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Por qué casi no estornudamos mientras dormimos y otros 4 datos curiosos sobre los estornudos

Estornudar es un reflejo involuntario que todos los seres humanos tenemos pero que todavía no entendemos del todo.

Es una respuesta natural de defensa antes cosas que irritan las membranas de nuestra nariz: cuando se produce, las señales nerviosas hacen que los músculos del pecho y la garganta respondan, expulsando fluido mucoso por la nariz y la boca.

A raíz de la noticia la semana pasada de un hombre que se rasgó la garganta por contener totalmente un estornudo, exploramos algunos mitos y realidades sobre este extrañamente estrepitoso movimiento que sorprende cada tanto a nuestro cuerpo, lo queramos o no.

1. Las gotitas del estornudo pueden flotar durante varios minutos
Según experimentos llevados a cabo por Lydia Bourouiba, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) los estornudos crean nubes de saliva y gas que pueden transportar gotitas infecciosas a una distancia considerable.

Los estornudos crean nubes de saliva y gas que pueden transportar gotitas infecciosas
Estas nubes pueden mantenerse en el aire durante varios minutos y “viajar” hasta ocho metros de distancia.

2. Estornudo fótico, una disfunción genética
El objetivo de estornudar es limpiar la cavidad nasal, expulsando partículas extrañas o irritantes. Pero no solo los gérmenes y el polen pueden desencadenar una ola de estornudos.

Mirar a una fuente de luz fuerte, como el Sol, puede desencadenar un estornudo… o una cadena de estornudos.

La mayoría de las personas tienen estornudo fótico.
Investigadores alemanes del centro médico de la Universidad de Saarland, en Alemania, hallaron que la mayoría de los 1000 pacientes que entrevistaron en el departamento de otorrinolaringología experimentaban lo que se denomina como estornudo fótico, cuando se produce ese movimiento reflejo al mirar a una luz brillante.

Los expertos sospechan que el reflejo de estornudo fótico se transmite genéticamente y responde a una disfunción congénita en las señales nerviosas.

3. Otras cosas extrañas que nos hacen estornudar…
Algunas personas pueden empezar a estornudar después de darse una gran comida y sentirse con el estómago lleno.

Otras, según recoge un artículo en la revista de la Asociación de Médicos de India, pueden sufrir un ataque de estornudos cuando se excitan sexualmente.

Una posible explicación, según los investigadores, es que la nariz, como los genitales, contiene tejido eréctil.

En 1972 un hombre escribió a la revista Journal of the American Medial Association para contar que siempre padecía un ataque severo de estornudos inmediatamente después de tener un orgasmo.

Por otro lado, oler pimienta, sacarse un pelo de la nariz o hacer cosquillas dentro de la nariz con algo alargado también pueden desencadenar estornudos.

4. ¿Por qué casi no estornudamos mientras dormimos?
Algunos investigadores creen que no se puede estornudar durante las fases de sueño de movimiento ocular rápido, conocido como REM por sus siglas en inglés (Rapid Eye Movement).

Es mejor estornudar sobre un pañuelo desechable que sobre las manos para evitar el contagio.
Argumentan que durante esa fase, cuando soñamos, los músculos de nuestro cuerpo están relajados y no se producen reacciones reflejas.

Pero la gente entra y sale de fases REM de sueño, así que técnicamente sí podrías estornudar mientras duermes.

No es de extrañar que no haya habido muchas investigaciones como para dar una respuesta definitiva…

5. Cuánto duró el ataque de estornudos más largo
Según el libro Guiness de los records, la británica Donna Griffiths sufrió un ataque de estornudos que duró 976 días, más de dos años y medio.

Griffiths empezó a estornudar el 13 de enero de 1981 y se estima que estornudó un millón de veces durante el primer año, unas 2.700 veces al día.

El primer día en que no estornudó fue el 16 de septiembre de 1983, según el libro internacional de los récords.

¿Qué son y cómo se miden las calorías que tanto nos obsesionan?

Las contamos, nos preocupamos por las ingerimos o las que quemamos, y a veces nos atormentan pues son el precio que pagamos por un placer.

Pero, ¿sabes qué son exactamente las calorías?

Pues una caloría es la cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura de 1 gramo de agua de 14,5 a 15,5 grados centígrados a la presión normal.

Sin embargo, la medida que utilizó el químico estadounidense Wilbur O. Atwater, la fuerza impulsora detrás de la popularidad de las calorías, no fue estrictamente esa.

La de Atwater era la Caloría, con mayúscula, y la diferencia es importante.

La fuerza vital está en el estómago
Durante siglos se creyó que el calor de los animales -humanos incluidos- era resultado de una fuerza vital mística, hasta que en el siglo XVII empezó a emerger la idea de que la causa era la combustión de alimentos.

En su “De Homine” (1662), el matemático, filósofo y científico René Descartes parece haber sido el primero en enunciar una teoría correcta señalando que el cambio que se producía en la comida en el estómago era como el que se producía al verter agua sobre cal viva.

Pero fue Antoine-Laurent de Lavoisier, el padre de la química moderna, quien lo probó con experimentos.

Midiendo el contenido calórico de la comida quemándola. El alimento se prende y el calor que despide aumenta la temperatura del agua que está en el tubo de ensayo. Ese aumento se usa para calcular la cantidad de energía liberada.
En 1780 utilizó un conejillo de indias en sus experimentos con un calorímetro para medir la producción de calor. El calor de la respiración del conejillo de indias fundía la nieve que rodeaba el calorímetro, mostrando que el intercambio de gas respiratorio es una combustión, similar a una vela encendida.

La teoría del calor que dio en 1780 su “Memoria sobre el calor” es esencialmente la misma que tenemos en la actualidad.

2.000.000 de calorías al día
Tanto el instrumento -el calorímetro- como la medida -la caloría- se usaban en varias ciencias y, en la década de 1870, el químico francés Marcelino Berthelot observó que había dos definiciones para “caloría”.

Decidió definir la caloría en minúscula como una g-caloría o pequeña caloría y la Caloría en mayúscula para referirse a la kilocaloría.

Atwater midió el contenido calórico de más de 500 alimentos.
Para cuando Atwater la introdujo como unidad de energía para alimentos en 1887, en un artículo titulado “La energía potencial de la comida”, la Caloría era definida como el calor necesario para elevar la temperatura de 1 kilogramo de agua de 0 a 1° centígrados.

Y esa, con mayúscula, era la que más se ajustaba a su propósito que era educar.

Una caloría en nutrición es en realidad 1.000 de las calorías pequeñas pero decirle a la gente que debía consumir dos millones de calorías al día o hablarle de kilocalorías a un el público que no estaba familiarizado con los prefijos métricos era inconveniente.

Su artículo marcó un hito en la ciencia de la nutrición y la medida se quedó para siempre.

A partir de la década de 1890, Atwater y su equipo en la Universidad Wesleyana emprendieron un estudio exhaustivo sobre el contenido calórico de más de 500 alimentos con la intención de encontrar una forma científica y saludable de mantener el peso.

A principios de la década de 1900, Atwater era una de las principales autoridades en materia de ingesta alimentaria y su consejo era sencillo: disminuye el exceso y asegura un equilibrio entre los alimentos.

Pero sólo si te la comes entera.
La “alimentación científica”
Atwater ideó una serie de fórmulas para ayudar a la gente a obtener la mayor cantidad de energía de la menor cantidad de alimentos.

Unió la economía y la fisiología en lo que llamó “la economía pecuniaria de los alimentos” y fue pionero del movimiento de “alimentación científica”.

La idea atrajó a los médicos franceses, que creían que las familias de la clase trabajadora gastaban demasiado en carne y vino, cuenta Martin Bruegel, historiador del Instituto Nacional Francés de Investigación Agrícola, en un artículo publicado por el diario New York Times.

El resultado fue un programa de “alimentación racional” para instruir a los pobres a mantener los gastos de alimentos dentro de los límites de sus modestos presupuestos.

Los instaban a comer legumbres ricas en proteínas en vez de carne roja, pasta en cambio de salchichas y a sustituir el vino con bebidas azucaradas.

En pocas palabras.
Estaban convencidos de que la ignorancia era el problema y la información la solución.

Así que ¡a informar!: en los menús de los comedores de las fábricas y los restaurantes de clase trabajadora aparecían datos nutricionales. Llegaron hasta a poner básculas en la entrada de los lugares para comer para ayudar a los clientes a controlar su peso.

En tableros enumeraban opciones culinarias cuidadosamente calibradas, para que los trabajadores ensamblaran comidas nutritivas.

El programa fracasó.

Sin embargo, los estadounidenses adoptaron la moda.

Restaurantes científicos
En 1914 la Junta de Salud del Estado de Nueva York introdujo un “restaurante científico”, donde los almuerzos del personal se preparaban de acuerdo con “las teorías dietéticas más modernas”, afirma Martin Bruegel.

Los restaurantes de todo el país comenzaron a enumerar el contenido de energía y proteínas en sus menús.

Exterior de uno de los restaurantes de la cadena Childs en Pennsylvania Avenue, Washington, DC, en 1917. (Harris & Ewing, Wikipedia)
Childs Restaurants, un antecesor de las cadenas globales de comida rápida, brindó “una lección completa en dietética, matemáticas, conservación de alimentos, paciencia, economía y patriotismo, además de un plato de comida” a su clientela.

Las demandas de la Primera Guerra Mundial hicieron que la eficiencia fuera aún más imperativa.

En 1924, la Asociación de Propietarios de Restaurantes buscó proporcionar a los comensales consejos impresos sobre comidas bien balanceadas “desde el punto de vista de las calorías”.

Ciencia sin placer

Choucroute cocinado en vino blanco, un plato típico de Alsacia en el que poco importan las calorías.
Ninguna de estas iniciativas surtió efecto. Para los consumidores europeos y estadounidenses, las comidas copiosas y apetecibles superaban a las fórmulas científicas.

Y es que la comida es más que un combustible.

Los franceses continuaron comiendo sus carnes rojas y bebiendo su vino tinto porque sus platos les daban un sentido de pertenencia a una comunidad, como señala Bruegel.

De manera similar, los consumidores estadounidenses después de la Segunda Guerra Mundial vieron el acceso a alimentos abundantes, cada vez más baratos y menos saludables, como prueba del sueño estadounidense, incluso si el impacto en sus cinturas y su bienestar ha sido desastroso.

Calorías filtradas
Pero el minucioso trabajo de Atwater no se perdió.

Poco a poco fuimos aprendiendo.
De sus estudios había surgido una regla general: peso por peso, la grasa contiene 9 calorías por gramo, aproximadamente el doble que las proteínas o los carbohidratos.

Esto llevó al llamado sistema Atwater, que todavía se usa, para saber cuántas calorías tienen los alimentos sin necesidad de hacer pruebas de laboratorio: se calculan las proporciones de grasa, proteínas y carbohidratos que contienen y se multiplican por el factor relevante “Atwater”, lo que da como resultado el contenido calórico total.

Además, el conteo de calorías se fue filtrando en la consciencia colectiva.

Hoy es raro encontrar a alguien que no sepa cuántas debe ingerir para mantenerse sano.

Y, por más que tratemos de eludir la realidad, por allá en el fondo de la mente sabemos que ese medio litro de helado que nos comimos distraídamente mientras veíamos televisión tiene más calorías de las aconsejables… ¡unas 1.300!

Historia de un Divorcio Reflexion

Cuando llegué a mi casa esa noche, mientras mi esposa me servía la cena, le agarré su mano y le dije, tengo algo que decirte. Ella se sentó y comió callada. La observé y vi el dolor en sus ojos, de pronto no sabía cómo abrir mi boca, pero tenía que decirle lo que estaba pensando. “Quiero el divorcio”.
Ella no parecía estar disgustada por mis palabras y me preguntó suavemente ¿por qué?… No supe que responder.

Esa noche no hablamos, sólo escuche lo mucho que lloraba. Sabía que quería saber qué estaba pasando con nuestro matrimonio, pero no pude contestarle. Sucedió que ella había perdido mi corazón, ahora le pertenecía a otra mujer llamada Juana. Yo ya no amaba a mi esposa, solamente le tenía lástima!

Con un gran sentido de culpabilidad, escribí un acuerdo de divorcio y en este acuerdo ella se quedaba con la casa, el carro y el 30% de nuestro negocio. Ella miró el acuerdo y lo rompió a pedazos!

Ella pasó 10 años de su vida conmigo y éramos como extraños! Yo le tenía lástima, por todo su tiempo perdido, su energía pero ya no podía cambiar, yo amaba a Juana. De pronto empezó a gritar y a llorar para desahogarse. La idea del divorcio ahora era mas clara para mí.

 

Al día siguiente llegué a casa y la encontré escribiendo en la mesa. No cené y me fui a dormir, estaba muy cansado de haber pasado el día con Juana. Cuando desperté, todavía estaba mi esposa escribiendo en la mesa. No me importó, me viré y seguí durmiendo.

Por la mañana mi esposa me presentó sus condiciones para el divorcio. No quería nada de mí, pero necesitaba un mes de aviso antes del divorcio. En sus condiciones me pedía que por un mes tendríamos que vivir como hasta ahora, vivir normal. Su razón era simple, nuestro hijo tenía todo ese mes exámenes y no quería molestarlo con nuestro matrimonio quebrantado. Yo estuve de acuerdo, ella tenía otra petición. Que me acordara cuando yo la cargué a nuestro cuarto el día que nos casamos. Me pidió que por ese mes, todos los días la cargara del cuarto hasta la puerta de salida de la casa!

Pensé que se había vuelto loca, pero para llevar la fiesta en paz, y para que firmara el divorcio después del mes, acepté.

Le conté a Juana lo que mi esposa me había pedido. Ella se reía en voz alta, y decía que era absurdo la petición, que no importaba que truco usara, tendría que darle la cara al divorcio.

 

Mi esposa y yo no teníamos contacto físico desde que expresé mis intenciones de divorcio, así que cuando la cargué el primer día hasta la puerta de salida, los dos nos sentimos mal, incómodos. Nuestro hijo caminaba detrás aplaudiendo y diciendo: Papá está cargando a mi mami en sus brazos. Sus palabras me causaron mucho dolor. Caminé los 10 metros con mi esposa en mis brazos, ella cerró los ojos y me dijo en voz baja: No le digas a nuestro hijo del divorcio. Afirmé con la cabeza un poco disgustado, la bajé cuando llegué a la puerta, y se fue a esperar el transporte para ir al trabajo.

El segundo día, los dos estábamos más relajados. Ella se apoyó en mi pecho. Pude sentir su fragancia, me di cuenta que hacia tiempo que no la miraba detenidamente. Ya no era tan joven, tenía algunas arrugas, algunas canas. Era notable el daño de nuestro matrimonio! Por un momento pensé y me pregunté. ¿Qué fue lo que le hice?…

El cuarto día, la cargué, sentí que la intimidad estaba regresando entre ambos. Esta era la mujer que me dio 10 años de su vida. En el quinto y sexto día, seguía creciendo nuestra intimidad. No le dije nada al respecto a Juana, pero cada día era más fácil cargar a mi esposa. Pensé que me estaba acostumbrando a cargarla porque era menos notable cargar el peso de su cuerpo conforme pasaban los días.

 

Una mañana ella estaba viendo que ponerse, se había probado muchos vestidos pero no servían. Se quejó diciendo: ¡Mi ropa se ha puesto grande!!! Y fue ahí que me di cuenta que estaba muy delgada, y esa era la razón por la cual yo no sentía su peso al cargarla.

De pronto sentí que le había enterrado mucho dolor y amargura. Sin darme cuenta le toqué su cabello, en ese momento nuestro hijo entró a la recamará y dijo: “papá llegó el momento de que cargues a mamá hasta la puerta!!”.

Para mi hijo ver a su padre día tras día cargar a su mamá hasta la puerta, se había convertido en una parte esencial de su vida. Mi esposa lo abrazó, yo vire mi cara, sentí temor que cambiara mi forma de pensar sobre el divorcio.

Cargar a mi esposa en mis brazos hasta la puerta, se sentía igual que el primer día de nuestra boda. Ella acariciaba mi cuello suavemente y natural, yo la abrazaba fuerte, igual que nuestra noche de bodas. La abracé y no me moví, pero la sentí tan livianita y delgada que me dio tristeza.

El último día igual la abracé y no quería moverme, quería que el momento durara mucho más.

Manejé para la oficina, un impulso dentro de mí me hizo cambiar de dirección. Al llegar a mi nuevo destino salí del auto, subí las escaleras y al tocar la puerta Juana me abrió. La vi a los ojos y sin vacilar le dije: Lo siento, no quiero ni voy a divorciarme de mi esposa.

Juana me miró con asombro, quería explicaciones. Yo, amaba a mi esposa y ella a mí. Era que entramos en rutina y estaba aburrido, no valoré los detalles de nuestra vida, hasta que empecé a cargarla de nuevo, me di cuenta que debo y quiero cargarla por el resto de nuestras vidas.

 

Juana lloró, me dio una bofetada y cerró la puerta. Bajé las escaleras, subí al auto y llegué a la florería. Compré el arreglo más hermoso para mi esposa.

La joven en la florería me entregó una tarjeta, donde de puño y letra escribí: “Te cargaré todas las mañanas hasta que la muerte nos separe”.

Llegué a mi casa con flores en la mano y una sonrisa, corrí y subí para encontrarme con mi esposa, pero ella estaba muerta!!!!

Le habían detectado cáncer y yo estaba tan ocupado con Juana que no me di cuenta. Mi esposa sabía que se estaba muriendo, y por ese motivo pidió un mes de aviso antes del divorcio, para que nuestro hijo no le quedará un mal recuerdo de la vida matrimonial de sus padres. Para que no tuviera una reacción negativa. Por lo menos, le quedaría saber que su padre era un esposo que amaba a su esposa.

Estos pequeños detalles es lo que importa en una relación, no la casa, el carro, el dinero en el banco. Crean un ambiente que crees te llevará a la felicidad, pero en realidad, no es así!!!!

Trata de mantener tu matrimonio feliz, comparte esta historia y quizás estés salvando un matrimonio. Todas las historias de fracaso son iguales, se dan por vencidos cuando están a punto de entrar en éxito.

Y recuerda, “No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos”.

La llamativa reacción de Cristiano Ronaldo tras recibir un golpe en la cara

La superestrella del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, rompió su sequía de goles en su actuación de este domingo. Pero no fue su anotación lo que hizo los titulares.

Tras sufrir una lesión, pidió prestado el teléfono móvil de un doctor para revisar con la cámara la herida sufrida en su cara.

Mientras los comentaristas se reían, declarando que ahora lo habían “visto todo”, Ronaldo sacudió la cabeza con desagrado.

“Ronaldo llevó su obsesión con su imagen a nuevas alturas”, escribió la agencia Reuters después del partido.

“El momento más Ronaldo de la historia, simplemente increíble”, publicó el sitio deportivo Benchwarmers.

“Ronaldo mirándose en el espejo incluso mientras está en el campo” de juego, según un comentarista en el informe de BBC Sport.

A pesar de la burla desenfrenada en las redes sociales, la lesión de Ronaldo, causada por un golpe en la cabeza de Fabio Schar del Deportivo de la Coruña, fue considerada tan grave que no pudo continuar.

“Cuando tu equipo gana por 7 a 1 pero tus selfies se arruinaron”, dice un tuit.

“Ronaldo recibió una patada en la cabeza y le pidió al fisioterapeuta su teléfono para ver lo malo que fue. Él está furioso después de evaluar el daño”, escribió un usuario.

Publicación de Twitter por @sidlowe: The Ronaldo memes are going to be endless, aren’t they?Derechos de autor de la imagen @sidlowe@SIDLOWE
“Los memes de Ronaldo serán interminables, ¿no?”, publicó otro usuario.

“No entiendo qué le ocurre a Ronaldo al chequear un corte en su cabeza. ¿Alguien me puede avisar, por favor?”, dice otro tuit.

Si pudiera parecer que los fanáticos y los medios se rieron de Ronaldo por revisar una herida sangrienta con el teléfono, lo cierto es que no es la primera vez que la estrella presta una excesiva atención a su imagen.

En 2011, declaró que sus detractores lo abuchearon porque era “rico, guapo y un gran jugador”.

“La gente me tiene envidia”, dijo. “No tengo otra explicación”.

La actuación del domingo, sin embargo, confirmó su alarde de ser un gran jugador: el delantero logró anotar dos goles antes de ser retirado del campo de juego.

El resultado final de 7-1 fue suficiente para llevar al Real Madrid al cuarto lugar en la liga española.

El Tazon de Madera Reflexion

El viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban.

La familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil. Los guisantes caían de su cuchara al suelo de y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel.

El hijo y su esposa se cansaron de la situación.

“Tenemos que hacer algo con el abuelo”,dijo el hijo.”Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo”.

Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor.

Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera.

De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo.

Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.

El niño de cuatro años observaba todo en silencio.
Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo.

Le preguntó dulcemente: “¿Qué estás haciendo?” Con la misma dulzura el niño le contestó: “Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos.”

Sonrió y siguió con su tarea.

Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla.

Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.

Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia.

Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con ellos.Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben.

Si ven que con paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que construyen el futuro de su hijo. Seamos instructores sabios y modelos a seguir.