En el número 160 de la calla de Muir Woods, en la localidad de Perris, en California, todo indicaba que vivía una “familia feliz”.
Usaban carros modernos y viajaban en los días festivos.
Al menos eso creían muchos de los vecinos y personas cercanas a David Allen y Louise Anna Turpin, de 57 y 49 años respectivamente, los padres que mantenían cautivos y encadenados a sus 13 hijos en su vivienda ubicada a unos 95 kilómetros de Los Ángeles.
Una de las hijas, de 17 años, logró escapar el pasado domingo y llamó a la policía desde un celular que encontró dentro de la casa.
Cuando los agentes del departamento de policía de Perris y funcionarios de la oficina del alguacil del condado de Riverside llegaron al lugar, se encontraron a los hermanos, todos entre los 2 y los 29 años. Algunos estaban atados con cadenas y candados.
Según explicaron las autoridades, estaban encerrados “en un entorno oscuro y hediondo”.
“Las víctimas parecían estar desnutridas y muy sucias”, dijo la policía.
Una imagen que contrasta con la que daba la familia en las redes sociales, en cuyas fotos aparecen en algunas ocasiones visitando Disney o Las Vegas.
Varias fotos muestran a la familia visitando los parques de Disney. (Foto: David-Louise Turpin/Facebook)
Eso sí, llamativamente, en muchas de las fotos casi todos los hijos aparecen con el mismo tipo de ropa, como si se tratara de un uniforme. Todos lucen pálidos, pero sonrientes.
El matrimonio permanece detenido bajo fianza de US$9 millones cada uno. Se los acusa de tortura y poner en peligro a menores.
Greg Fellows, agente de la oficina del alguacil de Riverside, ofreció este martes una rueda de prensa en la que precisó por qué se habla de tortura.
“Como pueden imaginar, tener 17 años y aparentar 10, estar encadenado a una cama, estar malnutrido y tener lesiones asociadas con esto es lo que yo llamaría tortura”.
Greg Fellows, de la oficina del alguacil del condado de Riverside, explicó este martes detalles del hallazgo de los hijos de la familia Turpin aunque advirtió que la investigación acaba de empezar.
Fellows añadió que no han encontrado pruebas de abuso sexual o enfermedad mental por el momento, aunque observó que la investigación acaba de empezar.
“No puedo entrar en los detalles de la conversación, pero pareció que la madre estaba perpleja ante las razones por las que estábamos en la residencia”.
El caso ha estremecido a la opinión pública estadounidense.
Pero ¿qué se sabe de esta familia?
Problemas financieros
Según los registros públicos, la pareja vivió en Texas durante muchos años antes de mudarse a California en 2010.
Anna Turpin, de acuerdo con esos documentos, trabajaba como ama de casa, sin ingresos, mientras David Turpin aparece con un trabajo relativamente bien pagado como ingeniero en la empresa de tecnología aeronáutica y de defensa Northrop Grumman.
Sin embargo, con tantos hijos y su esposa sin trabajo, los registros sugieren que sus gastos excedieron sus ingresos y tuvo que declararse en bancarrota dos veces.
Los documentos bancarios muestran que ganó más de US$140.000 en 2011, pero que los gastos de la familia excedieron su salario neto en más de US$1.000 al mes.
La página de Facebook de la familia muestra numerosas fotos y videos de ellos, aparentemente felices y sonrientes, y muchas de las publicaciones contienen comentarios de familiares o amigos.
Las imágenes indican que los esposos renovaron sus votos matrimoniales varias veces en los últimos años, a menudo con sus hijos presentes.
En una serie de videos, se ve a la pareja en la capilla de Elvis en Las Vegas en la que David Turpin le dice a su esposa: “Te ofrezco este anillo como símbolo de mi amor, bebé, bebé”.
Los niños se ríen junto con un imitador de Elvis Presley y aplauden mientras la pareja se besa.
El exterior de la vivienda de los Turpin no da indicios de lo que sucedía adentro.
La casa que esconde un secreto. Por James Cook, enviado especial de la BBC
En el número 160 de Muir Woods Road no hay indicios de horror.
Es una casa suburbana con tres autos y una furgoneta que reluce en la entrada. Las cortinas están bajadas, pero se puede ver una estrella de Navidad decorativa colgando en una ventana.
La localidad de Perris es ordenada y las casas en la carretera son amplias, pero están muy juntas. Es difícil imaginar cómo una familia puede esconder un secreto tan grande y oscuro aquí.
Y, sin embargo, eso es exactamente lo que parece haber sucedido.
Los vecinos ahora se dedican a investigar en profundidad si debieron haber detectado que algo estaba mal.
Nadie parece saber cuánto tiempo los hermanos estuvieron cautivos y, por supuesto, nadie puede responder la pregunta más difícil de todas: ¿por qué?
Escuela en casa
James y Betty Turpin, los abuelos de los niños, explicaron a medios estadounidenses que sus nietos fueron “educados en el hogar”.
En el sitio web del Departamento de Educación de California, David Turpin figura como el director de Sandcastle Day School, una escuela privada operada desde su casa.
La escuela se abrió en marzo de 2011, según el sitio web, y aparecen seis alumnos matriculados allí, todos en diferentes grados.
Los documentos y los testigos indican que la familia tenía una escuela en su casa.
En California, las escuelas privadas operan fuera de la jurisdicción del Departamento de Educación y de sus regulaciones.
Los estudiantes y sus padres o tutores son directamente responsables de ellas y el estado no tiene autoridad para monitorearlos o evaluarlos.
Los docentes de las escuelas privadas de California tampoco necesitan tener una titulación de docencia estatal válida.
Los abuelos aseguraron que a los niños se les daba una “educación escolar en casa muy estricta” y que tenían que memorizar largos pasajes de la Biblia.
En la página de Facebook de la pareja, aparecen muchas fotos de la familia reunida. (Foto: David-Louise Turpin/Facebook)
A pesar de esto, Sandcastle Day School figura en los registros públicos como una escuela “no religiosa”.
Cuando los abuelos visitaron por última vez a la familia notaron que los niños “se veían delgados”, pero que parecían una “familia feliz”.
¿Qué dicen los familiares, vecinos y conocidos?
Los abuelos de los niños aseguraron, no obstante, que no habían visto a la familia desde hace cuatro o cinco años, aunque hablaban con ellos por teléfono.
Aseguraron que a los Turpin los consideraban en su comunidad una “buena familia cristiana” y que “Dios los llamó” para tener tantos hijos.
No obstante, una de las vecinas de la casa de Perris le dijo a la agencia Reuters que la familia “era del tipo de los que realmente no se sabía nada sobre ellos”.
Los vecinos de Perris todavía no entienden cómo algo así pudo suceder en esta localidad.
“En retrospectiva, nunca hubiéramos pensado esto, pero había señales de alerta. Nunca se escuchaba ni se veía a los niños”, indicó Kimberly Milligan.
Esta vecina recordó que, en una ocasión, saludó a algunos de ellos mientras ponían un pesebre navideño en las afueras de la casa.
Pero al verla, se quedaron inmóviles, “como si quisieran hacerse invisibles”.
Andrew Santillan, que vive cerca, le dijo a la cadena CBS que ni siquiera sabía que había menores dentro de la casa.
Perris es una población del sur de California con unos 70.000 habitantes.
Nicole Gooding, que ha vivido en el vecindario durante tres años, le dijo a Reuters que la primera vez que vio a la familia fue hace dos meses cuando la madre y los niños estaban limpiando el jardín.
“Nunca los había visto hasta ese día”, dijo.
Un abogado que representó a la pareja en su última bancarrota en 2011, Ivan Trahan, le dijo al diario Los Angeles Times que, tanto él como su esposa, siempre pensaron en los Turpin como “personas muy agradables que hablaban muy bien de sus hijos “.