Archives febrero 2019

El vendedor de globos Reflexion

Una vez había una gran fiesta en un pueblo. Toda la gente

había dejado sus trabajos y ocupaciones de cada día para reunirse en la plaza principal, en donde estaban los juegos y los puestitos de venta de cuanta cosa linda una pudiera imaginarse.

Los niños eran quienes gozaban con aquellos festejos

populares. Había venido de lejos todo un circo, con payasos y

equilibristas, con animales amaestrados y domadores que les hacían hacer pruebas y cabriolas.

También se habían acercado hasta el pueblo toda clase de vendedores, que ofrecían golosinas, alimentos y juguetes para que los chicos gastaran allí los pesos que sus padres o padrinos les habían regalado con objeto de sus cumpleaños, o pagándoles trabajitos extras.

Entre todas estas personas había un vendedor de globos. Los tenía de todos los colores y formas. Había algunos que se distinguían por su tamaño. Otros eran bonitos porque imitaban a algún animal conocido, o extraño. Grandes, chicos, vistosos o raros, todos los globos eran originales y ninguno se parecía al otro.

Sin embargo, eran pocas las personas que se acercaban a mirarlos, y menos aún los que pedían para comprar algunos.

Pero se trataba de un gran vendedor. Por eso, en un momento en que toda la gente estaba ocupada en curiosear y detenerse, hizo algo extraño. Tomó uno de sus mejores globos y lo soltó. Como estaba lleno de aire muy liviano, el globo comenzó a elevarse rápidamente y pronto estuvo por encima de todo lo que había en la plaza.

El cielo estaba clarito, y el sol radiante de la mañana iluminaba aquel globo que trepaba y trepaba, rumbo hacia el cielo, empujado lentamente hacia el oeste por el viento quieto de aquella hora. El primer niño gritó:

-¡Mira mamá un globo!

Inmediatamente fueron varios más que lo vieron y lo señalaron a sus chicos o a sus más cercanos. Para entonces, el vendedor ya había soltado un nuevo globo de otro color y tamaño mucho más grande.

Esto hizo que prácticamente todo el mundo dejara de mirar lo que estaba haciendo, y se pusiera a contemplar aquel sencillo y magnífico espectáculo de ver como un globo perseguía al otro en su subida al cielo.

Para completar la cosa, el vendedor soltó dos globos con los mejores colores que tenía, pero atados juntos. Con esto consiguió que un tropilla de niños pequeños lo rodeara, y pidiera a gritos que su papá o su mamá le comprara un globo como aquellos que estaban subiendo y subiendo.

Al gastar gratuitamente algunos de sus mejores globos,

consiguió que la gente le valorara todos los que aún le quedaban, y que eran muchos. Porque realmente tenía globos de todas formas, tamaños y colores.

En poco tiempo ya eran muchísimos los niños que se paseaban con ellos, y hasta había alguno que imitando lo que viera, había dejado que el suyo trepara en libertad por el aire.

Había allí cerca un niño negro, que con dos lagrimones en los ojos, miraba con tristeza todo aquello. Parecía como si un honda angustia se hubiera apoderado de él.

El vendedor, que era un buen hombre, se dio cuenta de ello y llamándole le ofreció un globo. El pequeño movió la cabeza negativamente, y se rehusó a tomarlo.

-Te lo regalo, pequeño-le dijo el hombre con cariño, insistiéndole para que lo tomara.

Pero el niño negro, de pelo corto y ensortijado, con dos grandes ojos tristes, hizo nuevamente un ademán negativo rehusando aceptar lo que se le estaba ofreciendo.

Extrañado el buen hombre le preguntó al pequeño que era entonces lo que lo entristecía. Y el negrito le contestó, en forma de pregunta:

-Señor, si usted suelta ese globo negro que tiene ahí ¿Será que sube tan alto como los otros globos de colores?

Entonces el vendedor entendió. Tomó un hermoso globo negro, que nadie había comprado, y desatándolo se lo entregó al pequeño, mientras le decía:-Hace vos mismo la prueba. Soltalo y verás como también tu globo sube igual que todos los demás.

Con ansiedad y esperanza, el negrito soltó lo que había recibido, y su alegría fue inmensa al ver que también el suyo trepaba velozmente lo mismo que habían hecho los demás globos.

Se puso a bailar, a palmotear, a reírse de puro contento y felicidad.

Entonces el vendedor, mirándolo a los ojos y acariciando su cabecita enrulada, le dijo con cariño:

-Mira pequeño, lo que hace subir a los globos no es la forma ni el color, sino lo que tiene adentro.

 

Mamerto Menapace

Realmente las dietas “detox” son buenas para la salud?

Si has descuidado tus hábitos alimenticios en los últimos tiempos, puede que la idea de una desintoxicación o detox te sea atractiva: te ayudaría a eliminar los excesos que cometiste en Navidad y Año Nuevo y comenzar de cero.

Existen muchos productos que ofrecen esta ayuda, desde masajes y batidos desintoxicantes hasta tés de hierbas y dietas de hambre.

Muchos de ellos prometen una piel más brillante, pérdida de peso y una vida más saludable.

La idea de limpiar tu organismo de las impurezas suena como una buena manera de comenzar el año, pero ¿hay alguna evidencia de que funcione?

El organismo se desintoxica solo
La palabra desintoxicación se usa a menudo de dos maneras muy diferentes.

La primera se refiere a los programas médicos de desintoxicación que ayudan a limpiar a las personas con una dependencia grave de alcohol o drogas.

La otra se refiere al tipo de desintoxicación en el hogar que nos vendieron bajo la promesa de que eliminarían las “toxinas” de nuestro cuerpo.

La vida moderna, por supuesto, nos pone en contacto con muchos químicos sintéticos y sustancias naturales, algunas de las cuales pueden ser tóxicas, pero ¿cuánta evidencia hay de que una desintoxicación las elimine de nuestros cuerpos?

Es cierto que el día que elimines el alcohol y te comprometas con una dieta más saludable, las toxinas abandonarán tu cuerpo. Pero esto sucede todos los días, no solo cuando tomas jugo de vegetales crudos.

El cuerpo ya tiene su propio sistema inteligente para deshacerse de las toxinas. Si no fuera así, estaríamos en problemas.

En todo el cuerpo existe un sistema que trabaja para mantener las toxinas fuera o eliminarlas. Nuestra piel actúa como una barrera que hace que los cabellos finos de nuestro sistema respiratorio atrapen las partículas en las mucosidades para que podamos estornudar.

Parte de nuestro intestino contiene células linfáticas especiales llamadas placas de Peyer, que forman haces en el revestimiento de la membrana mucosa.

La forma de estas placas, que se encuentran en la parte más baja del intestino delgado, les permite identificar y eliminar las partículas dañinas para que no sean absorbidas en el torrente sanguíneo junto con los nutrientes beneficiosos de nuestros alimentos.

Aunque podríamos tener la sensación de que nuestros intestinos están de alguna manera sucios y necesitan una limpieza, solo están haciendo su trabajo.

Mientras tanto, tus riñones filtran media taza de sangre por minuto y excretan toxinas como la urea, en forma de orina.

¿En qué medida funcionan?
En el caso del alcohol, es el hígado el que tiene la función de desintoxicarte. Se trata de un proceso de dos pasos.

Primero, el alcohol es convertido por las enzimas en acetaldehído, que es tóxico, y luego el mismo es convertido rápidamente en ácido acético, luego en dióxido de carbono y agua.

Si bebes más rápido de lo que tu hígado puede metabolizar el alcohol, entonces este órgano no podrá continuar haciendo su trabajo, por lo que tu nivel de alcohol en la sangre aumentará.

Si bebes en exceso, el acetaldehído puede dañar tu hígado.

Pero el hígado es capaz de desintoxicar el cuerpo con éxito, cuando se trata de cantidades más moderadas de alcohol. Este órgano es otro de los sistemas de desintoxicación que llevamos con nosotros todo el tiempo.

Entonces, ¿en qué medida funcionan las dietas detox?

Estos procedimientos van desde simplemente eliminar el alcohol, la cafeína y el azúcar refinada, hasta dietas mucho más estrictas en las que solo se bebe líquidos durante varios días, antes de reintroducir gradualmente pequeñas cantidades de alimentos.

En 2012, Edzard Ernst, profesor emérito de medicina complementaria de la Universidad de Exeter, intentó una revisión sistemática de la literatura existente sobre estas dietas, pero encontró imposible aislar suficientes estudios sobre el tema, porque mucha de esta literatura tenía que ver con estudios sobre programas para la desintoxicación de drogas.

En 2014, dos investigadores de Sydney, Australia, lograron publicar una revisión de estudios sobre dietas de desintoxicación.

Los estudiosos no pudieron encontrar ensayos controlados aleatorios de dietas de desintoxicación comerciales, aunque sí encontraron una pequeña cantidad de estudios sin grupos de control.

Por ejemplo, en una investigación sobre una dieta de desintoxicación de siete días, llevada a cabo en 2000 con solo 25 personas, los participantes se sintieron más sanos después del estudio y hubo una tendencia hacia una mejor función hepática.

La mejoría, sin embargo, no fue estadísticamente significativa.

También encontraron ensayos pequeños que analizaban la eliminación de toxinas específicas del cuerpo, pero nuevamente la mayoría eran pequeños, no incluían controles o tenían otras fallas.

Los autores concluyeron que existe una falta de elementos que prueben que las dietas detox tienen un efecto beneficioso.

Anécdota vs. realidad
Estos elementos sitúan a la popular moda en el plano de lo anecdótico.

Las personas que realizan dietas rápidas o ayunos con jugos generalmente pierden peso a corto plazo, pero es difícil encontrar pruebas de que se mantengan en ese peso a largo plazo.

Entonces, ¿vale la pena molestarse en seguir una dieta detox?

En el caso del alcohol, es más saludable evitarlo por varios días cada semana del año, que por unas pocas semanas durante una sola desintoxicación.

Por supuesto, también es beneficioso para la salud dedicar un período de tiempo a comer más frutas y verduras.

Las soluciones rápidas no son tan beneficiosas como el seguir una dieta mediterránea y hacer ejercicio físico con frecuencia. Pero la idea de desintoxicación es algo que muchos encuentran atractiva.

Si te sientes bien al castigarte compensando tus excesivas indulgencias, tal vez sean tus pecados y no tus toxinas lo que estás dispuesto a lavar.

De cualquier manera, es posible que psicológicamente una desintoxicación pueda ayudarte a tener un nuevo comienzo, una ruptura entre tus viejos hábitos y los nuevos que te gustaría adquirir.

Sin embargo, debes tener un plan para lo que pueda suceder a continuación, o tus viejos hábitos volverán.

Tal vez la manera en que deberías pensar en las dietas detox es como una metáfora más para deshacernos de los viejos hábitos, en lugar de algo que elimina las impurezas del intestino y los órganos.

El cuerpo humano se desintoxica constantemente sin necesidad de tés, jugos o dietas especiales.

Pero puedes ayudarlo a hacer su trabajo comiendo una dieta saludable, tomando agua, haciendo ejercicio regularmente y durmiendo las horas necesarias.

Fuente: www.bbc.com

Por qué los grupos de familia de WhatsApp crean ansiedad y cómo escapar de ellos

No me caracterizo por ser alguien fácilmente accesible a través de mensajes. Tiendo a dejar el celular en silencio porque el agudo tono cada vez que me llega un mensaje hace que eche humo por las orejas.

Desearía poder silenciar todas las notificaciones de mis contactos (lo siento mamá, papá y todas las personas que me importan, pero comunicarme con ustedes me da muchísima ansiedad). Obviamente, eso no es posible.

Sin embargo, silencio las cadenas de mensajes con más de tres personas y eludo por completo los grupos familiares. Es un gesto pequeño, pero retirarme de esas conversaciones grupales me tranquiliza, incluso aunque a veces me sienta excluida y sola, por no hablar del sentimiento de culpa por hacer sentir a mi familia que son una molestia.

He descubierto que ignorar a mi familia por mi propia salud mental puede ser terapéutico. Los teléfonos inteligentes parecen estar causando más problemas que beneficios: estos dispositivos han abierto un universo de nuevas opciones para que la gente (y no solo nuestra familia) nos moleste.

Un estudio de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) de 2017 reveló que comprobar constantemente los emails y los mensajes de texto contribuye significativamente a nuestros niveles de estrés.

Nancy Cheever, profesor de comunicación en la Universidad Estatal de California Dominguez Hills, EE.UU., investiga cómo los celulares afectan a nuestro estado de humor y dice que estar “constantemente conectados” a través de emails, textos y redes sociales es una garantía para experimentar ansiedad.

La distracción también afecta a nuestra vida laboral.

Tal y como explicó Scott Bea, un psicólogo de la Clínica Cleveland, en Ohio, EE.UU., al periódico británico The Daily Mail el año pasado, comprobar constantemente las notificaciones puede reducir la productividad en un 40 por ciento.

“Relaciones móviles”
A veces es posible ignorar mensajes del trabajo, pero no puedes tomarte la licencia de hacer un descanso a la hora de escribirte con tu familia.

En un artículo para Psychology Today de 2014, la psicóloga social Theresa DiDonato, de la Universidad Loyola Maryland, EE.UU., escribió que mandar mensajes constantemente puede crear “un ciclo de mantenimiento de relación móvil”, según el cual “los individuos sienten una dependencia excesiva” que puede llegar a violar tu sentido deprivacidad y autonomía.

El acto inocuo de enviar mensajes de texto puede, por lo tanto, tensar los lazos estrechos entre los seres queridos e incluso crear sentimientos de resentimiento hacia personas probablemente bienintencionadas, pero que desconocen el costo que una comunicación excesiva puede tener en tu psicología.

Si mandar mensajes “comienza a resultarte frustrante o estresante, o si te sientes saturada o atrapada por ello, es un buen indicador de que necesitas poner límites“, me dijo Dana Gionta, una psicóloga clínica en Connecticut, EE.UU., coatura junto a Dan Guerra de From Stressed to Centered (2015), que podría traducirse en español como “de estresado a centrado”.

Para la mayoría de la gente, dice ella, un aluvión de mensajes de texto lleva a una inoportuna -e incluso molesta- distracción.

Eso se aplicaría a los mensajes de cualquier persona, pero los de la familia son especialmente molestos porque van unidos a un sentimiento de obligación. La presión de responder a un miembro de la familia puede pesar sobre ti mientras tratas de ejecutar otras tareas.

Si recibes una serie de mensajes (no urgentes) de tus seres queridos (de temas que abarcan, por ejemplo, desde cotilleos familiares hasta planes para una visita o críticas de películas) probablemente sentirás que debes leer cada uno de los mensajes para actualizarte con la conversación.

Declaraciones asertivas
El resultado es lo que Mark Dombeck, un psicólogo de California que ha escrito ampliamente sobre establecer límites y comportamientos asertivos (en lugar de agresivos), llama una “carga cognitiva” que puede ser difícil de asumir en medio de otras responsabilidades.

Sin embargo, tu responsabilidad hacia la familia es, inevitablemente, vista como más urgente y te pesará más que cualquier otra.

“Las relaciones familiares son importantes para la mayoría de la gente y son una motivación a la hora de seguir protocolos sociales y responder cuando se requiere, lo cual crea una sensación de presión que podría no existir en una relación con un extraño”, señala.

Hay maneras amables de abordar el tema de los mensajes de texto sin ofender a tu familia. Puede que tengas razón en sentirte irritado si usan el chat como si fuera una invitación a la comunicación constante, pero es vital que no reacciones o respondas cuando estés molesto o enojado.

“Cuando la gente entra en nuestro territorio y son poco respetuosos, tienes derecho a defenderte”, explica Dombeck. “No a atacarles, sino a defenderte”.

Lo que debes hacer, explica, es una declaración asertiva. La aserción es “la piedra angular, el punto de equilibrio” entre la agresión y la pasividad. Pero al contrario que la agresión, la aserción no proviene de un lugar hostil.

En lo que respecta a pedirle a tu familia que deje de enviarte mensajes, eso se traduce en ser directo y firme. “Por favor, escríbanme solo para emergencias”, es el tipo de lenguaje que él sugiere.

Gionta, en cambio, recomienda un enfoque más suave. No hace falta que compartas que te sientes abrumado o frustrado por los mensajes de texto, dice la especialista, y debes dejar claro que escribir menos no implica que quieras menos a esa persona en cuestión.

Proporciona una razón imprecisa -“Encuentro difícil mantenerme al día con todos los mensajes de texto y correos electrónicos que recibo”- y después negocia un periodo de tiempo para responder que funcione para ambas partes.

Prueba algo así como: “Me encantaría que estuviéramos más cerca, pero escribirnos a diario no funciona para mí. ¿Podemos probar un par de veces por semana?“.

Lidiar con la culpa
Confrontar el problema es, probablemente, la parte más sencilla de este escenario. Es la reacción y la culpa lo que nos afecta más a nivel emocional.

De hecho, la idea de lidiar con la respuesta de tu familia puede bastar para que abordes este frustrante problema.

“La realidad es que la mayoría de la gente solo conoce la agresión y la pasividad, y piensan que cualquier cosa que no sea pasiva es agresiva“, dice Dombeck.

“Al hacer esto estás tomando una decisión: ¿estás haciendo lo necesario para mantener tu paz mental, lo cual podría significar distanciarte de algunas personas de la familia? Todo lo que estás haciendo es decir que te niegas a ser abusado. Otra gente no lo ve de esa forma. Pero tú tienes que estar dispuesto a defender tu posición“.

Aunque no podemos controlar o predecir cómo reaccionarán los demás a nuestras acciones, dice Gionta, podemos controlar “cómo nos expresamos y el nivel de consideración y respeto que usamos”.

Mientras expongas tu parte con calma y amabilidad, no deberías sentirte en deuda con alguien que te hace sentir culpable o te obliga a participar en cadenas de mensajes que te producen estrés.

También deberías sentirte capacitado para ignorar por completo las respuestas tóxicas.

Dombeck dice que en las familias donde algunas personas se sienten con poder sobre las demás, “cualquier invasión de ese poder resulta agresivo”. Esas personas pueden exigirte que justifiques tus acciones o someterte a los llamados “monos voladores”: otros miembros de la familia son enviados para ponerte a prueba.

Entonces, ¿por qué invitar al drama? ¿No sería mejor, simplemente, ignorar los mensajes sin hablar nunca sobre cómo te hacen sentir al borde del pánico?

Dombeck cree que este es un tema que merece la pena abordar porque la excesiva cantidad de mensajes de texto probablemente apunta a un patrón entre tú y los miembros de tu familia.

“Si esto está ocurriendo en un mensaje de texto, ocurrió también en todas las formas de comunicación. No se trata de un comportamiento aislado. Cuando te preguntas ‘¿vale la pena librar esta batalla?’ tienes que entender que no se limita a mensajes de texto, sino a todo el historial de comunicación”.

Fuente: www.bbc.com

Sweetgreen: los 3 amigos que fundaron una empresa de comida rápida saludable que vale US$1.000 millones

Nathaniel Ru, Jonathan Neman y Nicolas Jammet descubrieron que era muy difícil encontrar comida sana y asequible en su vecindario de Washington DC. Así que decidieron resolver el problema abriendo su propio restaurante.

Trece años más tarde, se estima que su negocio, Sweetgreen, tiene un valor de más de US$1.000 millones.

Nathaniel Ru recuerda que cuando él y sus compañeros eran estudiantes en la universidad de Georgetwon, “no tenían dónde comer”.

“La comida más deliciosa, accesible y popular era por lo general la menos saludable“, dice Nicolas.

“No entendíamos por qué no teníamos otras opciones”.

A pesar de que ninguno de ellos tenía ninguna experiencia dirigiendo un restaurante y ni siquiera se habían graduado, en octubre de 2006 los jóvenes de 22 años comenzaron su plan de negocios en su habitación de la universidad.

Su idea era crear un restaurante de comida rápida que solo vendiera platos de ensalada, tanto fríos como calientes, como por ejemplo verduras al horno.

Y en vez de comprar sus productos en los supermercados los obtendrían directamente de agricultores locales para garantizar que todo estuviera lo más fresco posible.

Para verano de 2007 los tres amigos habían recaudado US$300.000 gracias a amigos y familiares.

En agosto de ese año los tres estudiantes se graduaron y abrieron el primer restaurante Sweetgreen en un pub abandonado en el área de Georgetown.

Nicolas, encargado de desarrollar el concepto, explica que habían contratado a unos pocos estudiantes, pero no los habían entrenado muy bien.

Jonathan, que es el director ejecutivo, dice que al empezar no tenían planes de abrir más que un único restaurante.

“No sabíamos que se convertiría en una cadena”, dice.

“Simplemente lo vimos como una forma de resolver un problema, porque había una gran necesidad de comida saludable. Pensamos que abriríamos un sólo restaurante y luego haríamos otra cosa“.

Pero a medida que la primera sucursal crecía en popularidad y los clientes se amontonaban en la calle haciendo cola para entrar en el restaurante los tres amigos se dieron cuenta de que habían creado un negocio que era escalable.

Así que decidieron centrar toda su atención en Sweetgreen y abrir más sucursales. Sin embargo, esto requería una inversión, algo que al principio resultó difícil.

“Durante muchos años nos resultó muy difícil convencer a la gente de que invirtiese en Sweetgreen“, dice Jonathan. “Nos veían como niños recién salidos de la universidad”.

“No teníamos un currículum que nos respaldara y la mayor parte de gente que piensa en invertir en restaurantes es muy consciente de que la mayoría suele fracasar en el primer año”.

Sin embargo, la comida rápida y saludable de Sweetgreen finalmente sedujo a empresarios de alto perfil como el jefe del supermercado Whole Foods, Walter Robb, el inversionista multimillonario Steve Case y el chef francés Daniel Boulud.

Sweetgreen tiene ahora 90 sucursales en todo Estados Unidos, y planea abrir 20 más este año. El negocio, que desde 2016 tiene sede en Los Ángeles, cuenta ahora con más de 3.500 empleados.

Si bien la compañía no quiere revelar su cifra de negocios anual, Aaron Allen, un consultor de restaurantes estadounidense, dice que se estima en alrededor de US$120 millones.

El consultor dice que Sweetgreen sabe qué es lo que la gente quiere.

“Hay una tendencia hacia la comida sana entre los millenials, y también entre los que no son millenials”, explica el consultor.

Nicolas dice que a medida que la compañía se expande cada vez están más comprometidos en comprar sólo productos de agricultores estadounidenses, a pesar de que esto significa que habrá ciertos meses y años cuando algunas frutas y verduras no estarán disponibles.

“Estamos a merced de la madre naturaleza”, dice. “Una de nuestras ensaladas más populares es la ensalada de melocotón”.

“Pero un año, la cosecha de melocotón de Estados Unidos no creció debido al mal tiempo”.

“Podríamos haber comprado melocotones de Sudamérica y haber ganado dinero, pero pensamos: si compramos melocotones es porque están en temporada y porque provienen de una región particular de Estados Unidos y de un agricultor en particular“.

“Así que le preguntamos a este agricultor: ¿qué más tienes para nosotros? Dijo que tenía arándanos y frambuesas. Así que ese año decidimos hacer una ensalada de bayas”.

Fuente: www.bbc.com

Crisis en Venezuela: “Hay muchos soldados profesionales que quieren hacer esto”, desertores de la Fuerza Armada hablan

Los soldados venezolanos que desertaron el sábado y buscaron refugio en Colombia dicen que temen por la seguridad de sus familias bajo el gobierno del presidente Nicolás Maduro.

En una conversación exclusiva con Orla Guerin, de la BBC, un desertor de 23 años dice que le preocupa que las fuerzas leales al presidente puedan “atacar a mi familia”.

“Pero creo que fue la mejor decisión que pude haber tomado”, agrega.

Según informó Migración Colombia, más de 100 soldados desertaron, la mayoría durante los duros enfrentamientos que se produjeron el sábado, cuando la oposición intentó ingresar al país ayuda humanitaria donada por Estados Unidos y otros gobiernos.

El número, sin embargo, es pequeño en relación con los 300.000 efectivos con los que cuentan aproximadamente las fuerzas de seguridad.

La oposición ha alentado a los efectivos de la Fuerza Armada a romper filas, desobedecer a Maduro y ponerse del lado de Juan Guaidó, el líder opositor que se proclamó “presidente encargado” del país el 23 de enero.

El presidente Maduro envió tropas para bloquear carreteras y puentes en las fronteras de los vecinos Brasil y Colombia, por donde estaba previsto que entraran los alimentos y medicinas, lo que produjo grandes tensiones.

En varios puntos de cruce, las fuerzas de seguridad venezolanas arrojaron gases lacrimógenos contra voluntarios y manifestantes que lanzaban piedras a los soldados y policías antidisturbios.

Maltratados y golpeados
Orla Guerin, corresponsal internacional de la BBC.

Nos reunimos con los desertores, hombres y mujeres, un día después de que dejaran sus armas y abandonaron sus puestos. Han encontrado refugio en una iglesia católica, con una discreta presencia de seguridad afuera.

Algunos parecían estar en shock por las escenas violentas de este fin de semana cuando agentes venezolanos dispararon contra su propia gente con gases lacrimógenos y balas de goma.

El párroco que los acogió nos dijo que muchos llegaron maltratados y golpeados. Los desertores dijeron que habían huido porque su país necesitaba un cambio y sus hijos necesitaban comida. Después de hablar por teléfono con un ser querido, un joven oficial lloró abiertamente en presencia de los demás.

La mayoría de los que conocimos eran soldados rasos. Afirmaron que la cúpula militar aún está vinculada -por la corrupción- al presidente Nicolás Maduro, y que este luchará por mantenerse en el poder.

Pero dijeron que había perdido a las tropas que ahora están confiando en el líder de la oposición, Juan Guaidó.

Presentational white space
¿Qué dicen los desertores?
Después de aceptar hablar con la BBC bajo condición de anonimato, un grupo de desertores venezolanos alojados en una iglesia en Cúcuta describieron lo que los empujó a abandonar las fuerzas armadas del presidente Maduro.

“Hay muchos soldados profesionales que quieren hacer esto. Esto será un efecto dominó. Esto tendrá una influencia significativa en las fuerzas armadas”, dijo un hombre de 29 años.

“Las fuerzas armadas se han derrumbado debido a tantos oficiales corruptos. Los militares profesionales están cansados. No podemos seguir siendo esclavos, nos estamos liberando”, agregó.

Otra desertora, una mujer, describió el estado de ánimo del sábado como “tenso”, y agregó: “Estaba pensando que no podía dañar a mi propia gente. Mi hija todavía está en Venezuela y eso es lo que más me duele. Pero hice esto por ella. Es difícil porque no sé qué le pueden hacer”.

Un tercero dijo que sentía dolor al ver a los venezolanos luchando por la ayuda humanitaria en las calles.

“Me sentí impotente e inútil. Sentí dolor por todo lo que sucedió”, dijo.

¿Qué ocurrió el sábado en la frontera?
La oposición venezolana tenía previsto cruzar la frontera de forma pacífica desde Colombia y Brasil con camiones cargados con la ayuda humanitaria.

Un barco con ayuda humanitaria procedente de Puerto Rico fue obligado a dar vuelta atrás y terminó fondeado en Curazao.
Guaidó se había comprometido a que esos cargamentos entrarían al país ese día. En respuesta, Maduro cerró las fronteras del país.

Civiles venezolanos buscaron cruzar la frontera para buscar la comida y medicinas, pero su intento rápidamente derivó en una situación sangrienta.

Los soldados dispararon contra los civiles con gases lacrimógenos y balines de goma.

“¿Dónde está el socialismo? El sueldo no te alcanza ni para los pasajes”
Testimonio de Edgar Torres Varela, sargento de la Fuerza Armada Nacional de Venezuela que desertó el 23 de febrero*

Cuando yo me desperté, el 23 de febrero, comencé a pensarlo seriamente. Ese era el día que teníamos que libertar a Venezuela, libertar a nuestro pueblo. Tomé la decisión de cruzar la frontera ese mismo día.

Decidí luchar por dejar entrar la ayuda humanitaria. Como militares que somos, el pueblo confía en nosotros para defenderlo. Debemos defender al pueblo, no al gobierno. Al Estado, no al gobierno.

Entre la tropa no hablábamos mucho de esto porque de esas cosas no se puede hablar dentro del comando. No se puede por el temor a lo que puede pasar, incluso puedes ir preso. Además, somos militares y ante todo existe la disciplina, la obediencia y la subordinación. Pero estamos decididos, mis compañeros están decididos también. La lucha sigue. La decisión es libertar a Venezuela.

Yo llegué al puente rompiendo las barreras y topes con una tanqueta. Decidí avanzar. Se siente una emoción muy grande, se pierde el miedo. Eran momentos en los que yo estaba decidido a hacer algo por nosotros mismos, por la libertad.

Torres utilizó una tanqueta para romper con los cercos en la frontera y fue uno de los primeros tres desertores que llegaron a Colombia el 23 de febrero. Las heridas en su rostro se produjeron mientras intentaba llegar a territorio colombiano.
Llevo 14 años en la institución. Ingresé a los 21 años. Nací en un pueblo llamado Boconó, en el estado de Trujillo. Somos de un pueblo humilde y trabajador, toda mi familia está allá. Todos preocupados por la situación de país, la necesidad, la falta de alimento, de insumos médicos.

Me di cuenta que las cosas se arruinaron cuando empezó la migración. Cuando nuestras familias se comenzaron a desprender y la gente empezó a irse del país.

Es doloroso porque el sueldo no alcanza para nada, ni para los pasajes. No alcanza para alimentar una familia de dos personas por una sola semana. Toda la tropa sufre eso. Nos dan arroz, caraota y grano, pero poquito.

Nuestro gran miedo es que un familiar se enferme porque lo podemos perder. No tenemos el seguro social y el seguro de un militar no sirve para nada. Podemos durar un día en una clínica y si se acaba el seguro te dicen ‘ya no lo podemos tener aquí’. ¿Dónde está el socialismo? Nosotros, la tropa, estamos pasando necesidades y el alto mando tiene su seguro, todos sus beneficios. ¿Dónde quedamos nosotros y nuestros familiares?

Cuando entré eran otros tiempos, había disciplina, había respeto entre militares. De un tiempo acá se acabó todo.

No niego que admiraba a Hugo Chávez. Era un líder, era un comandante. Se ganó al pueblo de Venezuela. Lamentablemente el que manda es Dios y se fue.

Cuando entré a las Fuerzas Armadas nunca imaginé que esto pasaría. Nadie se imaginaba esto, nunca. Era imposible imaginarme esto, pero nos tocó vivirlo y aquí estamos, pa’lante.

Muchas veces tuve que salir a reprimir y por dentro sabía lo que siente el pueblo. Es difícil estar ahí en ese momento. Se siente miedo porque ves que el odio y la rabia la descargan con uno. Y uno no tiene la culpa. Estuve en las manifestaciones de 2014, de 2017. Fueron muchos días. Me dolía cuando tenía que lanzar gases. Uno no lo hacía con mala intención.

*Testimonio brindado a Boris Miranda, corresponsal de BBC Mundo en Colombia.

¿Cómo se llegó a esta situación?
La ayuda humanitaria almacenada en Colombia y Brasil está en el centro de un choque político entre Maduro y Guaidó que se remonta a la controvertida reelección del primero en 2018.

Esos comicios fueron desconocidos por parte de la oposición que los consideró fraudulentos y que, en consecuencia, decidió desconocer la autoridad del mandatario desde que el pasado 10 de enero inició su nuevo periodo presidencial.

Casi dos semanas más tarde, Guaidó -en su condición de presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento)- se juramentó como “presidente encargado” del país y anunció que encabezaría un gobierno de transición que convocará elecciones libres.

Maduro, por su parte, le acusó de liderar un intento de golpe de Estado.

Guaidó recibió el apoyo de Estados Unidos, Canadá y la mayor parte de los países latinoamericanos y europeos; mientras que Maduro cuenta con el respaldo de Rusia, China, Irán, Turquía, Bolivia y Cuba, entre otros.

Venezuela ha vivido durante los últimos años una severa crisis política y económica.

Una inflación descontrolada ha hecho subir los precios de una manera desbocada, lo que ha dejado a una gran parte de la población sin capacidad para costear los bienes más esenciales.

Unos 3,4 millones de ciudadanos han emigrado de Venezuela en los últimos años, de acuerdo con cifras de la Agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR.

Se trata de la mayor crisis migratoria que ha visto América Latina en tiempos recientes.

Fuente: www.bbc.com