Después de guerras, en crisis económicas profundas o cuando los billetes se convierten en papeles que no sirven para nada, la inflación en el mundo ha llegado a extremos impensados.
En América Latina basta recordar lo que pasaba en los 70 y 80 cuando muchos países no podían pagar sus deudas externas, la gente se empobrecía, el salario no alcanzaba ni siquiera para cubrir necesidades básicas y la inflación era galopante.
Hoy las cosas son distintas. La tendencia mundial muestra que la inflación dejó de ser un fantasma, aunque siempre hay excepciones.
Según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año, de los 10 países con la mayor inflación en el mundo, ocho son africanos y dos de América Latina.
Sudán del Sur encabeza la lista mundial después de Venezuela.
Los países de África son Sudán del Sur, República Democrática del Congo, Libia, Egipto, Angola, Yemen, Sudán, Burundi.
Y los latinoamericanos son Venezuela (liderando el ranking mundial con 1.133%) y Argentina con 22%.
Inflación en 2017, según el FMI (%) | |
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Venezuela | 1.133 |
Sudán del Sur | 111 |
República Democrática del Congo | 50 |
Libia | 35 |
Egipto | 29 |
Angola | 23 |
Yemen | 23 |
Argentina | 22 |
Sudán | 21 |
Burundi | 18 |
En el otro extremo están las economías avanzadas donde ocurre el fenómeno contrario. Las autoridades están preocupadas porque existe muy poca inflación y además, las tasas de interés están muy bajas. Tan bajas, que algunos economistas temen que se llegue a un punto en que los Bancos Centrales se queden sin margen para seguir recortándolas.
Aunque la tendencia mundial apunta a la baja, algunos países en crisis siguen siendo la excepción.
“En las economías avanzadas, las metas que se fijan los bancos centrales son habitualmente entre 1% y 3%. En las economías emergentes la inflación tiende a ser un poco más alta, pero inferior a 10%, aunque en los países que se están recuperando de una crisis esos puede llegar más alto”, dice Thierry Geiger, jefe del departamento de Investigación Analítica y Cuantitativa del Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés).
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Una situación distinta enfrentan los países emergentes, dado que las presiones inflacionarias están en niveles relativamente normales. Y en el caso de América Latina, la situación —en general— parece bajo control, salvo los dos países que están en la “lista negra”.
El caso de Venezuela
Venezuela está entrando en un terreno de hiperinflación. El FMI predice que puede llegar a 2.349% en 2018, algo que haría la escasez actual de productos aún peor, en medio de circunstancias donde mucha gente tiene problemas para conseguir alimentos y medicinas.
El FMI proyecta una inflación de 1.133% para este año en Venezuela.
“Una crisis económica de esa proporción es habitualmente el resultado de un manejo económico extremadamente precario, que típicamente involucra una combinación de políticas fiscales y monetarias desastrosas, impresión de billetes, subsidios ruinosos, restricciones severas al movimiento de bienes y capitales o un shock mayor”, dice Geiger.
“En el caso de Venezuela el gobierno parece reticente a tomar medidas drásticas o siquiera a reconocer que existe una crisis, lo que obviamente contribuye a que las cosas empeoren”.
Frente a estos diagnósticos el gobierno de Nicolás Maduro suele argumentar que es víctima de una “guerra económica” y de un “bloqueo” por parte de Estados Unidos, acusando de complicidad a la oposición.
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Steve H. Hanke, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, se ha especializado en el tema de medir la inflación en distintos países. Desde su punto de vista, la situación es aún más compleja.
“Yo mido la evolución de los precios todos los días y de acuerdo a mis investigaciones la inflación para este año en Venezuela será de 2.594%”, le dice Hanke a BBC Mundo
Argentina va recuperándose
La inflación en Argentina continúa como uno de los problemas más graves de la economía. Por encima del 20% anual sigue en niveles muy altos, sobre las metas del Banco Central, y aún nocivos para acelerar el ritmo de la actividad económica.
A pesar de lo anterior, el país ha logrado reducir la tasa anual desde el 40% alcanzado en 2016 a casi la mitad este año.
Argentina mejoró respecto al año anterior, pero sigue con una inflación de 22%.
El gobierno de Mauricio Macri celebra diciendo que Argentina está con el crecimiento más alto de los últimos cinco años, la inflación más baja de los últimos siete y un aumento de la inversión.
Pero aún persisten muchos desafíos económicos en la recuperación del consumo y la inversión.
“Me parece que la tasa de inflación está con grandes dificultades para reducirse. La situación fiscal sigue complicada. Pienso que reducir la inflación simplemente aumentando la tasa de interés, difícilmente logrará resultados”, dice Juan Carlos de Pablo, profesor en la Universidad de San Andrés y en la Universidad del CEMA.
“Que Argentina aparezca en esa lista de países con la mayor inflación en el mundo me parece que, lamentablemente, es una barbaridad”.
Para el resto de los países latinoamericanos la inflación no se ha convertido en un problema grave y la tendencia se ha movido hacia la moderación.
Al mismo tiempo, distintas estimaciones proyectan que la región mostrará un repunte gradual de la economía este año y el próximo, a pesar de la baja en el precio de las materias primas que en los últimos años dejó su huella en el desempeño regional.