Es hermosa, entretenida, tierna, dramática… pero, desde un punto de vista científico, la película de Disney “Buscando a Nemo” contiene información equivocada.
Según un estudio presentado recientemente en un simposio en Reino Unido, el pez payaso que da nombre a la película nunca se habría reencontrado con su padre al final de la historia, ya que, para ese entonces, su padre se habría convertido en su madre.
Esto se debe a que en la realidad, cuando por algún motivo desaparece la hembra de una pareja, los machos sufren una transformación hormonal que los convierte en hembras, con capacidad reproductora.
En los peces payaso o anémona, el individuo dominante y de mayor tamaño es la hembra, que se encarga de proteger a los huevos de las amenazas externas.
El macho es más pequeño y se mantiene más cerca de los huevos.
Al cambiar de sexo, los machos asumen el rol protector reservado a las hembras.
Ambos, junto a los individuos más jóvenes, viven en la misma anémona toda su vida.
De padre a madre y de hijo a pareja
La película de Disney, muy bien recibida por la crítica y el público cuando se estrenó en 2003, gira en torno a la relación entre Nemo y su padre, Marlin.
El pez payaso vive en la misma anémona durante toda su vida.
Cuando una barracuda se come a su madre y a sus hermanos, Nemo y su padre son los únicos sobrevivientes de la familia.
Nemo acaba separado accidentalmente de su padre, que lo busca desesperadamente, hasta que al final se produce el emotivo reencuentro.
Pero, como le explicó a la BBC Suzanne Mills, bióloga del Centro de Investigaciones Insulares y Observatorio del Medio Ambiente en Francia, y coautora del citado estudio, “al regresar, Nemo se habría encontrado con su madre porque al cabo de unas tres semanas, el padre habría atravesado numerosos cambios hormonales que lo habrían convertido en hembra”.
No sólo eso, el individuo joven más grande que queda en la anémona -que en este caso sería Nemo- se convierte en el nuevo integrante de la pareja con el que la flamante hembra puede poner huevos.
Todo empieza en el cerebro
Los primeros signos moleculares de la transformación, dice el estudio, aparecen en el cerebro del macho antes que en su aparato reproductor.
La hembra es el individuo dominante de la pareja.
Se cree que la transformación puede estar causada por un desencadenante social. Es decir, que se inicia cuando el macho reconoce que la hembra ya no está a su lado.
Otra razón, dicen los investigadores, puede ser que la ausencia del comportamiento dominante de la hembra provoque un cambio hormonal dentro del pez, y esto a su vez dé inicio a la transición.
Aunque Disney no incluyó esta información en la trama de la película, acertó en muchos otros detalles que caracterizan a esta especie que habita en aguas tropicales, como el hecho de que son completamente fieles, y que la hembra es la más valiente de la pareja.