¿Alguna vez has sentido que tu vida transcurre en un “avance rápido” continuo, acelerando y alejándose de ti?
No es tu imaginación.
Estamos rodeados de señales que nos indican cada día que el ritmo de nuestra vida está aumentando. La oficina es el lugar en el que esta sensación es más habitual.
Según una investigación de Jonathan B Spira, CEO de la empresa consultora de investigación y tecnología Basex y autor de Overload!, dos tercios de un grupo de trabajadores encuestados decía no tener suficiente tiempo para hacer todo lo que debían, y el 94% se sintió en algún momento “abrumado por tanta información hasta el punto de la incapacidad”.
Una encuesta realizada a 7.331 trabajadores estadounidenses concluyó que más de la mitad no pudo tomar todos sus días de vacaciones.
¿La explicación más repetida? Estaban preocupados por el montón de trabajo que les esperaba cuando regresaran.
El gran volumen de información que nos llega puede matar la productividad.
Los seres humanos no están bien capacitados para realizar muchas tareas al mismo tiempo: cada vez que cambian la atención de una cosa a otra se produce un golpe cognitivo.
Una encuesta realizada a 7.331 trabajadores estadounidenses concluyó que más de la mitad no pudo tomar todos sus días de vacaciones.
Estas distracciones pueden acumularse: un estudio de 2005 concluyó que un trabajador promedio se concentra en una tarea durante solo 11 minutos antes de ser interrumpido.
Un estudio más reciente descubrió que prohibir a los trabajadores revisar el correo los hace estar menos estresados y más enfocados en sus tareas.
Un ritmo de vida más rápido es asociado a un mayor estrés, y quienes pasan más horas en la oficina tienen mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral.
Pero también aparecen beneficios para los trabajadores.
Una existencia a toda velocidad
El ritmo variable de la vida es objeto de pocas investigaciones. El estudio internacional más profundo sobre el tema es un documento de 1999 de los profesores de psicología Robert Levine y Ara Norenzayan.
Descubrieron que las personas que viven en comunidades de ritmo acelerado también tienden a ser más productivas y tienen mayor sensación de bienestar subjetivo.
Otro reporte que analizaba el ritmo de la vida en las ciudades descubrió que la vida se acelera en las grandes áreas urbanas debido a la mayor frecuencia de interacciones sociales, lo que lleva a un ritmo más rápido de innovación y creación de riqueza.
Las personas que viven en comunidades de ritmo acelerado tienden a ser más productivas y tienen mayor sensación de bienestar subjetivo.
Aquí hay que hacer una distinción importante que a menudo pasamos por alto. Cuando pensamos en el estrés en el trabajo, hacemos una asociación implícita con la “angustia”; es decir, el tipo de estrés que nos causa sufrimiento.
Pero a menudo pasamos por alto la otra cara conocida como “eustress”, y que es el tipo de sensación positiva y placentera que nos causa el abordar y saber realizar una tarea difícil.
Debe haber algo importante en la idea del “eustress”: la mayoría de las encuestas de satisfacción laboral en Europa y EE.UU. sugieren que la mayoría de la gente no odia sus trabajos.
El día a día
Pero además de aumentar la presión del tiempo sobre nosotros, un mundo acelerado también ha alterado la naturaleza de nuestro trabajo diario, potencialmente haciéndolo más creativo y gratificante.
Sí, la automatización y la mecanización han afectado a las industrias y han destruido puestos de trabajo, además de crear otros nuevos. Pero la automatización también ha eliminado muchas tareas que eran aburridas, rutinarias o físicamente agotadoras.
Cuando pensamos en el estrés en el trabajo hacemos una asociación implícita con la “angustia”, pero un mundo acelerado también ha alterado la naturaleza de nuestro trabajo diario haciéndolo más creativo y gratificante.
En EE.UU., las cifras de enfermedades y lesiones relacionadas con el trabajo disminuyeron considerablemente. En la Unión Europea, la proporción de trabajadores en trabajos “arduos” o “peligrosos” se encuentra ahora entre el 1% y el 4%.
Las cargas ahora se descargan con grúa. Las declaraciones de impuestos son archivadas y escaneadas por computadoras.
Y a medida que avanza la revolución digital que ayuda a acelerar muchas tareas, los trabajos que quedan o que fueron recientemente creados son aquellos que implican aplicar dosis de ingenio y creatividad a los problemas, o bien supervisar los procesos que las computadoras están llevando a cabo.
Si tuviéramos la oportunidad de prescindir de la tecnología que permite este ritmo acelerado, lo cierto es que la mayoría de nosotros no volveríamos al pasado”
Robert Colvile, director interino del Centro de Estudios Políticos de Londres.
El software de inteligencia artificial puede ahora examinar miles de páginas de documentación legal y resaltar las partes más importantes.
Gracias a esta tecnología, el tiempo necesario para producir un documento legal para un banco ha disminuido de unas tres horas a unos tres minutos. Esto permitirá a los abogados concentrarse en trabajos más complejos y de mayor valor.
Lo que la aceleración ha hecho en toda la sociedad es reducir la inactividad.
Un estilo de vida acelerado tiene sus presiones y su estrés. Pero muchas veces se pueden solucionar silenciando las notificaciones o participando en alguna terapia de concienciación.
El software de inteligencia artificial puede ahora examinar miles de páginas de documentación legal y resaltar las partes más importantes.
Pero si tuviéramos la oportunidad de prescindir de la tecnología que permite este ritmo acelerado, lo cierto es que la mayoría de nosotros no volveríamos al pasado.
No hay nada que nos guste más que quejarnos del ritmo de la vida. Pero lo hacemos casi por hablar: vivir apresurado es estar ocupado, sentirse importante y ser valorado.
Y cada vez que se nos da la opción de elegir entre rápido y lento, elegimos el ritmo más rápido, incluso reservándonos el derecho de lamentarnos y quejarnos a cada momento.
Robert Colvile, autor de “The Great Acceleration: How the World is Getting Faster, Faster”, es el director interino del Centro de Estudios Políticos de Londres.