Este martes Microsoft revelará detalles sobre su nueva consola Xbox rodeada de un aura de misterio: ¿necesitará el nuevo dispositivo estar todo el tiempo conectado a internet? ¿Bloqueará juegos de segunda mano? ¿Se venderá a bajo precio si los usuarios se comprometen a sucribirse a sus servicios?
La firma estadounidense ha mantenido sus cartas bien escondidas antes de la gran presentación de esta noche, negándose a dar a conocer hasta el nombre de la consola de videojuegos.
Por supuesto, aun después de la presentación es bien improbable que Microsoft revele los secretos de su hardware. Su competidora Sony también se negó a mostrar la forma de su nueva PlayStation 4 cuando la presentó en febrero.
Esto es porque ambas firmas tienen la intención de reservarse algunos de sus secretos para la convención de videojuegos E3 del próximo mes.
Guerra de consolas
Y es que hay más en juego que dominar el mercado de los videojuegos. Quien sea que se sitúe en la cima tendrá el privilegio de ocupar la sala de estar de los consumidores en un momento boyante para los servicios de juego en línea.
Microsoft quiere mejorar la rentabilidad de su Xbox 360, que lideró el mercado pero no logró grandes ingresos por ventas.
Según la firma de análisis de mercados IDC, a finales de marzo la compañía ingresó US$76 millones en ventas de Xbox 360, en contraste con los US$99,4 millones de ingresos en ventas de la Wii de Nintendo y los US$78 millones en ventas de la Play Station 3 de Sony.
Sin embargo, estos números esconden variaciones regionales. Sony superó en ventas a Microsoft en Japón y en Europa continental, pero la Xbox demostró ser más popular en Estados Unidos y Reino Unido.
También cabe tener en cuenta que la demanda de la Xbox 360 sobrepasó con creces a la de Xbox original.
Renovación del hardware
Esta vez, ciertamente, Nintendo arranca con mal pie. Su Wii U no alcanzó las metas en ventas estimadas por la firma japonesa y algunos de sus ejecutivos culpan al retraso en el desarrollo de videojuegos adaptados.
"2013 está demostrando ser el año de la renovación de los hardware de consolas. Aunque es emocionante, no lo es tanto como cuando la Xbox 360 irrumpió en la industria del videojuego hace siete años", comenta Peter Molyneux, de la empresa desarrolladora de videojuegos 22cans.
Según Molyneux, Microsoft puede encontrarse con varios problemas; cómo justificar su nueva consola y cómo mantener a la audiencia entusiasmada.
"Sus competidores ya no son Sony y Nintendo, sino Apple, Google y Samsung", explicó, en referencia al creciente uso de videojuegos en dispositivos móviles.
"Deberá tener una gran conectividad, para que pueda jugar juegos espectaculares con mis amigos y deberá venderse a un precio razonable, quizás alrededor de los US$300".
Visión periférica
Por su parte, James McQuivey, de la firma de investigación Forrester, cree que la nueva consola ofrecerá a los consumidores más que sólo videojuegos.
"Lo próximo, para conquistar realmente la sala de estar, es que la firma se expanda a todo el contenido posible, de cualquier socio de contenido disponible".
Según McQuivey, la consola debe vincular su experiencia de contenidos con otros aparatos que tenga el usuario, desde un teléfono Apple a una tableta Android.
"La nueva Xbox podría revolucionar el modo en que vemos los videojuegos", opina por su parte Rob Crossley, de la revista Computer and Video Games, "Microsoft todavía confía en el potencial del control por movimiento, incluso cuando el concepto nunca demostró ser popular con los jugadores más empedernidos, más común entre nuevos usuarios de la consola".
Pero algunos en la industria cren que la nueva generación Xbox será tan sofisticada que podrá detectar incluso dónde mira el jugador.
Microsoft dio a conocer recientemente un aparato llamado Illumiroom, que combina el sistema Kinect con un proyector de imágenes que proyecta el videojuego por toda la pared donde está ubicado el televisor.
Con este sistema, el jugador puede ver el contenido en el televisor con visión periférica en la pared, creando la sensación de que está inmerso en el juego.
Aunque según Crossley, el sistema Illumiroom todavía está en pañales, si se comercializa finalmente podría revolucionar el modo en que vemos los videojuegos.