Pablo Dávalos es economista, integrante del movimiento Pachakutik. En octubre fue uno de los protagonistas de la movilización liderada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) en contra de la eliminación de los subsidios a los combustibles, al participar como uno de los asesores del plan económico que elaboró el Parlamento Popular, que agrupó a 182 grupos sociales.
Reconoce que armó una estrategia, apoyado por la Conaie, para llegar a acuerdos con el bloque correísta de la Asamblea Nacional, el de Revolución Ciudadana, para ‘echar abajo’ la ley económica que se archivó semanas atrás.
¿Cuál fue la base para este plan económico del parlamento?
Esta propuesta surge de los procesos de negociación con el Gobierno, que se definió con el nuevo decreto que reemplazó al 883, que elimina subsidios. Cuando empezamos a revisar lo que dice la Constitución, revisamos cifras del Servicio de Rentas Internas (SRI), y dan cuenta de cuánto pagan de impuestos las grandes empresas, que son los 270 grupos económicos. Ahí vimos una distorsión, porque en la contribución del impuesto a la renta algunas empresas llegaban al 7 % y otras no llegaban al 0,1 %. En promedio, sobre sus ingresos pagaron el 2,2 %, alrededor de $1500 millones. Entonces por qué no pedirle un ingreso adicional. Si esas empresas pagan el 4 % a través de una mejor determinación del SRI, tendríamos $1500 millones al presupuesto. Así el déficit de $3300 millones baja a la mitad. La medida que proponemos es una mejor determinación del impuesto a la renta, no subir impuestos…
De ser así, ¿por qué el Gobierno no toma en cuenta sus propuestas?
El problema del gobierno de Lenín Moreno es la suscripción de la Carta de Intención con el Fondo Monetario Internacional, porque esta carta acorta y limita las posibilidades que pueda tener la política económica. Ahí se establecen metas que deben cumplirse. Y si el Gobierno se comprometió a incrementar los ingresos en $2000 millones, tiene que hacerlo; si dijo que iba a eliminar los subsidios a los combustibles, tiene que hacerlo. Si no pudo hacerlo en esta oportunidad, tiene que hacerlo en la siguiente, es el compromiso que hizo al FMI.
Moreno habló de que se focalizarán los subsidios a los combustibles el 2020.
Tiene que cumplir con el FMI y este le ha exigido la condicionalidad de eliminar los subsidios, y para eso debe presentar una estrategia de focalización tendiente a atenuar la protesta social. Pero, ¿qué va a pasar? Que otra vez Ecuador entre en un proceso de conflicto social. El Gobierno no tiene el margen político para llevar adelante una medida como esta. En otras palabras, si Moreno tiene que apegarse al FMI es probable que ni siquiera termine su mandato, porque no tiene capital político para resistir la protesta social; la única posibilidad de salvarse es que la Asamblea denuncie la Carta de Intención.
El argumento del régimen es que el Estado no tiene dinero ni para pagar salarios, por eso están desvinculando personal de entidades públicas.
Eso es falso. El presupuesto se planifica con el ingreso permanente, que son los impuestos, financia el gasto permanente y ahí está el gasto de la nómina de salarios. En ingresos permanentes tenemos cerca de $19 000 millones y en impuestos cerca de $14 000 millones. Esta cifra debe financiar $9 000 millones de nómina. No hay necesidad de despedir a nadie.
¿Entonces por qué acudimos al Fondo?
El Gobierno está mintiendo. El objetivo es cumplir la agenda de las Cámaras, que quieren participar en el proceso de privatización, en la venta del Banco del Pacífico, en la concesión de carreteras. Quieren reducir los salarios, flexibilizar el trabajo. Pero no hay ninguna necesidad de acudir al FMI.
Si se focalizan subsidios, ¿cuál sería el escenario?
Conflicto social. Si nuevamente el Gobierno emite un decreto focalizando, aquí vamos a tener un escenario parecido al de octubre; en el que Moreno tiene tan poco capital político que implicará su salida. La única salida es que la Asamblea denuncie la Carta de Intención, si no el escenario del 2020 es la catástrofe.
En lo político, ¿cómo está su situación en Pachakutik?
Hemos visto que hay tres grandes fuerzas que se van a enfrentar a nivel electoral. La derecha, que está fragmentada; la de Rafael Correa y otra es Conaie y sus aliados. Esta última se está constituyendo en lo electoral. Si el Gobierno sigue cumpliendo la Carta de Intención y la Asamblea no hace nada, eso será conflicto social. En enero, febrero, tendremos marchas y levantamientos.
Conaie advierte con continuar movilizaciones en 2020
¿Usted es partidario de Rafael Correa? Escribió un tuit hablando de hacer una plataforma con la Revolución Ciudadana.
En la época de Correa yo fui perseguido… Viene la coyuntura, con el decreto 883, y luego el Gobierno envía el proyecto económico urgente. Nos distanciamos de la Conaie, para que no asuma el costo político de acercarse a la RC; y me acerco yo como Fondo de Economía Heterodoxa, para desde ahí generar la convicción de que esa ley no puede ser aprobada. La Conaie decidió ejercer presión por afuera. Me dijeron: ‘Pablo, si vas a hacer eso, hazlo por tu lado, y nosotros no nos metemos con la RC porque no es conveniente que nos vean ahora a su lado’. Fue una estrategia hecha para evitar que la Conaie se contamine. Tuve que ir yo, lanzarme a los leones, y la Conaie tuvo que decir ‘miren, es Pablo Dávalos’, pero fue una estrategia; y fui yo la persona que armó la estrategia y que logró vencer, pero con el apoyo de los movimientos sociales. (I)
Fuente: www.eluniverso.com