El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, canceló este martes su viaje a Perú para participar esta semana en la Cumbre de las Américas, así como su posterior visita a Colombia, según anunció la Casa Blanca.
La gira, prevista para el fin de semana, constituía la primera ocasión en la que el mandatario estadounidense visitaría América Latina.
“El presidente permanecerá en Estados Unidos para supervisar la respuesta estadounidense a Siria y supervisar el desarrollo de eventos en el mundo”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en relación con la crisis diplomática abierta por un supuesto ataque químico ocurrido el sábado en Douma, una localidad ubicada a unos 10 kilómetros de Damasco.
Agregó que la representación de Estados Unidos durante la gira suspendida será asumida por el vicepresidente, Mike Pence.
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Trump tenía previsto llegar a Lima el viernes para acudir a la Cumbre de las Américas y, posteriormente, viajar el sábado a Bogotá, donde iba a sostener una reunión con el presidente Juan Manuel Santos.
Trump suspendió el viaje a América Latina para concentrarse en la respuesta al supuesto ataque con armas químicas en Siria.
Para Pence, este será su segundo viaje a América Latina pues en agosto del año pasado visitó Chile, Colombia, Argentina y Panamá.
El vicepresidente ha sido uno de los principales operadores del gobierno de Trump para temas latinoamericanos, en especial en lo concerniente a la crisis que vive Venezuela.
La Cumbre de las Américas es uno de los eventos diplomáticos más importantes del continente en términos de representación pues es una ocasión para que los mandatarios de todos los países de la región se encuentren cara a cara.
Este mecanismo fue impulsado por Estados Unidos, durante la presidencia de Bill Clinton, y tuvo su primera reunión en Miami en 1994.
Hasta la fecha se han realizado nueve reuniones de este tipo, incluyendo una centrada en el desarrollo sostenible en Santa Cruz de la Sierra, en 1996, y otra de carácter extraordinario en Monterrey, en 2004.
Crisis en Siria
El primer viaje de Trump a América Latina había generado grandes expectativas, en parte, porque sus posiciones en temas como inmigración, comercio y lucha antidrogas son opuestas a los de muchos gobiernos de la región.
La posibilidad de este encuentro, sin embargo, resultó frustrada por la crisis diplomática ocurrida a propósito del supuesto ataque que se produjo en Siria el sábado pasado y en el que perdieron la vida al menos 70 personas después de que supuestamente se lanzara gas tóxico sobre Douma, localidad del distrito de Guta Oriental.
El embajador ruso, Vassily Nebenzia, y la embajadora estadounidense, Nikki Haley, protagonizaron el lunes un duro enfrentamiento en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El domingo pasado, Trump culpó al presidente de Siria, Bashar al Asad, así como a sus aliados Rusia e Irán por lo ocurrido.
En una serie de tuits, el mandatario estadounidense describió a su homólogo sirio como un “animal” y amenazó con hacer pagar “un alto precio”.
Sin embargo, Damasco y Moscú negaron que semejante ataque hubiera ocurrido.
El lunes, los embajadores de Estados Unidos y Rusia intercambiaron acusaciones en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU, donde ambos países están promoviendo la aprobación de resoluciones que abogan por investigar lo ocurrido pero desde posturas contrapuestas.
Poco después, Trump prometió responder “contundentemente” al presunto ataque en Siria y aseguró que decidirá cuáles son sus acciones durante las siguientes horas.
“Tenemos muchas opciones, en términos militares, y les haremos saber muy pronto (cuál escogemos), probablemente después de actuar”, dijo a periodistas al reunirse en la Casa Blanca con líderes del Pentágono para hablar sobre Siria.
Estados Unidos bombardeó en 2017 una base aérea del gobierno sirio en respuesta a un ataque con armas químicas ocurrido en ese país.