Las autoridades rusas acusaron de piratería a los 30 activistas a bordo de un barco de Greenpeace que protestaban en una plataforma petrolera en el ártico.
Hasta este jueves, sólo 14 de los tripulantes del barco estaban acusados, después de que el pasado mes dos de ellos intentaran abordar una plataforma de crudo de Gazprom, la petrolera estatal rusa.
Ahora toda la tripulación se encuentra bajo custodia en la ciudad norteña de Murmansk.
La organización Greenpeace calificó de "absurdos, desmedidos" y "completamente desproporcionados" los cargos de piratería presentados contra los activistas medioambientales detenidos.
En su mayoría jóvenes, los activistas proceden de 18 países, entre los que se cuentan Argentina, Gran Bretaña, Finlandia, Holanda, Polonia, Rusia y Ucrania.
El presidente Vladimir Putin dijo, la semana pasada, que los manifestantes claramente no eran piratas, pero habían transgredido leyes internacionales.