Los murciélagos se parecen más a nosotros de lo que podría parecer a simple vista.
“Viven una vida muy larga”, le cuenta a la BBC Kate Jones, catedrática de ecología y biodiversidad del University College de Londres (UCL), Reino Unido. “Y eso es muy inusual para un mamífero de su tamaño”.
La académica señala que los mamíferos con complexiones similares suelen vivir de uno a dos años, pero los murciélagos pueden vivir hasta 40 años, “lo cual es asombroso”.
“Tienen un mecanismo de reparación del ADN muy interesante; reparan el ADN dañado para no tener cáncer”.
Y Gareth Jones, un investigador de la Universidad de Plymouth, al sudoeste e Inglaterra, dice que son animales “muy resilientes”, pues tienen “una serie de adaptaciones que les hacen muy buenos a la hora de sobrevivir en entornos difíciles”.
Pero ¿qué nos pueden enseñar exactamente los murciélagos sobre la supervivencia?
A continuación, te contamos cuatro lecciones que podemos aprender del comportamiento de estos extraños animales.
1. Usa todos tus sentidos
“Los murciélagos usan una variedad de sentidos diferentes”, dice Kate Jones.
Al contrario de lo que muchos piensan, explica la científica, no están ciegos: utilizan sus ojos, pero ellos “ven” a través de un sistema de radar, localizando objetos para no chocar en la oscuridad.
“También usan el sentido del olfato”, añade Kate Jones. “Tienen grandes regiones de olfato en sus cerebros, que usan cuando necesitan encontrar comida”.
Gareth Jones dice que “el principal sentido que utilizan muchos murciélagos es la ecolocalización, o sentido sonoro, en términos humanos”.
“Aunque los murciélagos llevan usando estas señales desde hace 50 millones de años, nosotros apenas llevamos 100 años haciéndolo”.
El experto en supervivencia James Dyer dice que los seres humanos “también funcionamos muchas veces en base a nuestros sentidos, a nuestros instintos”.
“La jungla es probablemente el mejor lugar para tener que usar nuestros sentidos de manera constante porque es calurosa, húmeda y oscura, por lo que te sientes casi como un murciélago. Cuando está tranquila, puede que haya un depredador en la zona. Es muy claustrofóbico”.
2. Juntos somos más fuertes
“Los murciélagos suelen vivir en grandes colonias que a menudo contienen millones de individuos“, dice Gareth Jones.
Una de las poblaciones de mamíferos más grandes del planeta, agrega Kate, es una instalación de murciélagos que hay en la caverna Bracken, cerca de San Antonio, en Texas, al sur de Estados Unidos.
Se dice que puede tener hasta 20 millones de murciélagos aunque, según aclara la científica, no conocemos el número exacto.
“Este modo de vida colonial tiene varias ventajas”, explica Gareth.
Una de ellas, señala el especialista, es que los murciélagos se dan calor entre ellos. Además, reducen “costos energéticos” al acurrucarse juntos.
Y otra ventaja de estar en un gran grupo es que “reduce tu riesgo individual de ser devorado por un depredador”, añade.
Dyer añade que el hecho de que los murciélagos vivan en grandes comunidades hace que tengan que llevarse bien con otros miembros del grupo muy diferentes, lo cual ocurre también en los humanos, cuando hacemos una expedición.
“(En esas expediciones tenemos que) establecer relaciones, mantener esas relaciones, desarrollar sistemas para vivir en una comunidad —normalmente alejada de la sociedad ‘normal’— un poco como hacen los murciélagos. Y, por lo tanto, tenemos que desarrollar nuestras propias maneras de apoyarnos y cuidarnos entre nosotros, y de trabajar en equipo”.
“También tenemos que usar la ‘mente colectiva’ para estar al tanto del peligro o para poder hacer las tareas que nos han encomendado”.
3. Ser generoso sale a cuenta
Pero vivir en grupos tan numerosos no convierte a los murciélagos en seres individualistas o egoístas. Todo lo contrario.
“Los murciélagos no se preocupan solo por sus parientes consanguíneos, también se preocupan por otros individuos en su comunidad”, le dice a la BBC Sanjay Joshi, cofundador de SoGive, una empresa que mide el impacto de organizaciones benéficas.
Kate Jones dice que estos animales se agrupan en parejas, de manera que si no encuentran comida para una noche, pueden pedirle ayuda a su pareja, y a la noche siguiente esta les corresponde.
“Se llama altruismo recíproco”, explica Jones, y el caso de los murciélagos es “uno de los pocos ejemplos en los que esto ocurre en mamíferos de todo el mundo”.
4. Mantente limpio
Los murciélagos a menudo están cubiertos por grandes números de parásitos, explica Gareth. Y suelen librarse de ellos cuando se asean y acicalan.
“No solo se asean a ellos mismos; sino que muchas veces hacen una cosa que se llama acicalamiento social, por el que se acicalan unos a otros, creando lazos sociales entre individuos de las colonias”, dice el académico.
James Dyer dice que los murciélagos “son muy conocidos por sus altos niveles de higiene personal: las partes húmedas y oscuras tienen que asearse de forma regular… de la misma manera que nosotros tenemos que estarlo, sobre todo cuando nos rodeamos de otras personas”.
“Puede arruinar relaciones —sobre todo si compartes una tienda de campaña (como puede ocurrir en situaciones de supervivencia)— y tu capacidad para seguir haciendo la expedición”.
Fuente: www.bbc.com