La decisión de la justicia de Chile de cerrar la investigación por el derrumbe de la mina San José, que en 2010 dejó a 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad durante 70 días, sin presentar acusación contra presuntos responsables ha generado indignación y sorpresa.
El fiscal de Atacama Héctor Mella Farías informó que, tras tres años de investigación, no había elementos inculpatorios suficientes contra los dueños de la minera San Esteban, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny.