Archives abril 2017

Quien Lucha… Vence Reflexion

Había dos niños que patinaban sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación, cuando de pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua. El otro niño viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo.

Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: “¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, es imposible que lo haya podido quebrar, con esa piedra y sus manos tan pequeñas”!!!

En ese instante apareció un anciano y dijo:
“Yo sé como lo hizo”.

“¿Cómo…?” Le preguntaron al anciano y el contestó:
“No había nadie a su alrededor para decirle
que no podía hacerlo”.

¡Dios les bendiga! y recuerden:
QUIEN LUCHA… VENCE !

Brianna Lyston, la niña de Jamaica de 12 años que le pisa los talones a Usain Bolt

Usain Bolt ha dominado y encendido las pistas de atletismo alrededor del mundo durante una década y como ningún otro corredor de velocidad en la historia.
En los últimos diez años no ha habido una Olimpíada, mundial de atletismo o evento de élite en los que Bolt no haya sido la superestrella, aquel a quien todos han querido ver para decir “yo estuve allí cuando ganó o batió el récord”.

Así que fue naturalmente descorazonador escuchar que el velocista jamaiquino estaría colgando las zapatillas en 2016.
Pero tal vez no hay que alarmarse, pues Jamaica parece haber encontrado su reemplazo: una niña de 12 años que se llama Brianna Lyston.
Si se juzga por lo que ha logrado hasta ahora en su creciente desarrollo, Lyston bien pudiera ser merecedora de la corona de Bolt en unos años.
Récord en 200
En el Campeonato de Atletismo de Niños y Niñas en Jamaica celebrado a fines de marzo, Brianna Lyston corrió la semifinal de los 200 metros en un sorprendente tiempo de 22,46 segundos y abrió una enorme brecha entre ella y las demás competidoras.
Un viento favorable de 2,2 metros por segundo hizo que el registro quedara nulo, pero Lyston demostró que lo anterior no había sido casualidad, cuando corrió la final del evento, conocido como “Champs”, en 23.72 segundos.

Florence Griffith-Joyner impuso los récords de los 100 y 200 metros en los Juegos de Seúl, 1988
Su tiempo de victoria fue 0,88 segundos por delante de su rival más cercana y apenas 2,38 segundos por debajo del récord mundial establecido por la legendaria estadounidense Florence Griffith-Joyner, en las Olimpíadas de Seúl 1988.
La juvenil jamaiquina también ganó la carrera de los 100 metros en 11,86 segundos, 1,37 segundos detrás del récord mundial también impuesto por Griffith-Joyner en los mismos juegos.
Curva de desarrollo
Los Champs son considerados la cuna de los múltiples campeones olímpicos jamaiquinos como Usain Bolt y ShellyAnn Fraser-Pryce.
Sin embargo, la curva de desarrollo de Lyston está por delante de lo que fue la de Bolt a la misma edad.
Aunque el ocho veces campeón olímpico ya corría a los 12 años, también jugaba fútbol y cricket, y no se concentró de lleno en el atletismo hasta los 14.

Usain Bolt, aquí corriendo en 2003 en categoría juvenil, no se dedicó de lleno al atletismo hasta los 14 años.
El primer registro de Bolt en los 200 metros fue de 21,81 segundos, más rápido que Lyston por 1,91 segundos pero lo logró cuando tenía 15 años, tres más que la joven corredora.
Lyston fue la primera corredora en bajar de los 24 segundos en los 200 metros de los Champs, estableciendo el récord para el evento.
Con anterioridad, venció por más de un segundo a los niños ganadores de la carrera de 300 metros, durante una competencia en Trinidad y Tobago, en 2015.
Aunque Brianna Lyston es demasiado joven para competir en las próximas Olimpiadas en Tokio 2020, ha quedado claro que es una de las potenciales estrellas del deporte.
Bolt, el hombre más rápido del mundo, anunció su retiro en octubre de 2016. Pero se escuchan rumores de que podría participar en Tokio.

Seca tu Ira Reflexion

Mariana se puso toda feliz por haber ganado de regalo un juego de té de color azul.
Al día siguiente, Julia, su amiguita, vino bien temprano a invitarla a jugar, Mariana no podía pues saldría con su madre aquella mañana.

Julia entonces pidió a Mariana que le prestara su juego de té para que ella pudiera jugar sola en el jardín del edificio en que vivían.
Ella no quería prestar su flamante regalo pero ante la insistencia de la amiga decidió, hacer hincapié en el cuidado de aquel juguete tan especial.

Al volver del paseo, Mariana se quedó pasmada al ver su juego de té tirado al suelo. Faltaban algunas tazas y la bandeja estaba rota. Llorando y muy molesta Mariana se desahogó con su mamá ¿ves mamá lo que hizo Julia conmigo? Le presté mi juguete y ella lo descuidó todo y lo dejó tirado en el suelo.

Totalmente descontrolada Mariana quería ir a la casa de Julia a pedir explicaciones, pero su madre cariñosamente le dijo: Hijita, ¿te acuerdas de aquel día cuando saliste con tu vestido nuevo todo blanco y un coche que pasaba te salpicó de lodo tu ropa? Al llegar a casa querías lavar inmediatamente el vestido pero tu abuelita no te dejó ¿Recuerdas lo que dijo tu abuela?
Ella dijo que había que dejar que el barro se secara, porque después sería más fácil de quitar.
Así es hijita, con la ira es lo mismo, deja la ira secarse primero, después es mucho más fácil resolver todo.
Mariana no entendía todo muy bien, pero decidió seguir el consejo de su madre y fue a ver el televisor.

Un rato después sonó el timbre de la puerta.
Era Julia, con una caja en las manos y sin más preámbulo ella dijo: Mariana, ¿recuerdas al niño malcriado de la otra calle, el que a menudo nos molesta?. Él vino para jugar conmigo y no lo dejé porque creí que no cuidaría tu juego de té pero el se enojó y destruyó el regalo que me habías prestado. Cuando le conté a mi madre ella preocupada me llevó a comprar otro igualito, para ti. ¡Espero que no estés enojada conmigo. No fue mi culpa!
¡No hay problema!, dijo Mariana, ¡mi ira ya secó!. Y dando un fuerte abrazo en su amiga, la tomó de la mano y la llevó a su cuarto para contarle la historia del vestido nuevo que se había ensuciado de lodo.

Nunca reacciones mientras sientas ira. La ira nos ciega e impide que veamos las cosas como ellas realmente son. Así evitarás cometer injusticias y ganarás el respeto de los demás por tu posición ponderada y correcta delante de una situación difícil.

Acuérdate siempre: Deja secar la ira.

No contrato negros”: habla la víctima detrás de la denuncia viral que expone el racismo laboral en Brasil

La denuncia partió del presidente de la multinacional Bayer en Brasil. En su perfil en LinkedIn, Theo van der Loo relató una historia “inaceptable y repugnante” de discriminación racial.
“Un conocido mío, afrodescendiente, con una excelente formación y currículo, fue a una entrevista. Cuando el entrevistador vio su origen étnico, le dijo a la persona de recursos humanos que él no sabía ese detalle y ¡que no contrataba negros!”, escribió en su perfil en la red social centrada en contactos profesionales.
En la publicación, que ya superó las 300.000 visualizaciones en LinkedIn, Van der Loo cuenta que le sugirió a su conocido que hiciera una denuncia. Entonces, se sorprendió de nuevo: la víctima estimó que sería mejor no exponer el caso públicamente por miedo a “quemar” su imagen.

“Soy de una familia simple y humilde. Me costó mucho llegar donde llegué”, justificó.
La repercusión del episodio sorprendió al presidente de Bayer Brasil y más todavía a la víctima, que fue localizada y entrevistada por BBC Brasil.
La publicación de Theo van der Loo en LinkedIn cuenta con más de 300 mil visualizaciones.
El miedo a hablar
X, como le llamaremos aquí, lleva 7 meses desempleado y sigue convencido de que revelar su identidad y de la empresa solamente perjudicaría su carrera.
“Hay una línea muy delgada entre sensibilizar a la opinión pública y acabar con mi carrera profesional”, considera.
“Conozco el mapa mental del empresariado brasileño y cualquier tipo de agresividad puede terminar jugándote en contra. Puedes rápidamente ser visto como un victimario o como una persona problemática”.

El protagonista de esta historia ha desarrollado una prometedora carrera en el área de tecnología de la información y poco a poco se estableció en puestos de dirección.
Nacido y criado en un “barrio tradicional” de São Paulo, bisnieto de negros esclavos y nieto de empleada doméstica, fue el primero de su familia en ir a la universidad y hasta cursó un posgrado en Estados Unidos.

La víctima de la discriminación considera que tener prejuicios étnicos o de género es una prueba de “limitación intelectual”.
Sin embargo, él dice que lo que vivió recientemente está lejos de ser una excepción dentro de su trayectoria profesional.
Una y otra vez
A los 14 años fue a una entrevista de trabajo para empezar a trabajar en una conocida cadena de venta de materiales escolares. Era su primer empleo. La mujer que entregaba las fichas de preinscripción a los candidatos le dijo que para él “no había vacantes”, que le pidiera trabajo a los “amigos” encargados del aparcamiento de carros. Ellos eran todos negros.

Cuando tenía poco más de 20 años, en el programa de entrenamiento de “una gran organización brasileña” para la cual había soñado trabajar, el gerente solía llamarle “negro de pastoreo”. A veces, también le decía “mono”.
“Me decía que yo era afortunado por no ser un negro perezoso, por ser guapo, hablar bien y no ser bruto”, recuerda.

Dos jóvenes hinchas del equipo brasileño Flamengo sostienen carteles que dicen: “Racismo”, con un símbolo de prohibido, y “El corazón no ve color”.
Más recientemente, a los 30 y pocos años, descubrió un intercambio de correos electrónicos en una empresa para la cual brindaba consultoría en la que los empleados le llamaban “mono” y se burlaban de su ropa, sobre todo de que usara camisas marca Lacoste. “¿Dónde se vio un negro con pinta de blanco?”, decía un mensaje.

El joven dice que que tuvo acceso a los correos de casualidad y que elevó el caso a un superior, pero que fue descartado. Poco tiempo después, fue despedido.
“Desgraciadamente todavía tenemos ese cáncer en la sociedad brasileña que asocia a los negros con delincuentes, vagabundos y otros adjetivos peyorativos”, sostiene.
“Apartheid oculto”
X conoció al presidente de Bayer Brasil por LinkedIn y llegó a pasar por una serie de entrevistas por un puesto en la compañía. Si bien no logró el empleo, los dos continuaron en contacto, en parte debido al reconocido compromiso de Theo van der Loo para promover la diversidad en el mundo corporativo.

“Nunca pensé que mi comentario iba a generar tanta discusión”, dice Theo van de Loo.
Van der Loo es brasileño, hijo de holandeses, y preside la filial nacional de Bayer desde 2011. La empresa tiene 4.000 trabajadores en Brasil, de los cuales 14% son afrodescendientes, según un censo interno realizado en 2014.
“Yo creía que podía encontrar empresas interesadas en su perfil”, explica. “Hablamos el otro día por teléfono y me contó esta historia. Entonces decidí publicar el comentario a modo de rebeldía”.
“Nunca pensé que mi comentario iba a generar tanta discusión. Empecé a recibir una gran cantidad de correos electrónicos de personas que no querían exponerse públicamente, pero que contaban haber vivido situaciones similares. Esto es mucho más frecuente y profundo de lo que pensaba”.
Entre las centenas de comentarios que tiene la publicación, algunos criticaban a Van der Loo por hablar en nombre de la causa afrodescendiente. Asegura que su intención no es asumir protagonismo en la lucha.

Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística de 2015, 53,6% de la población se considera negro o pardo y 45,5%, se identifica como blanco.
“La causa es de todos”, afirma, explicando que su intención es ayudar siendo “el mensajero”: “Es importante que la sociedad sepa de estos casos que están siendo relatados de forma anónima”.
“Brasil tiene una especie de apartheid oculto”, dice Van der Loo.

“Más del 50% de la población es afrodescendiente. Sin embargo, cuando uno va a una fábrica, se los puede ver operando máquinas pero no detrás de los escritorios. El país nunca va a avanzar si no consigue superar esas diferencias”, agrega.
El día de la entrevista
X no quiere revelar el nombre de la empresa que “no entrevista negros”. Sólo dice que es “grande” y que estaba aspirando a un cargo gerencial medio. De hecho, ya había pasado un primer filtro con el coordinador de recursos humanos.
Cuando volvió para la segunda fatídica entrevista, el mismo coordinador lo guió hasta la sala de reuniones con el gerente. “¿Nunca percibiste que no contrato negros?”, le preguntó el ejecutivo al hombre de recursos humanos en cuanto vio a X.

“¿Nunca percibiste que no contrato negros?”, le preguntó el ejecutivo al hombre de recursos humanos en cuanto vio a X.
X dice ser una persona “tranquila y bien educada”, y que, por lo tanto, mantuvo la compostura ante la agresión verbal. Agradeció la oportunidad y salió de la sala.
“Fue una falta de respeto y la torpeza de parte de alguien que está en un nivel de liderazgo. El trato fue realmente deplorable. Pero su postura, en el fondo, no tiene nada que ver conmigo. Para mí, tener un prejuicio étnico o de género es una limitación intelectual. Denota que es una persona limitada”.
En cualquier caso, confía en encontrar un trabajo gracias a sus estudios y trayectoria profesional.
“Estoy tranquilo porque sé quién soy. Como representante de la etnia afro en Brasil, quiero ser un referente para los jóvenes de los barrios, para que tengan otras referencias además de los músicos de samba o jugadores de fútbol. Quiero que sepan que si estudian, buscan desarrollar sus habilidades y acumulan cultura, podrán ser ciudadanos dignos”.

El fin del “Estados Unidos primero”: ¿obligó a Donald Trump a salir del aislamiento la realidad de la situación en Siria?

Hace cuatro años, luego de que el gobierno de Siria lanzara un terrible ataque con armas químicas contra civiles, Donald Trump advirtió a cualquiera que quisiera escuchar que EE.UU. debería abstenerse drealizar ataques militares como respuesta.
“Obama debe comenzar a enfocarse en NUESTRO PAÍS, trabajo, salud y todos nuestros muchos problemas”, tuiteó el actual presidente. “¡Que se olvide de Siria y haga a Estados Unidos grande nuevamente!”.
Hace dos años atrás, Trump empezó una exitosa campaña presidencial basada precisamente en este tema, criticando a los demócratas y a algunos de sus compañeros republicanos por sus políticas intervencionistas en cuestiones de relaciones exteriores.
Y sólo hace una semana el secretario de Estado de Trump, Rex Tillerson, pareció seguir estas nuevas directrices cuando le restó importancia a los llamados para remover del poder al presidente sirio, Bashar al Asad, asegurando que “eso será decidido por el pueblo sirio”.
Entonces, este jueves en la noche, dos días después de otro supuesto ataque químico en Siria, el presidente Donald Trump ordenó un ataque guiado de misiles contra una base aérea del gobierno de Al Asad.
Esta acción marca un dramático giro de Trump respecto de su retórica anterior y sobre las expectativas de cómo conducirá su política exterior.

Al informar sobre la ofensiva, el presidente explicó que esta era “vital para los intereses en seguridad nacional de Estados Unidos para prevenir y detener el uso y la difusión de armas químicas mortales”.

Hacer a EE.UU. “grande de nuevo” fue el lema de campaña de Donald Trump.
También hizo un llamado a las “naciones civilizadas” a terminar “el derramamiento de sangre y la matanza” en la guerra civil de Siria e insistió a que prevalezca la “paz y la armonía”.

El mismo hombre que se pensaba que era un neoaislacionista ahora, sólo a unos meses de haber asumido al presidencia, envía a las fuerzas militares en el extranjero a hacer cumplir las normas internacionales y a castigar las violaciones de derechos humanos.
¿Un globalista?
¿Qué cambió? Parece claro que las imágenes gráficas de civiles sirios muriendo o agonizando -incluyendo “adorables bebés”, en palabras de Trump- tuvo un efecto dramático en el presidente.
Con unas pocas excepciones, la ofensiva ha sido alabada por políticos de derecha e izquierda en Washington.

Sin embargo, en los próximos días algunas preguntas muy importantes serán puestas en la mesa.
Si la política exterior del presidente cambia drásticamente en sólo un par de días, u horas, ¿sus aliados y adversarios lo interpretarán como una señal de flexibilidad o de incoherencia?
Un ataque con misiles desde un barco es una acción militar con riesgo bajo, pero también de efectividad limitada.

Un funcionario de la Casa Blanca describió la acción como una advertencia para Al Asad.
Un funcionario de la Casa Blanca describió la acción como una advertencia para Al Asad.
Pero si el presidente sirio utiliza armas químicas u ordena ataques que implican un significativo número de víctimas civiles, ¿escalará Estados Unidos su intervención militar o reculará, con el riesgo de parecer débil?

Cuando Obama evaluaba usar la fuerza contra el gobierno sirio, decidió que debía contar con la autorización del Congreso para poder hacerlo. ¿Buscará ahora Trump el apoyo de los legisladores, quienes se mostraron reticentes a darle a un presidente demócrata semejante aprobación?
Lo que ocurrió el jueves en la noche fue el primer desafío significativo en materia de política exterior para Trump. Y parece que este cambió radicalmente su postura, su retórica y, consecuentemente, sus acciones.

El candidato que constantemente hablaba de “poner a Estados Unidos primero” terminó su declaración del jueves pidiendo la bendición de Dios no sólo para EE.UU., sino para el “mundo entero”.
Esta intervención -y este cambio de actitud- puede ser simplemente una acción aislada. O, quizás, ha nacido un globalista.