Quizás no sea la mejor madre, pero trataré de ser tu amiga. Puedes confiar en mí!… y quiero que sepas, que todas las noches mientras duermes, tomo tu mano y le pido a Dios que me de la oportunidad de permanecer a tu lado por muchos años, para así guiarte lo mejor posible por toda tu vida.
Usted es listo, ¿verdad? Inteligente, bastante gracioso… Igual que yo. Por supuesto, usted y yo somos personas geniales. Pero, ¿no sería terrible si ambos estuviéramos equivocados?
Si alguna vez se ha sentado en una sala de espera de un consultorio, junto a alguien con una tos seca y con sólo una pila de revistas viejas como compañía, entonces puede que se haya preguntado si el sistema sanitario está a la altura del siglo XXI.