeza y mayor confusión. Comprendió como, a veces, los seres sacrifican sus ideales, objetivos y valores por los beneficios de una engañosa y pasajera seguridad. Pero también se dio cuenta de qUe el problema se encontraba dentro de si misma, que no disfrutar la vida era comenzar a morir! fue entonces cuando con coraje decidió salir de su crisis. Lo intentó varias veces. Analizó las posibles acciones para superarla. Comenzó a reevaluar sus acciones y decisiones, a cuestionarse, a cambiar sus actitudes y a reorientar su búsqueda. Hasta que, al fin, logró entender concientemente lo que deseaba y podía realizar, conforme, a su naturaleza y circunstancias. Y determinó su objetivo: llegar a la cima de la montaña! Sintió dentro de si un nuevo amanecer.
Al llegar a la base de la montaña, la contemplé y admiró su belleza. Descubrió que las crisis son algo doloroso Y difícil, pero sublime, algo que afirma y desarrolla el espíritu. Reflexionó sobre su objetivo: comparó los obstáculos, riesgos y desafíos de encararlo, con las decisiones de nuestra vida cotidiana, con los problemas que es necesario superar para lograr una vida plena de realizaciones. Comenzó a ascender. En su ascenso, aprendía algo nuevo en cada obstáculo y encada situación. Gozaba dentro de sí sin considerar el tiempo ni el esfuerzo. Hasta que fue logrando en cada etapa, una mayor afirmación en la vida. Se dio cuenta que buscar significa estar abierto, contemplar y sentir lo que te rodea y es propio; que es identificar, en cada etapa del camino algo positivo y engrandecedor; que es tener una conducta de compromiso con cada acto de la vida. Se dio cuenta que era muy importante ubicarse dentro de si y en el mundo, que es importante ser lo que uno desea y puede ser, conforme a nuestra naturaleza y circunstancias.
Sintió una voz que le decía:”Llegarás a reforzar tu compromiso cuando adquieras capacidad para decidir, y correr riesgos, por ti misma y actúes dentro de un proceso de vida lleno de alternativas, opciones y oportunidades que te permitan superar las indecisiones y aprender a tomar decisiones vitales, circunstancia1es o habitua1es, así como prever y aceptar sus consecuencias. El compromiso de comenzar a formar parte de ti cuando en cada etapa de tu vida, adquieras capacidad intelectual, moral, espiritual y física para darte respuesta a ti misma, a tu familia, a las organizaciones y a la sociedad. Lo lograrás cuando aprendas a ver y a sentir en cada etapa y situación de tu vida, lo que te es propio, aquello que tiene valor y te satisface, lo que te atrae y te permite aplicar y desarrollar tu talento habilidades y potencialidades. Y encontrarás tu lugar cuando consigas tener la capacidad de entender y decidir el momento y la oportunidad. En ese instante te sentirás en un estado de afirmación vital a la existencia y adquirirás una llueva dimensión de tu vida y del mundo. Además, para vivir y sentir tu compromiso necesitas integrar tu propia filosofía, que te permita expresarte individualmente, que de dirección y valor a tus actos y que ayude a engrandecerte, a dignificarte, a utilizar más tu ser y tu voluntad, para que logres mayores grados de satisfacción y de felicidad, dándole así mayor valor a la vida.”
Para ese entonces, el Águila ya estaba posada en la cima de la montaña! desde allí contempló la majestuosidad, de la naturaleza. Aprendió a valorar infinidad de cosas que tal vez nunca antes habla valorado, (a pesar de tenerlas muy cerca). Disfrutó de la brisa del aire, del cielo, del sol, de todo lo que la rodeaba. Miró hacia abajo y recordó muchas barreras, y peligros, muchos momentos de flaqueza, de titubeos, de desaliento, pero notó también que siempre habla decidido seguir hacia adelante superándose a si misma!
Se dio cuenta que el secreto había sido conocerse a si misma, haber conocido los procesos y las leyes que la regían, tanto internos como externos Y haber enfrentado ala vida con deseos de felicidad y realización. Permaneció en la cima hasta el atardecer y decidió emprender su camino devuelta para ir en busca del Águila Acompañante. Al hallarla y contarle lo vivido el Águila Acompañante le dijo: “¿Todo ese potencial, ese espíritu de libertad, y esa seguridad que tú tienes en dónde lo encuentro?”El Águila serena y segura de si misma le contestó:”
¡DENTRO TUYO AMIGA DENTRO TUYO!
Alfonso Lara Castilla