Mucho se ha escrito sobre la hipocondría, un concepto presente desde hace más de 300 años. Algunos dicen que no se cura y hay médicos que, de hecho, lo subestiman.
Lo cierto es que con internet cada vez más personas investigan sobre enfermedades que creen que padecen y, sin notarlo, pueden llegar a desarrollar hipocondría.
Según el Manual de Desórdenes Mentales, publicado por la Asociación de Psiquiatría de EE.UU., se trata de un trastorno que lleva a la persona a preocuparse en extremo por creer que está enferma o se enfermará pronto.
El paciente considera que sensaciones normales del cuerpo -como fatiga, dolor de cabeza o dolor en el cuerpo- son síntomas de una enfermedad grave o mortal. Puede ocurrir también que no tenga síntomas.
El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés: National Health Service), creó una guía de autoayuda para personas que sufren de ansiedad por su salud o hipocondría.
La institución explica que si la respuesta a la mayoría de las siguientes seis preguntas es “Sí”, es probable que sufras de hipocondría y sería recomendable que busques ayuda médica.
En los últimos seis meses:
1. ¿Has estado preocupado con la idea de tener una enfermedad grave debido a síntomas corporales que han durado al menos seis meses?
De acuerdo con el servicio de salud de Reino Unido, “cuando nos enfocamos en una parte del cuerpo, tendemos a notar sensaciones y síntomas físicos de los cuales no éramos conscientes antes, incluyendo protuberancias y bultos”.
“Entre más te enfocas en un área o en un síntoma, lo notarás más”, empezarás a preocuparte más y los chequearás con más frecuencia.
Un concepto que el NHS sugiere tener en cuenta para contrarrestar la preocupación por “cualquier cambio o síntoma corporal” es que la gente los experimenta “todo el tiempo” y es difícilmente un signo de una enfermedad grave.
Los dolores de cabeza, por ejemplo, son con frecuencia un signo de estrés.
2. ¿Esa preocupación te ha generado angustia?
Los hipocondriacos tienden a tener pensamientos inútiles sobre los síntomas corporales que aseguran están experimentando.
El apoyo de la familia es fundamental.
El NHS clasifica en cinco los tipos de pensamientos que le pasan por la mente a una persona que está desarrollando ansiedad por su salud:
Los que sacan conclusiones infundadas
Ejemplos:
“Si el doctor me mandó estos exámenes es porque está muy preocupado”
“Un dolor de cabeza como este debe ser algo grave”
Los catastróficos
Ejemplos:
“Esto es cáncer”
“Me podría matar en meses”
“Mis hijos se quedarán sin madre antes de que empiecen la escuela”
Todo o nada
Ejemplos:
“Si presento cualquier síntoma es porque algo seriamente malo me está pasando”
“Necesito someterme a todos las pruebas posibles o algo se nos puede escapar”
Los que se basan en un razonamiento emocional
Ejemplos:
“Siento que hay algo que está mal. Por eso, algo tiene que estar mal”
“Si me preocupo por eso, entonces al menos estoy preparado para lo peor”
“Esta tensión debe ser causada por una enfermedad grave”.
3. ¿Crees que esta preocupación ha tenido un impacto negativo en todos los ámbitos de tu vida, incluyendo tu vida familiar, social y laboral?
El NHS es enfático: “Las preocupaciones por tu salud se convierten en un problema en el momento en que te impiden llevar una vida normal cuando no hay razón para pensar que hay algo seriamente malo”.
Algunas personas se hacen constantes revisiones de sus cuerpos en busca de algo extraño.
Morgan Griffin supo que tenía un problema y que necesitaba ayuda un día en el que fue a jugar bolos con su esposa y sus suegros.
Con cierta frecuencia se ausentaba para ir al baño. Pero no porque tuviera un problema estomacal o hubiera consumido mucho líquido.
Lo hacía para encerrarse en un cubículo y tomarse la temperatura.
“Todo el tiempo tenía un termómetro en el bolsillo. Cuando mi esposa lo descubrió, me dijo que dejara de hacerlo, así que me escondía para poder tomármela, lo hacía unas 25 veces al día”, le cuenta a la BBC Morgan Griffin, quien reconoce que es hipocondríaco.
Explica que siente que la preocupación lo protege y lo salva de la muerte, que en el momento en el que deje de hacerlo, la enfermedad aparecerá. Siempre piensa que tiene lo peor y lo más grave.
Griffin reconoce que es hipocondríaco.
4. ¿Constantemente te estás reexaminando y autodiagnosticando?
Griffin se tomaba la temperatura 25 veces al día. Hay pacientes que sienten que deben someterse a exámenes más exhaustivos.
Griffin se escondía de su esposa para tomarse la temperatura a lo largo del día.
Someterse a numerosos exámenes es la única manera de confirmar que están bien y justifican la necesidad de practicarse tantas pruebas como sean posibles porque podrían estar enfermos y simplemente no saberlo.
Pero el NHS les sugiere pensar que uno no se puede hacer exámenes médicos “todo el tiempo” y que no hay manera de estar 100% seguro de que se está bien.
El NHS indica que en el caso de algunas personas “encontrar demasiada información sobre una enfermedad puede incrementar sus preocupaciones y hacer que se enfoquen en síntomas nuevos o en otras áreas corporales”.
Automedicarse puede ser una tentación para muchos pacientes.
Algunas personas buscan permanentemente información en internet y en libros especializados que tienden a ver como signos de que algo está seriamente mal, cuando realmente es información “neutral”.
En otros pacientes se puede presentar el fenómeno contrario: evitar todo lo que tenga que ver con enfermedades. Por ejemplo: cambiar el canal cuando está por comenzar un programa relacionado con la salud o grabado en un hospital o pasar la página de una revista cuando el artículo está dedicado a un trastorno en particular.
Algunas personas incluso evitan hacer ejercicios o ciertas actividades por el temor de que se puedan enfermar. Algunos tratan de permanecer cerca de casa y guardar reposo como si estuvieran enfermos.
“Esto puede provocar una caída del estado anímico y un aumento de los síntomas por la pérdida de estado físico”, indica el NHS.
5. ¿No crees en el diagnóstico de tu doctor o no estás convencido cuando el médico te asegura que estás bien?
“Los médicos con frecuencia se equivocan”, puede ser un pensamiento recurrente entre los hipocondríacos.
Muchos hipocondríacos no creen en lo que les dicen sus médicos.
Otro argumento de las personas que se preocupan en exceso por su salud es el historial médico de su familia, especialmente cuando se relaciona con una enfermedad en particular.
“Sólo estoy esperando y viendo para cuando me toque a mí” es una idea común. Sin embargo, perjudicial porque, explica la institución británica, si el doctor ha hablado con el paciente y le ha confirmado que todo está bien, el chequeo constante es estresante y malo para la salud.
En el caso de Griffin, él cree que la explicación de lo que le ocurre está en su niñez.
“Mi papá se murió, inesperadamente, a los 43 años. Dentro de todo, soy una persona racional, y a raíz de lo ocurrido, quise entender por qué había pasado. Creía que hubo señales y síntomas que no vimos. Si nos hubiéramos dado cuenta, hubiéramos podido prevenir su muerte”, explica.
6. ¿Necesitas de forma constante que los médicos, tus familiares y amigos te tranquilicen y te den garantías de que estás bien, incluso cuando realmente no crees lo que te están diciendo?
Es totalmente normal que cuando nos sentimos preocupados por algo busquemos el consuelo de un ser querido. Pero en el caso de los hipocondriacos, la necesidad de que alguien les reitere una y otra vez que todo está bien se vuelve frecuente y, en algunos casos, insaciable.
“La confortación funciona al principio y hace que se sienten un poco menos preocupados”, dice el NHS.
Pero la tranquilidad no dura y la preocupación regresa.
“La gente pueda desarrollar el hábito de pedir confortación con mucha frecuencia. Eso mantiene los síntomas presentes en sus mentes y usualmente los hace sentir peor”.
La organización de salud británica advierte que si la confortación no te funciona la primera vez o incluso la segunda vez, la preocupación continuará.
Rayita
5 ideas para que tomes en cuenta:
“Nunca podrás estar seguro de que tu salud está perfecta
Puedes desperdiciar mucho tiempo preocupándote por algo que crees es seriamente malo
Imagina que tienes 90 años y ves tu vida en retrospectiva: pensarás en todos esos años que desperdiciaste preocupándote por tu salud
Si piensas en una parte de tu cuerpo por mucho tiempo estarás destinado a notar sensaciones extrañas
Piensa en todas las cosas buenas que puedes hacer si no te estuvieses preocupando por tu salud”