Se ha descubierto que escuchar música no sólo es placentero, sino que tiene increíbles efectos en el cuerpo.
En primera instancia, una serie de estudios ha encontrado que la música activa el mismo centro eufórico que activan las drogas, la comida o el sexo: el sistema límbico y la base cerebral, que son áreas ligadas a la respuesta emocional y a las ?recompensas?, ya que generan una sensación placentera al liberar el neurotransmisor dopamina.