Archives 2018

Medicina: 7 de los casos más extraños y curiosos de su historia

La historia de la medicina puede ser tan extraña como fascinante.

El experiodista de la BBC Thomas Morris lo sabe bien.

En su libro “El misterio de los dientes que explotaban y otras curiosidades de la historia de la medicina” (Penguin, 2018), revela siete de los casos más extraños en los anales médicos.

Aquí te mostramos un resumen:

1. Los dientes que explotaban
Hace 200 años, un clérigo de Pennsylvania, Estados Unidos (identificado solo como “el Reverendo D.A.”) comenzó a padecer un dolor de muelas insoportable.

Fuera de sí por la agonía, hizo todo lo posible para aliviar el dolor: correr por su jardín como un animal enfurecido, golpearse la cabeza contra el suelo y hundir la cara en agua helada.

Desafortunadamente, todos esos intentos fueron en vano.

A la mañana siguiente, el clérigo caminaba de un lado a otro por su estudio, agarrándose la mandíbula, cuando de repente “un estruendo agudo, como un disparo de pistola, rompió su diente en pedazos, dándole un alivio instantáneo”.

Extrañamente, la explosión del canino del sacerdote fue el comienzo de una epidemia de dientes explosivos que eventualmente sería reportado en una revista dental bajo el llamativo título: “Explosión de los dientes con un informe audible”.

Al parecer, el dolor de muelas de una mujer joven terminó de forma espectacular cuando su muela adolorida estalló con tal violencia que casi la derribó, ensordeciéndola durante varias semanas.

¿Qué pudo haber causado estas explosiones dramáticas? Los expertos propusieron numerosas teorías, que iban desde cambios bruscos de temperatura hasta los productos químicos utilizados en los primeros empastes.

Ninguno de estos argumentos, sin embargo, fue particularmente convincente, por lo que el caso de los dientes que explotaban sigue sin resolverse hasta la fecha.

2. El marinero traga cuchillos
En 1799, un marinero estadounidense de 23 años llamado John Cummings desembarcó para pasar la noche con sus compañeros en el puerto francés de Le Havre.

Allí, el grupo vio a un mago que entretenía a una gran audiencia pretendiendo que tragaba cuchillos.

Más tarde esa noche, Cummings, que ya estaba muy borracho, se jactó de que podía tragar cuchillos “igual que el francés”. Animado por sus amigos, el temerario marinero se metió su cortaplumas en la boca y se lo tragó.

El marinero vio a un hombre que tragaba cuchillos y tuvo la poca inteligente idea de imitarlo.
Cuando un espectador le preguntó cuántas navajas podía tragarse al mismo tiempo, Cummings respondió: “¡Todos los cuchillos a bordo de la nave!”, antes de consumir tres más.

Fue una hazaña impresionante, si bien fue una idiotez. Aunque Cummings no intentó tragar más cuchillos por seis años, en 1805 quiso lucirse en una fiesta y repitió su actuación frente a un grupo de marineros.

Pero no pasó mucho tiempo hasta que Cummings comenzó a sufrir los efectos negativos de su “dieta” poco ortodoxa.

Un terrible dolor abdominal hizo que comer se volviera cada vez más difícil y comenzó a morir de hambre.

Finalmente falleció en 1809 después de una larga enfermedad.

Sus médicos, que no habían creído su historia de que había comido cuchillos, quedaron inicialmente desconcertados, hasta que diseccionaron su cuerpo y se asombraron al descubrir los restos corroídos de más de 30 cuchillos dentro de su estómago e intestinos, uno de los cuales incluso perforaba su colon.

3. La cura de anca de paloma
Los médicos del siglo XIX empleaban una amplia gama de remedios extraños, pero pocos eran tan extraños como el recomendado por el médico alemán Karl Friedrich Canstatt.

El eminente especialista en enfermedades infantiles daba la siguiente receta para tratar las convulsiones infantiles: “Si uno sostiene el anca de una paloma contra el ano del niño durante el ataque, el animal muere pronto y el ataque cesa con la misma rapidez”.

En Londres se rieron de este insólito tratamiento pero sus defensores estaban convencidos de que había funcionado.
Fue una idea excéntrica y, curiosamente, el doctor Canstatt no fue el único médico que creía que funcionaba.

Cuando el director del Hospital Infantil de San Petersburgo, Dr. JF Weisse, fue convocado para tratar a un niño que estaba gravemente enfermo, una noche en agosto de 1850, tuvo poco éxito con los medicamentos convencionales.

Desesperado, pidió a los padres que consiguieran una paloma. “Después de que el ave se aplicó al ano del niño”, anotó en un diario médico, “jadeó para respirar varias veces, cerró los ojos periódicamente, luego sus pies se contrajeron en un espasmo y finalmente vomitó”.

El niño se recuperó milagrosamente, aunque no se puede decir lo mismo de la paloma: después de rechazar su comida, murió unas horas después.

Cuando las noticias sobre la “cura de anca de paloma” llegaron a las revistas médicas de Londres, causaron muchas risas.

Pero Weisse ignoró las burlas e instó a una mayor investigación: “Los experimentos con otras aves de corral son necesarios”, escribió, aparentemente en serio.

4. El soldado que removió su propio cálculo de vejiga
El coronel Claude Martin era un soldado del siglo XVIII que pasó gran parte de su vida trabajando para la Compañía Británica de las Indias Orientales.

Además de disfrutar de una exitosa carrera militar, trabajó como cartógrafo, arquitecto y administrador. Se convirtió en el europeo más rico de India y también construyó (y voló) el primer globo aerostático del país.

Pero lo que es menos conocido de Martin es que fue la primera persona que realizó -y que se sometió- a un procedimiento médico que más tarde sería conocido como litotricia.

Medio siglo después de que Claude Martin se operara a sí mismo, cirujanos franceses crearon un instrumento muy similar al que él inventó para remover cálculos en la vejiga.
Cuando desarrolló los síntomas de un cálculo en la vejiga, en 1782, Martin decidió no visitar a un médico, dándose cuenta de que una operación para extirparlo sería extremadamente dolorosa.

En cambio, el valiente francés tomó el asunto en sus propias manos.

Martin diseñó un instrumento especial hecho con una aguja de tejer y un mango de ballena. Luego insertó este instrumento casero en su propia uretra y dentro de su vejiga, y raspó la piedra poco a poco.

Encima de eso, el coronel repitió el horrible procedimiento hasta 12 veces al día, durante seis meses.

Sorprendentemente, funcionó: al final de ese período sus síntomas habían desaparecido.

Cincuenta años después, algo muy similar a la técnica de Martin se convirtió en un método estándar para el tratamiento de cálculos en la vejiga, gracias a la investigación pionera de cirujanos en París, que aparentemente desconocían lo que había hecho el coronel.

Martin no solo fue el primero en realizar el procedimiento, más tarde conocido como litotricia; también fue el primer paciente en someterse a esta operación.

5. El cuento del molinero
El 15 de agosto de 1737 un joven llamado Samuel Wood estaba trabajando en uno de los molinos de viento en la isla de los Perros en Londres.

Caminando en busca de otra bolsa de maíz, no se dio cuenta que tenía una soga colgando.

Al pasar frente a una de las grandes ruedas de madera, la cuerda quedó atrapada en uno de los engranajes y antes de saber lo que estaba sucediendo, voló por el aire y cayó bruscamente al suelo.

Al levantarse Wood no sintió dolor, excepto por un ligero hormigueo en su hombro derecho. Y entonces vio un objeto inesperado enganchado en la rueda: un brazo amputado.

¡Su brazo!, se dio cuenta con horror.

El accidente que tuvo en el molino convirtió a Samuel Wood en una leyenda médica.
Mostrando una compostura admirable, logró bajar por una escalera estrecha y luego caminar hasta la casa más cercana para pedir ayuda.

Perder una extremidad no es un asunto trivial: la lesión de Wood fue tan drástica que los médicos que trataron al joven temían un desenlace fatal. Pero se sorprendieron al ver que el brazo había sido arrancado tan limpiamente que la vida de su paciente no corría peligro.

Wood se recuperó de su percance en cuestión de semanas y se convirtió en una especie de celebridad: las tabernas locales incluso vendían imágenes del hombre que había sobrevivido cuando un molino de viento le arrancó el brazo.

En noviembre de 1737, tres meses después del accidente, Samuel fue llevado ante la Royal Society como una curiosidad viva, con su brazo amputado, ahora conservado en alcohol, que también se presentó para que los científicos reunidos lo examinaran.

6. Babosas en su estómago
En el verano de 1859, una niña de 12 años de Londres llamada Sarah Ann comenzó a quejarse de sufrir náuseas. Sus síntomas no eran graves y sus padres no se preocuparon hasta que una tarde vomitó una gran babosa de jardín, que fue descrita como “viva y muy activa”.

Sarah Ann luego vomitó siete babosas más, de varios tamaños, pero todas vivas, y sus padres decidieron que probablemente era hora de buscar atención médica.

Cuando le preguntaron si había comido algo inusual, la niña le dijo al médico que le gustaba comer las lechugas del jardín.

La teoría del médico de la niña fue que comió las babosas sin querer al ingerir lechuga de su jardín pero eso luego se refutó.
El médico concluyó que, sin saberlo, se había tragado a una familia de babosas jóvenes que habían crecido hasta la madurez dentro de su estómago por varias semanas.

También notó que Sarah Ann tenía una sola mano, algo que él atribuyó al hecho de que su madre había sido “asustada por un puercoespín” durante el embarazo.

La historia de las babosas parecía inverosímil y algunos expertos sugirieron que la niña debía estar fingiendo: “¿Puede la babosa del jardín vivir en el estómago humano?”, se preguntaba en un titular de la revista científica The Lancet.

JC Dalton, un profesor de fisiología de Nueva York, decidió averiguarlo. Realizó una serie exhaustiva de experimentos que involucraron mojar babosas vivas en ácido estomacal para ver qué sucedía.

Todas las criaturas murieron en cuestión de minutos y fueron digeridas completamente varias horas después, y el profesor concluyó, razonablemente, que no; las babosas no pueden vivir en el estómago humano.

Entonces, ¿qué estaba mal con Sarah Ann? Parece probable que su enfermedad fuera más mental que física.

Pero sea lo que sea lo que la afligió, ciertamente no fue una familia de moluscos que vivía en su estómago.

7. Una molestia ardiente
La halitosis, también conocida como mal aliento, es una condición incómoda y vergonzosa, pero rara vez es peligrosa.

En 1886, un hombre de Glasgow, cuyo nombre se desconoce, que había estado sufriendo de mal aliento durante aproximadamente un mes, desarrolló un nuevo síntoma preocupante.

Al despertarse en medio de la noche, prendió un fósforo para mirar su reloj. Cuando intentó soplarlo, su aliento se prendió fuego, causando una tremenda explosión.

Un médico eventualmente descubrió por qué el aliento de algunos hombres era combustible.
Su esposa se despertó de inmediato y encontró a su esposo escupiendo fuego como un dragón dispéptico.

El médico del hombre nunca había escuchado algo similar y al principio nadie sabía qué podría haber causado este fenómeno inusual.

Pero luego otro médico escocés, James McNaught, se encontró con un paciente tan afectado por eructos combustibles que tuvo que dejar de fumar por temor a incendiar su casa.

Al pasar un tubo dentro del estómago del hombre, el doctor McNaught pudo analizar el contenido. Descubrió que una obstrucción en el intestino hacía que el contenido del estómago del hombre se fermentara, produciendo grandes cantidades de metano inflamable.

Aunque es potencialmente peligroso, este estado también sirvió como truco divertido.

En la década de 1930, un paciente intentó encender un cigarrillo mientras jugaba un juego de bridge, pero se sintió abrumado por la necesidad de eructar.

Como informó una revista médica: “Al estar en compañía intentó hacerlo discretamente a través de la nariz; dejó electrificados a sus acompañantes cuando produjo dos llamas que salían de sus fosas nasales”.

¿Qué podría ser más discreto que eso?

Fuente: www.bbc.com

El “banco de tiempo” creado por un asesor de J.F. Kennedy que se convirtió en un fenómeno internacional

Imagínate un mundo en el que personas completamente desconocidas hicieran cosas buenas por otros, solo porque creyeran que en el futuro alguien hará algo por ellos cuando lo necesiten.

Imagínate un mundo en el que el tiempo de todos valiera exactamente lo mismo.

Imagínate comunidades enteras en las que la gente se ayuda mutuamente.

Ahora, recuerda el viejo adagio: “el tiempo es oro”.

Pues resulta que hay un movimiento internacional que se lo ha tomado al pie de la letra.

Si el tiempo es oro, se puede pagar con él.
Desde la década de 1980, ha creado bancos en todo el mundo en los que la moneda que usan es el tiempo.

La idea es simple y poderosa… aunque la realidad también tiende a serlo.

¿Cómo nació la idea?
Los intercambios de divisas basados en el tiempo se remontan al menos a principios del siglo XIX.

El anarquista individualista estadounidense Josiah Warren abrió el “Cincinnati Time Store” en 1827 para poner a prueba su teoría del valor económico de la mano de obra.

La experimental tienda “labor por labor”, que facilitaba el comercio con billetes respaldados por la promesa de realizar labores, fue exitosa durante los tres años que estuvo abierta.

Experimentos similares sucedieron en otras partes del mundo, pero la banca de tiempo en la forma en la que existe ahora fue la idea de un hombre: Edgar Cahn.

A Edgar Cahn se le ocurrió la idea cuando por primera vez en su vida se encontró dependiendo de los demás y sin posibilidad de pagarle a quienes lo cuidaban de una manera apropiada.
En los años 60 había trabajado con la administración de John F. Kennedy como asesor legal y escritor de discursos. Pasó luego a ser un admirado profesor de Derecho y defensor de los derechos humanos.

Pero en 1980, una catástrofe cambió el curso de su vida.

“Sufrí un paro cardíaco que destruyó el 60% de mi corazón”, le dice a la BBC Edgar Cahn.

“Me dieron 2 años de vida y 2 horas activas al día”.

“Mientras estaba en la unidad de cuidados intensivos, empecé a pensar cómo podía aprovechar esas horas, dado que nunca podría tener un empleo y no estaba dispuesto a ser un inútil”.

Usó esas 2 horas al día en cuidados intensivos para germinar su concepto de un banco de tiempo.

Una tara del capitalismo
Todo parte de lo que Cahn considera como una falla fundamental en las bases del capitalismo mismo.

“Un sistema monetario que valora lo que es escaso y devalúa lo que es más abundante, tratándolo como algo verdaderamente inútil…”.

Un sistema que no nos aprecia porque no somos escasos.
“De pronto me di cuenta de que lo que devalúa es ser un ser humano, porque no somos escasos. El precio de cuestiones universales que le han permitido a nuestra especie sobrevivir es casi cero porque es universal”.

Universales como la amabilidad y la ayuda, cosas como escuchar a las personas y apoyar a los necesitados.

“Pensé que tal vez necesitábamos un tipo de dinero que valorara lo que significaba ser un ser humano”, explica Cahn.

Una idea revolucionaria que no fue bienvenida.

“Cuando intenté ponerla en práctica, nadie quería escucharme”. Particularmente los economistas.

“Todos pensaban que la banca de tiempo no funcionaría. Si lo que ganarías al dar una hora de tu tiempo es la misma cantidad de horas”, el sistema económico colapsaría.

1 hora x 1 hora = inaceptable en ciertos círculos.
Así que, tras una notable recuperación médica, Cahn estudió economía y se dispuso a demostrar que estaban equivocados.

Obtuvo fondos para iniciar algunos bancos de tiempo piloto y, para fines de la década de 1990, la idea había echado raíces en Estados Unidos y más allá.

Hoy en día no es una idea: hay miles de personas que dan y reciben tiempo, como miembros de este tipo de banca.

Para hacernos una idea…

Para experimentar de primera mano lo que es un banco de tiempo, Tom Colls de la BBC fue a la ciudad inglesa Saint Neots, donde se ganó una hora de crédito cortando el césped de María.

Tom habría podido depositar su hora en el banco de tiempo pero no resistió la tentación e inmediatamente se la gastó en un masaje suministrado por Claire.

Claire se unió al banco de tiempo pues le pareció que “era una buena oportunidad para darle algo a la comunidad. Y porque se siente bien ayudar a la gente”. Para ella, recibir créditos de tiempo es un bono.

Y como todo banco necesita un banquero, Tom fue a conocer a Georgina Corley.

Es ella quien coordina el encuentro entre los que necesitan algo y los que quieren y pueden darlo, mantiene la base de datos, consigue nuevos miembros…

“Y mucho más. Es un trabajo de jornada continua, pero sin horas fijas”.

Una hora cortando el césped…
Pero, ¿cuán estricta es? ¿Qué medidas toma cuando alguien se sobregira y entra en deuda de tiempo?

“No somos como un banco. No tienes que tener crédito para empezar. Solo una vez en 6 años he tenido que decirle a alguien que pagara por lo que quería: la idea no es quitarle trabajo a nadie”, le explicó a la BBC.

El banco de Saint Neot es un grupo de buena gente ayudándose entre sí, coordinados por otra buena persona que “lleva las cuentas” en hojas de cálculo y listas de nombres y habilidades.

A escala mayor
Para tener una idea de las cifras y actividades del movimiento de la banca de tiempo en la actualidad…

Timebanks USA, la organización que Edgar Cahn fundó en 1995, tiene entre 30.000 y 40.000 miembros que han intercambiado unas dos millones de horas.

…por una hora de masaje. ¿Qué te parece?
En otros lares, hay bancos como:

Timebank Repair Café, en los que se reúnen gente con cosas dañadas -ropa, muebles, bicicletas, electrodomésticos, juguetes, etc.- con expertos que los arreglan y le enseñan a quien quiera asistir cómo hacerlo. Hay 1.500 Repair Cafés en el mundo.
En el campamento de refugiados Azraq en Jordania donde los refugiados no pueden trabajar por dinero; lo hacen por tiempo, para recibir cortes de pelo, por ejemplo.
En Holanda hay un mercado en el que puedes pagar con 1,25 horas por una caja de vegetales orgánicos.
El ejemplo más dramático
El 22 de febrero de 2011, poco después de la una de la tarde un fuerte terremoto sacudió una pequeña ciudad llamada Lyttelton, en Nueva Zelanda.

“Había polvo, gente gritando y abrazándose en las esquinas de las calles”, recuerda Julie Lee, en conversación con la BBC.

En esa época era la encargada del banco del tiempo y lo primero que hizo fue “algo muy estúpido”: entró a su oficina por su computadora.

Ahí tenía los detalles de gente que podría estar dispuesta a ayudar. Y eso fue precisamente lo que hicieron.

Cuando Lyttelton se desmoronó, los miembros del banco de tiempo se organizaron para socorrer a quien lo necesitara.
“Armamos un centro de atención de emergencia. Teníamos equipos de voluntarios que formaban cadenas para sacar muebles de las casas. Le llevábamos agua y comida a la gente; chequeábamos que las personas mayores, estuvieran a salvo”.

“Fue un honor estar involucrada en algo así”.

En la crisis, las relaciones entre los miembros del banco de tiempo, construidas durante meses de cortar césped y pasear perros, beneficiaron a toda la ciudad.

No todo es de color rosa

No obstante, muchos bancos de tiempo fracasan: empiezan intercambiando grandes cantidades de horas y luego pierden el impulso.

“Es cierto”, confirma su fundador Edgar Cahn. “Es en parte porque a la gente no le gusta pedir ayuda”.

Al parecer, es más fácil dar que recibir.
Quizás es parte de la naturaleza humana. El hecho es que hay más dadores que recibidores de tiempo.

El otro problema es que, después de un tiempo, las relaciones entre los miembros se cimentan y dejan de necesitar el banco pues ya saben quién necesita ayuda y quién los puede ayudar.

Pero el mayor problema es la cantidad de trabajo que tiene que hacer el banquero, gratis.

La tecnología al rescate
No todos se pueden dar el lujo y la solución más común es pagarle al banquero, con fondos de organizaciones de caridad o el gobierno local, por ejemplo.

Por supuesto que eso genera un fuerte debate pues los puristas piensan que pagarle al banquero es envenenar el sistema entero, mientras que los realistas argumentan que es la única manera en la que puede sobrevivir.

Hay, no obstante, otra solución: no tener banqueros.

La tecnología al rescate.
TimeRepublik es un start-up que tiene 100.000 usuarios en todo el mundo, que ofrecen y reciben tiempo haciendo cosas como dar clases en vivo por video, así como servicios más locales, como sacar a caminar a perros.

“Las horas son nuestras monedas”, le explica a la BBC Gabriele Donati, su director ejecutivo.

“Si por ejemplo necesitas un masaje o que te arreglen la ducha o un nuevo logo, publicas tu solicitud y quienquiera que tenga ese talento es alertado. Puedes ponerte en contacto con una comunidad local o global dispuesta a ayudarte”.

Aunque muchos usuarios son inactivos, Donati señala que en promedio cada solicitud recibe 8 ofertas de ayuda.

Tecnología como ésta le sería muy útil a los bancos de tiempo tradicionales, pero cuando Donati se las ofreció “no tuvo buena acogida, lo cual es comprensible. Para ellos TimeRepublik es una entidad corporativa, un gran virus que puede contaminar su comunidad”.

Parecidos pero no iguales.
Eso porque TimeRepublik es un negocio con mucho ánimo de lucro: vende su sistema de monedas de tiempo a grandes corporaciones.

Y su ambición es crecer, tanto como sea posible.

Tu porción de eternidad
De una forma u otra, la banca de tiempo está evolucionando.

Quizás alguna de esas formas se impondrá y millones se unirán…. La idea suena bien para muchos, aunque en la práctica sea un poco complicada,

“Lo más precioso que tienes es una hora, y esa es tu porción de la eternidad. Eso es lo que estás dando y lo que estás invirtiendo. Y eso es todo lo que tienes”, concluye Edgar Cahn.

Fuente: www.bbc.com

Esto tambien pasara Reflexion

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
– Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total…

Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.

El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- manténlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-

 

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino…

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:
Simplemente decía “ÉSTO TAMBIÉN PASARÁ”.

Mientras leía “ésto también pasará” sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes… y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

 

El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:

-Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.

-¿Qué quieres decir? –preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.

-Escucha –dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.

Entonces el anciano le dijo:

-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

Qué impacto tendrá en América Latina la alianza entre Rusia y la OPEP para recortar la producción de petróleo en 2019

Durante el próximo año, habrá menos petróleo en el mundo.

No se debe a una carencia del combustible ni a problemas con su procesamiento o exportación.

Se trata de una decisión concertada este viernes entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia para reducir la producción mundial en 1,2 millones de barriles por día (bpd) durante el primer semestre de 2019.

Bajo el acuerdo, todavía en negociación, los miembros de la OPEP deberán recortarán 800.000 bpd, mientras Rusia y otros aliados se encargarían del resto.

Aunque en un inicio Arabia Saudita había dicho que asumiría el recorte, la decisión quedó en suspenso cuando Riad anunció que no apoyaría una exención en los cortes para su archienemigo Irán (que ya ve limitada su producción por sanciones de Washington).

La medida, que enfrentó fuertes presiones de Estados Unidos, tiene lugar tras una abrupta caída en los precios del crudo a nivel mundial, que se redujeron casi un tercio a inicios de octubre.

“Ahora, para 2019, estamos enfrentando un escenario en el que la oferta petrolera crecerá por encima de la demanda”, explica a BBC Mundo Ixchel Castro, gerente para Latinoamérica de Petróleos y Mercados de Refinación de la consultora Wood-Mackenzie.

De ahí que, de acuerdo con la experta, la OPEP abogue por un recorte para reducir la producción y evitar así una caída mayor en los precios del crudo.

“Un recorte de la producción de 1,2 millones de bpd traería una estabilidad de precios al mercado. Se establecerían sobre los US$66 por barril aunque todavía eso no sería suficiente todavía para darle fortaleza al mercado”, indica Castro.

Cómo se llegó a este punto
Varios factores contribuyeron a que la producción de petróleo programada para 2019 fuera a superar las estimaciones del consumo.

Según los expertos consultados por BBC Mundo, entre ellos se encuentran:

el crecimiento de la producción de Estados Unidos: según datos oficiales, el país recuperó su posición como principal productor de crudo en el mundo, por encima de Rusia y Arabia Saudita.
se ha producido más petróleo que la demanda: para reducir o contrarrestar el efecto de las sanciones que EE.UU. impuso a Irán, la OPEP decidió aumentar su producción. Pero Washington, finalmente, concedió permisos temporales a algunos países para que continuaran comprando crudo a Teherán.
Jorge Piñón, director Centro de Políticas Internacionales de Energía y Medio Ambiente de la Universidad de Texas, considera que un recorte de este tipo debe verse en dos dimensiones: el impacto que tendría para los consumidores y para los mercados.

“El interés de los consumidores es que los precios de la gasolina bajen; que se tenga un precio accesible y bajos precios del petróleo benefician al sector e ingresan recursos adicionales al país”, explica a BBC Mundo.

En julio de 2008, el precio del barril de Brent en los mercados internacionales alcanzó los 146 dólares.
No obstante, la experta de la consultora Wood-Mackenzie aclara que el recorte no implica necesariamente un aumento de los precios de la gasolina, sino que estos se mantengan estables.

Pero ¿cómo puede impactar esto en los países de América Latina?

Impactos colaterales
Según los especialistas consultados por BBC Mundo, para analizar el impacto de este recorte en la región habría que diferenciar entre los países que son miembros de la OPEP y los que no.

Pero en ningún caso, aseguran, la medida tendría una repercusión en cuanto a reducción del número de barriles.

“La producción de Venezuela, que es miembro de la OPEP, ya está en franca caída desde hace tiempo. Entonces, no es previsible que se puedan comprometer a una reducción aún mayor”, considera Piñón.

El experto añade que la dura crisis que enfrenta el país ha hundido también su principal sector de exportación y que la mayor parte del petróleo que produce lo envía a China o a Rusia, para pagar deudas, o a Cuba, como parte de convenios políticos, por lo que no es previsible un acuerdo con la OPEP para otro recorte.

“Con Ecuador, que es el otro miembro, pasa que su producción es muy pequeña. Ya incluso había dicho que no podría cumplir con el cupo que le había fijado la OPEP, entonces tampoco sería significativa esta medida para ellos”, opina.

Castro coincide en que a partir de 2019 veríamos un escenario en el que Venezuela y Ecuador seguirían operando como hasta ahora, y solo recibirían el beneficio de la estabilidad de precio.

“La repercusión más importante vendría para los países que no forman parte de la OPEP, en particular Colombia, México y Brasil”, señala la analista de Wood-Mackenzie.

Colombia, México y Brasil

La analista considera que la medida puede ser relevante para estos tres países, donde hay nuevos gobiernos que necesitan la estabilidad del petróleo para poder financiar sus gastos durante el próximo año.

Brasil, según Piñón, ya es el mayor productor de crudo de Latinoamérica, por lo que necesitará centrarse en cómo hacer las operaciones de Petrobras más eficientes y cómo encontrar nuevos actores para invertir.

“Y una estabilidad en los precios del crudo es fundamental para atraer a nuevos clientes”, opina.

Brasil superó a Venezuela y a México como principal productor de la región.
El caso de México, donde el nuevo gobierno prometió no subir los precios de la gasolina, resulta similar, a criterio de los expertos.

“Es un país que también tiene coberturas petroleras que podrían ayudar a una caída de precios y se está apostando por un Pemex (Petróleos Mexicanos) fuerte, que reinvierta mucho en exploración y producción, por lo que también necesita estabilidad de precios”, señala Castro.

Colombia, otro de los países productores de la región, necesita, según la experta, reactivar rondas y reducir las tasas de declinación, por lo que también necesita de precios estables para seguir adelante.

Según los expertos, el recorte no implicará un aumento notable en los precios de la gasolina.
No obstante, Piñón aclara que ni Colombia ni Brasil tienen capacidad suficiente de refinación, lo que implica que, aunque exporten crudo, tengan que importar combustible.

De ahí que un menor precio del petróleo también sea conveniente para sus economías.

Pero, ¿qué pasa con el resto de los países de América Latina?

“En este caso, nos encontramos con países que mayoritariamente importan combustible, por lo que se beneficiarían con precios más bajos”, opina Piñón.

“O sea, una mayor producción ayudaría a la economía, a la industria y al bolsillo del consumidor. No le veo un impacto positivo en sí para estos países con que se hagan estos recortes”.

Fuente: www.bbc.com

Lo que hay detrás de la foto viral del niño que juega con jaguares en Brasil

Un niño posa para la foto mientras se baña en una laguna junto a, efectivamente, dos jaguares. Y uno de ellos aparece como si lo estuviera “abrazándolo”. La imagen, por supuesto se volvió viral.

La foto es literalmente increíble. Tanto que la popularidad de la imagen también alimentó las dudas sobre su autenticidad.

Pero es real e ilustra una escena que se da de forma bastante regular.

Tiago Silveira, el niño que aparece en la foto, vive y juega con jaguares desde que es un bebé en su país natal, Brasil.

“Tengo algunos amigos que me dicen que la imagen es falsa, pero a muchas otras personas les gusta y quieren conocer a los jaguares. Es bueno mostrar algo de mi experiencia a quienes no han tenido tanta suerte como yo”, le dice el niño de 12 años a BBC Brasil.

Crecer con grandes felinos
Los padres de Tiago, Leandro Silveira y Anah Jacomo son biólogos que coordinan el Instituto Jaguar de Brasil (IOP, por sus siglas en portugués) en el estado de Goiás, en el centro del país sudamericano.

Su principal objetivo es estudiar y preservar al felino más grande del continente americano.

“Mi hijo nació en un ambiente con jaguares y aprendió a lidiar con ellos desde que era un bebé. Obviamente ponemos límites, pero él ya sabe cómo comportarse. Es muy natural para él”, explica Silveira, quien publicó la famosa foto.

“Es parte de su vida cotidiana, no hay nada extraño en esto”, añade.

Los padres de Tiago trabajan para la preservación del jaguar en Brasil.
Cuando nació Tiago, sus padres estaban cuidando a tres cachorros de jaguar.

Sus viajes incluían paradas para alimentar con biberón a los cuatro pequeños, que se desplazaban con ellos en una camioneta.

El niño se siente privilegiado por tener la experiencia de crecer con grandes felinos.

“Es una relación de amor y respeto. Siempre me gustó ayudar a mis padres a cuidar de los animales”.

Silveira le enseñó a su hijo las mismas lecciones que le da al público en general con respecto a los encuentros con jaguares.

“Estos animales no tienen a los humanos como presa. Reaccionan ante nuestras acciones, por lo que es importante respetarlos. Su lenguaje corporal te dirá si no quieren que te acerques”, dice el biólogo.

A Tiago se le enseñó a respetar los límites cuando se trata de los animales.
Límites
“Es crucial entender los límites. Cuando el jaguar quiera proximidad, vendrá. No son animales sociales, pero crean vínculos de por vida (con los humanos)”.

La madre de Tiago dice que nunca hubo un incidente entre el niño y los jaguares. También resalta que nunca dejó a su hijo solo con ellos.

“Siempre hemos sido muy cuidadosos con los jaguares y con cualquier otro animal. Nuestras reglas de seguridad son muy claras”.

“Quiero ayudar a mis padres cuando crezca”, dice Tiago.
El refugio
La reserva ocupa un área de unas 50 hectáreas propiedad de Silveira y Jacomo, que no permiten el ingreso de visitantes, por respeto a los animales.

Crearon el IOP en 2002 y originalmente solo querían estudiar a los jaguares, pero luego cambiaron de opinión con el pedido del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables para que criaran cachorros huérfanos.

En la actualidad, la cría de jaguares ocupa la mitad de su propiedad.

Según Silveira, el 95% de las operaciones se financian con el dinero propio de la pareja y el resto proviene de donaciones.

Más de 30 jaguares pasaron por la reserva de los padres de Tiago en la última década.
“Para nosotros es una búsqueda eterna de ingresos, porque nunca recibimos financiamiento público”, dice.

Actualmente, la familia cuida 14 jaguares, incluyendo cuatro cachorros y ocho adultos. Y durante la última década, atendieron a 35 animales.

A menudo son enviados a otros institutos para ayudar con la reproducción y preservación de la especie.

El jaguar es uno de los animales que integra la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Aunque están presentes en 21 países, se estima que Brasil alberga a casi la mitad de su población, entre 20.000 a 30.000 animales.

Sin embargo, los ejemplares que llegan al IOP no se devuelven a la naturaleza por temor a que los humanos los maten, especialmente los granjeros que defienden su ganado.

Muchos de los cachorros que la familia de Tiago cuida son huérfanos de ejemplares que granjeros mataron.
Otra razón es que algunos de esos animales tuvieron contacto frecuente con los humanos.

“Es muy difícil para estos jaguares perder este vínculo con los humanos. Si son liberados, podrían regresar a lugares con una presencia humana y terminar muertos”, explica Jacomo.

Reencuentro
En el último año, Tiago se separó de los jaguares porque se mudó a la capital del estado, Goiania, para sus estudios de secundaria.

Y los extraña.

“Es difícil para mí porque viví con ellos desde que era muy pequeño. Cada vez que visito a mis padres siento que los jaguares también me extrañan, juegan conmigo de una manera diferente”, dice.

Tiago solo ve a sus amigos felinos cada tres meses debido a sus estudios.
“Es gratificante ver que todo el amor y el afecto que tengo por ellos es recíproco”.

La foto que se volvió viral fue tomada el 15 de noviembre de este año durante una de sus visitas a sus padres.

A juzgar por los deseos del niño, tal vez podamos ver algún día a algún nieto de Silveira posando con los felinos.

“Quiero estudiar biología y seguir los pasos de mis padres. Estamos tratando de salvar una especie y quiero continuar con esta lucha”, afirma Tiago.

Fuente: www.bbc.com