Archives mayo 2019

El lucrativo negocio del huitlacoche, el hongo que en México es un manjar y en el resto del mundo una plaga

Se encuentra en los puestos de comida callejera, que en Ciudad de México hay casi en cada esquina. Pero también en restaurantes de lujo, donde se ofrece como un exótico platillo.

Es el cuitlacoche o huitlacoche, el hongo del maíz que en la mayoría de los países del mundo se considera una plaga, pero que en México es un verdadero manjar.

Y recientemente es también un productivo negocio. Una mazorca de maíz infectada con el hongo se vende hasta 200% más cara que el elote sano.

Empresas y universidades llevan a cabo proyectos de investigación para asegurar durante todo el año la producción del Ustiligo maydis, el nombre científico del hongo, ya que de forma natural sólo aparece en época de lluvias, especialmente los meses de julio y agosto.

En los últimos años el cuitlacoche es también un producto de exportación.

Varias compañías envían decenas de toneladas a Europa y Estados Unidos cada año.

Oficialmente no hay cifras del volumen de producción del hongo, pero una sola empresa, creada por un colectivo indígena en Hidalgo, envía anualmente más de 100 toneladas al mercado estadounidense.

Así, cuando los campesinos encuentran el huitlacoche en sus cultivos es motivo de alegría. Una reacción muy distinta a la de agricultores en otros países.

En Estados Unidos, por ejemplo, se llevaron a cabo por décadas costosas campañas de fumigación para prevenir la contaminación de los cultivos de maíz.

Y en Francia se queman los campos donde aparece el Ustiligo maydis.

La leyenda
No se sabe en qué momento los mexicanos dejaron de ver al huitlacoche como un parásito y lo convirtieron en atractivo alimento.

Muchos creen que la historia de su consumo se remonta a la época prehispánica y que, inclusive, el hongo se reservaba para el tlatoani (gobernante) o los principales guerreros y sacerdotes de la sociedad mexica o azteca.

Pero otros dicen que no hay registros históricos de que eso realmente hubiera sucedido.

Uno de ellos es Raúl Valadez Azúa, académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Las referencias más antiguas sobre el hongo aparecen en los textos de Fray Bernardino de Sahagún, uno de los sacerdotes que acompañó al grupo de españoles que llegaron a lo que hoy es México en 1519.

En esos documentos al cujtlacochi, el nombre náhuatl del hongo, se lo define como una enfermedad del maíz que provenía de los dioses.

En los siglos posteriores, especialmente durante la época de la Colonia, el huitlacoche se define como un alimento de ocasión para los campesinos pobres.

A principios del siglo pasado aparecen las primeras referencias al hongo como un platillo popular, servido en quesadillas (tacos con queso) y otros guisos.

“La realidad es que este hongo no lleva más de cien años como un alimento tradicional en la comida mexicana”, dice Valadez Azúa a BBC Mundo.

Demanda
En las primeras décadas del siglo XX el cuitlacoche se mantuvo como un alimento de consumo entre las clases populares, dice el especialista.

Pero a mediados de los años 50 “unos cocineros franceses se interesan en el hongo y lo incorporan en algunos de sus platillos”, como las crepas.

A partir de ese momento el huitlacoche empezó a verse como un plato exótico, pero que sólo podía encontrarse durante algunos meses.

La situación cambió hace unos años. Por la creciente demanda, en los laboratorios de algunas universidades se consiguió producir el hongo durante todo el año.

La técnica es inocular el cuitlacoche en cultivos controlados de maíz. En algunos casos se consigue que hasta el 90% de las mazorcas desarrollen el hongo.

Además, algunas compañías de alimentos empezaron a distribuirlo en latas o congelado.

Ahora es posible encontrar cuitlacoche en casi cualquier supermercado, especialmente en el centro y el sureste de México, donde más se consume.

Recientemente empezó a exportarse a Estados Unidos. “Es un fenómeno ligado al proceso migratorio” dice Valadez Azúa.

“El gusto de esos millones de mexicanos que viven allí ha llevado a que en las ciudades donde esta población es más grande surjan posibilidades de que el hongo llegue”.

Paradojas
Este nuevo mercado despertó el interés por cultivar huitlacoche en Estados Unidos, donde por varias décadas se combatió la propagación del hongo.

La Fundación Kellog, por ejemplo, financia investigaciones para promover el desarrollo comercial del cuitlacoche.

Algunas empresas lo distribuyen bajo pedido y en pequeñas cantidades a restaurantes de lujo en Los Ángeles, Nueva York o Chicago, por ejemplo.

Sin embargo, a pesar de la demanda, hasta ahora no se ha logrado una producción a gran escala debido a la corta vida que tiene el hongo.

Es difícil mantener en buen estado el alimento durante mucho tiempo, algo que limita el mercado de quienes lo prefieren fresco.

En Ciudad de México una quesadilla de cuitlacoche se puede comprar por unos 20 pesos (US$1).

Y el mismo alimento, preparado de forma similar con cebolla, chile y epazote, una hierba aromática, se ofrece hasta en 200 pesos (US$10) en restaurantes de lujo.

El gusto por el hongo no deja de crecer y con él un cada vez más lucrativo negocio.

Fuente: www.bbc.com

5 ideas sencillas para que tus niños elijan comer alimentos saludables

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, según la Organización Mundial de la Salud.

Y cada vez más, niños de países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano, se ven afectados por la obesidad.

Pero no ha pasado desapercibido que la ciudad de Leeds, en el norte de Inglaterra, es la única de Reino Unido que parece seguir la tendencia contraria: en los últimos años, se han reducido los índices de obesidad en un 6,4%.

Un elemento clave en la estrategia que implementó la ciudad para atacar el problema de la obesidad fue centrarse en los niños de edad preescolar y darles clases a sus padres para enseñarles a animar a sus hijos a comer sano.

Pero no siempre es fácil para los padres entender cómo tocar el tema de la comida con sus niños. ¿Cuál es la mejor manera de hacerlo entonces?

1. Ofrece opciones

Tina Le ofrece talleres en Londres para padres similares a los que se hacen en Leeds.

Le dice que hacer participar a los niños en la decisión de qué comer desde una temprana edad, ofreciéndole para elegir entre dos alternativas saludables, puede ayudarlos a elegir alimentos sanos.

“Esto puede contribuir a minimizar el riesgo de rechazar por completo un alimento y los ayuda a sentirse en control“, dice.

“Cuando no les damos una opción, pueden pensar que no los escuchamos y sentirse un poco frustrados”.

2. Pequeños pasos

Anna Groom, nutricionista infantil, admite que no siempre es fácil cuando el niño es mañoso para la comida.

Groom sostiene que empezar con pequeños cambios puede reducir la presióna la hora de las comidas y evitar peleas.

“Es importante que tengan alguna comida que sabemos que les gusta, pero también podemos introducir algo nuevo en su plato en una cantidad muy pequeña“, dice.

A Belinda Mould este método le funcionó muy bien con su hija de 3 años, que antes solo comía salchichas y frijoles.

“Si le dábamos algo distinto lo tiraba al piso o lo ignoraba y no comía nada”, le explica Mould a la BBC.

Pero cuenta que después de darle con regularidad pequeñas cantidades de alimentos nuevos, su hija ahora come casi de todo.

“Yo le digo: ‘Come un bocado solo para probarlo y, si no te gusta, puedes comer otra cosa’”, cuenta Mould.

“Tienes que ser insistente”, añade. “Si lo rechazan, trata nuevamente otro día”.

3. Da el ejemplo

Tina Le dice que sentar un buen ejemplo para un niño en una edad temprana es clave.

“Si comes sano, es más probable que tu niño imite lo que tu haces”, explica.

Anna agrega que es importante que los padres no den opiniones negativas sobre los alimentos que no les gustan delante de sus niños, ya que eso puede influir en su actitud frente a la comida.

4. Premios

Ofrecer premios y felicitaciones por comer sano puede reforzar los buenos hábitos, dice Le.

Sin embargo, enfatiza, los premios no deben ser alimentos sino actividades como ir al parque, colorear un libro o colocar una pegatina en una cartulina que sigue el progreso del niño.

“Siempre decimos que hay que evitar el soborno“, enfatiza sin embargo la experta.

“No digas si comes esto te daré un chocolate o un helado, porque eso les hace sentir que la comida que queremos que coman vale menos que el premio”, explica.

5. Imagen corporal

Sobre todo para los niños más grandes, la comida y el peso pueden ser un tema delicado y la preocupación por cómo se ven puede contribuir a crear baja autoestima.

Un estudio reciente descubrió que la obesidad y la salud mental están íntimamente ligadas, y que los niños obesos son más proclives a sufrir problemas emocionales como ansiedad y depresión.

Le recomienda encarar las conversaciones sobre la comida de forma tal que no se asocie el hábito de comer sano a la apariencia física del niño.

“Aliéntalos a comer sano porque eso los hace sentir bien, más que por que los hace verse de cierta forma”, explica.

Anna concuerda con que el lenguaje es clave cuando se habla sobre el peso.

“Es importante que toda la familia haga cambios para que el niño no se sienta señalado”, dice.

“Decir cosas como ‘convirtámonos en una familia más sana‘ hace que el niño no se dé cuenta de que los padres están preocupados por su peso pero aún así mejora su dieta”.

Fuente: www.bbc.com

Accidente de Aeroflot en Rusia: “Mientras huíamos podía ver las ventanas derritiéndose por el fuego”

La imagen dio la vuelta al mundo: un avión de la aerolínea rusa Aeroflot envuelto en llamas que intenta aterrizar de emergencia en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú.

Al menos 41 personas murieron en el accidente ocurrido el domingo, mientras que otras 37 lograron salir con vida del avión: 33 pasajeros y cuatro miembros del a tripulación.

Los sobrevivientes sugirieron que el avión fue golpeado por un rayo, pero la compañía indicó que el aparato volvió al aeropuerto por razones técnicas.

Una azafata que sobrevivió a lo ocurrido relató los angustiantes momentos que vivió.

“Tenía pocos segundos para salir del avión, así que agarré a los pasajeros por el cuello para sacarlos de sus asientos y conducirlos hacia la salida de emergencia”, le dijo la azafata Tatyana Kasatkina a la agencia de noticias rusa Lenta.

De acuerdo a su relato, se escuchó una gran explosión en el lado izquierdo del avión y el interior de la aeronave comenzó a llenarse de humo.

“Mientras huíamos podía ver las ventanas derritiéndose por el fuego”, agregó.

La aeronave siniestrada era un Sukhoi Superjet 100 que, después de anunciar que estaba en una situación de emergencia, intentó aterrizar dos veces en el principal aeropuerto de la capital rusa.

“La gente comenzó a quitarse el cinturón de seguridad y a correr hacia las salidas de emergencia cuando el avión aún no había aterrizado e iba a mucha velocidad”, relató la auxiliar.

“La gente comenzó a llamar a sus familiares por teléfono y a gritar mientras el avión se incendiaba y caía”.

Apenas la nave se detuvo, la azafata comenzó a evacuar a los pasajeros.

“Todo pasó demasiado rápido, en cuestión de segundos. De repente me vi empujando pasajeros. Los agarraba a cada uno del cuello y los sacaba para no demorar la evacuación”, recordó.

“Me parece que un rayó golpeó el avión y perdimos comunicación con los pilotos”, agregó.

“Todo estaba oscuro y hacía mucho calor”
Los medios rusos identificaron a una azafata que murió en el accidente cuando trataba de abrir la puerta de emergencia mientras las llamas consumían esa parte de la aeronave.

Se trata de Maxim Moiseyev, de 22 años. De acuerdo a la emisora Moskva FM, la auxiliar de vuelo “murió mientras salvaba la vida de los pasajeros e intentaba abrir la puerta de emergencia de la parte trasera del avión”.

“Estoy vivo gracias a las azafatas. Estas mujeres estaban ahí, a pesar del humo, de que estaba oscuro y hacía mucho calor, y lo único que hacían era sacar a gente por las salidas de emergencia”, relató Dmitry Khlebushkin, uno de los sobrevivientes.

Sobrevivieron 37 de los 78 ocupantes de la aeronave perteneciente a la línea Aeroflot.
Otro de los ocupantes de la aeronave también señaló que sintió un resplandor antes de la emergencia.

“El avión acababa de despegar y fue alcanzado por un rayo. El aterrizaje fue difícil, casi me desmayé del miedo”, dijo a los medios locales Petr Egorov, otro de los pasajeros.

“El aterrizaje fue bastante brusco. Estábamos tan asustados que casi nos desmayamos. El avión rebotó un par de veces sobre la pista y después se prendió fuego”, relató.

La agencia de noticias RIA emitió un video que había sido filmado por un pasajero cuando el avión se incendió en la pista.

En las imágenes, se puede ver el fuego a través de la ventana, mientras la gente grita presa del pánico y se escucha a alguien decir “mantengan la calma”.

El video filmado desde la terminal del aeropuerto muestra a los pasajeros que huyen del avión siniestrado a través de un tobogán inflable en la parte delantera.

Fuente: www.bbc.com

El Problema Reflexion

Un ratón, observaba a un granjero y a su esposa abriendo un paquete. Sintió curiosidad por lo que podría contener. Pero… ¡Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una trampa para cazar ratones!

Fue corriendo al patio de la granja a advertir a todos: ¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!

La gallina, que estaba cacareando, levantó la cabeza y dijo: discúlpeme Sr. Ratón…Yo entiendo que es un gran problema para usted, pero a mí no me perjudica en nada, no me preocupa.

El ratón se acercó al cordero: ¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera!

El cordero respondió: discúlpeme Sr. Ratón, no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo, será recordado en mis oraciones.

El ratón se dirigió entonces a la vaca, pero esta le contestó: ¿Acaso estoy en peligro? Estoy segura que no.

Entonces el ratón volvió a casa, preocupado y abatido.

Aquella noche se oyó un gran escándalo, mucho movimiento y ruido.

La mujer del granjero corrió para ver qué había pasado, pero en la oscuridad, no vio que la trampa había atrapado la cola de una serpiente venenosa y al acercarse, la serpiente mordió a la mujer.

El granjero la llevó inmediatamente al hospital y después de atenderla, le dieron el alta, con la recomendación de que esa misma noche bebiera una sopa caliente.

Al llegar a casa, el granjero con su cuchillo, fue a buscar el ingrediente principal: LA GALLINA

Como la enfermedad continuaba, los amigos familiares y vecinos fueron a visitarla y claro para alimentarlos a todos, el granjero mató al: CORDERO

La mujer a pesar de los esfuerzos de su esposo, no mejoró y acabó muriendo. El granjero como necesitaba dinero para el funeral, tuvo que vender: LA VACA

Cuando escuches que alguien tiene un problema y no represente una carga a tu conciencia, recuerda esta historia.

¿Qué le pasa al cuerpo cuando dejas de beber agua?

Seguramente has escuchado alguna vez que la mayor parte de tu cuerpo es agua.

En efecto, estamos hechos por cerca de un 60% de agua: tres cuartos de nuestro cerebro y nuestro corazón, el 83% de nuestros pulmones y el 31% de nuestros huesos son agua.

Pero no toda esa agua permanece en nuestro cuerpo.

Mucha desaparece a través de la orina, el sudor e incluso cuando respiramos.

Por eso, beber suficiente agua cada día es, sin lugar a dudas, una cuestión fundamental.

Pero, ¿qué sucede en nuestro interior cuando no lo hacemos?

El “centro de la sed”
“El agua, como solvente universal, aporta nutrientes y hormonas al cuerpo, regula la temperatura corporal, y lubrica nuestros ojos y articulaciones”, explican Mitchell Moffit y Greggory Brown, de AsapScience.

Sin agua, perdemos energía, nuestra piel se seca y hasta nos ponemos de mal humor.

Y como explica la educadora Mia Nacamulli en una nueva animación para TED-Ed, cuando tu cuerpo se deshidrata, los receptores sensoriales (terminaciones nerviosas) del hipotálamo del cebrebro —que se encuentran en lo que los científicos llaman el “centro de la sed” (OCPTL)— envían señales para la liberación de una hormona antidiurética.

Esta hormona llega hasta los riñones y provoca acuaporinas, unas proteínas de las membranas de las células que pueden transportar moléculas de agua, permitiendo que la sangre retenga más agua en tu cuerpo.

Y, cuando esto sucede, la orina se vuelve más oscura y tiene un olor más fuerte.

También sentiremos, durante ese proceso de deshidratación, que tenemos menos ganas de orinar y que segregamos menos saliva.

Y es probable que nos sintamos mareados porque, mientras tanto, nuestro cerebro está tratando de adaptarse a la falta de su líquido esencial.

Mecanismos de adaptación
Un cerebro deshidratado se contrae por la falta de agua, y debe trabajar más duro para lograr lo mismo que un cerebro que tenga suficiente agua.

Además, activa una serie de mecanismos de adaptación para lograr seguir activo a pesar de la falta del líquido.

Este proceso, sin embargo, apenas puede durar unos días: si dejas de beber agua por completo, tu cuerpo comenzará a experimentar efectos más serios y, al final, dejará de funcionar por completo.

Dejar de beber agua durante días (deshidratación crónica) puede dar lugar a otros trastornos, como diabetes, colesterol alto, problemas de piel y digestivos, fatiga y estreñimiento.

El tiempo de supervivencia varía, según cada persona, entre tres y cinco días, aunque se han reportado casos de personas que lograron sobrevivir por más tiempo.

¿Cuántos vasos al día?
La cantidad de agua que debemos beber depende del organismo de cada persona y del entorno pero, según Nacamulli, lo más recomendable es que los hombres tomen entre 2,5 y 3,7 litros, y las mujeres, de 2 a 2,7 litros.

Pero también es importante no sobrepasar la cantidad necesaria: beber demasiada agua puede implicar riesgos para la salud, advierten los expertos.

Investigadores del Harvard Medical School (HHS), la escuela de medicina de la Universidad de Harvard, EE.UU., revelaron en 2015 que la cantidad recomendablevaría entre cuatro y seis vasos al día, en lugar de ocho, como se creía hasta entonces.

Sin embargo, según los científicos de Harvard, es imposible hacer una recomendación que sirva para todo el mundo: depende de la dieta, el clima y el nivel de actividad física.

Las mujeres embarazadas o las madres lactantes, las personas que realizan más actividad física, quienes viven en un clima cálido o aquellos que están enfermos deberían, según el informe, beber más agua.

Y, si eres de los que no les gusta el agua, puedes tomarla de otra forma: frutas y verduras como el melón o el pepino tienen grandes cantidades de agua.

Otra opción, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, en inglés) es agregar una rodaja de lima o limónaportarle darle algo de sabor.

Pero, en cualquier caso, advierten los médicos, “elige tomar agua en lugar de bebidas azucaradas”.

Fuente: www.bbc.com