No hay nada raro en ver perros guías. Sin embargo, el caso de Milo, un terrier, ha llamado la atención porque no sólo se convirtió en guía de otro can, el labrador Eddie, sino que además lo hizo de manera espontánea, sin recibir entrenamiento.
Eddie comenzó a presentar los primeros síntomas de ceguera en 2012.
La dueña de ambos perros, Angie Baker-Stedham, se dio cuenta de que su labrador negro tropezaba con los objetos y en poco tiempo se quedo ciego.
"Todo pasó muy rápido y era triste porque antes, ellos (los dos perros) solían jugar juntos", recuerda.
Pero el terrier Milo que era muy cercano a Eddie empezó a guiar al labrador.
Su dueña se dio cuenta y colocó al pequeño terrier blanco cascabeles en el collar para que su amigo Eddie pudiera seguirlo.
Y si el labrador de aleja, Milo va a buscarlo.
"Sin Milo, Eddie estaría perdido"
"Ahora Milo me ayuda a buscar a Eddie cuando le llamo. Él lo trae donde estoy", afirma la dueña.
Según Baker-Stedham, los perros duermen en el mismo cuarto y pasan todo el tiempo juntos. "Sin Milo, Eddie estaría perdido", asegura.
Pero cuando más quedó patente la importancia de Milo en la vida de Eddie fue en el momento en el que el terrier tuvo que ser ingresado para tratarse de una anemia.
Milo volvió a casa y está curado pero mientras estaba en el hospital, Eddie tuvo muchas dificultades para moverse.
"No eramos conscientes de la manera de la que Eddie dependía de Milo para andar por casa", sostiene la dueña al recordar cómo cuando no estaba su compañero Eddie se chocaba con las puertas y los muebles.
"Lo tenía que llamar constantemente cuando lo llevaba a pasear para que viniese donde estaba".