Archives julio 2017

¿Qué ocurriría si Google dejara de funcionar por completo durante media hora?

No es habitual que ocurra, pero cuando Google “se cae” es como si se acabara el mundo.
La vez más reciente que ocurrió fue en enero de 2014 y afectó principalmente a Gmail, su plataforma de correo electrónico.

El gigante tecnológico explicó en su blog que se debió a una “sobrecarga” de uno de sus centros de datos en Europa, la cual produjo un “efecto cascada que extendió el problema de un centro de datos a otros”.
Y, mientras tanto, las redes sociales se llenaron de memes y de todo tipo de burlas y comentarios jocosos hacia todos los millennials incapaces de vivir sin el buscador más popular de internet que usan millones de personas todos los días.
Habría un momento de incredulidad. La gente trataría desesperadamente de actualizar la portada de Google una y otra vez
Ashish Kedia, ingeniero de software de Google
Pero el gigante tecnológico ya había experimentado fallos en el pasado. En agosto 2013, todos sus servicios -incluidos los de video (YouTube), analítica web (Analytics) y almacén en la nube (Drive) – se vieron afectados por una falla total.
El “apagón” duró apenas cinco minutos -de las 3:50 pm a las 3:55 pm, hora del Pacífico-, pero bastaron para desatar la furia de miles de usuarios en la red y para que descendiera el tráfico mundial de internet en un 40% y para que la compañía perdiera más de US$500.000, según el experto en motor de búsqueda Danny Sullivan.

¿Qué sucedería si el desastre se prolongara media hora?
El ingeniero de software de Google Ashish Kedia dijo en la plataforma web Quora que eso es “bastante improbable” pero explicó paso por paso cuáles serían las consecuencias y el escenario más probable.
¿Qué ocurriría durante la caída?
“Durante los primeros minutos, la gente comprobaría su conexión a internet. Algunos llamarían a su proveedor de servicios. Otros tal vez incluso comprobarían fallos en su hardware, algo mucho más factible (que la caída de Google)”, explicó el ingeniero.

“¿Se cayó Google de verdad o fue mi proveedor de internet?”, se preguntarían muchos.
“Entonces la gente se daría cuenta de que es verdad. Y habría un momento deincredulidad. La gente trataría desesperadamente de actualizar la portada de Google una y otra vez”.
Kedia dice que tras esos minutos de estupefacción, llegaría la sorpresa y el enfado:
“Personas de todo el mundo comenzarían a tomar capturas de pantalla de la página de error de Google. Los muros de Facebook se llenarían de frases como ‘¡Oh, Dios mío! ¡No me lo puedo creer!’, ‘he sido testigo de algo sorprendente’, mostrando las imágenes del error”.

En octubre de 2016, Google registró fallos que despertaron la ira (y el humor) de los internautas.
Y entonces llegaría la búsqueda de soluciones a tal desastre digital. El problema, dice Kedia, es cómo. Aunque, en cualquier caso, los competidores de Google saldrían ganando.
“La gente averiguaría motores de búsqueda alternativos… Pero ¿cómo? La mayoría de ellos ni siquiera conocen opciones alternativas, aunque Bing y Yahoo experimentarían enormes aumentos repentinos de tráfico y [el motor de navegación privada] DuckDuckGo se volvería tenencia en Twitter. La gente se daría cuenta de que es bueno.
Por supuesto, el problema no afectaría sólo al buscador….
“Muchas otras aplicaciones de internet que usan Google también se suspenderían. Sin Gmail durante 30 minutos, la productividad en todo el mundo caería por un margen enorme”.

Sin Gmail, la productividad de muchas empresas podría verse afectada.
“No puedo ni imaginarme la pérdida de ingresos no sólo para Google, sino para todas las compañías del mundo que usan Google”.
Pero hay que recordar que la empresa de Mountain View no sólo domina internet, sino también muchos teléfonos móviles.
“Los usuarios de Android se quedarían varados en la carretera y los usuarios de iPhone que usan Google Maps se perderían en el camino”.
Pero habría excepciones, sostiene el especialista de Google:
“Dentro de todo este fiasco, la vida en China permanecería inalterable. Y la gente de otras empresas de la competencia disfrutarían y cantarían de alegría”.

Servicios como Google Maps también dejarían de funcionar si la empresa se cayera.
¿Y una vez restaurados los servicios?
“Google lanzaríaun comunicado de prensa explicando los motivos y especialistas en tecnología de todo el mundo tratarían de buscar la causa del apagón”, asegura el ingeniero.
“Muchos especularían que un grupo de hackers es responsable y muchos les pedirían su opinión a los hackers. Los medios de comunicación se volverían locos y llamarían a expertos para tratar de analizar la situación”.
“Muchos blogueros escribirían una publicación del tipo ‘¿Cómo es que dependemos tanto de Google?’ y también los medios. Quora se llenaría de preguntas: ‘¿Por qué ocurrió?” ¿Accedieron a mis datos?”¿Es verdad que Google fue hackeado?”, etcétera”.
“Y muchos usuarios dejarían de usar Google para utilizar servicios alternativos”.
“BuzzFeed y ScoopWhoop publicarán artículos como ‘Google cayó durante 30 minutos. No creerás lo que ocurre ahora’ y ’10 cosas que puedes hacer cuando Google caiga la próxima vez’, bromea Kedia.
“Pero entonces encontrarán este artículo y se darán cuenta de que muchas de estas cosas ya sucedieron o están ocurriendo”.

¿Podrían US$0,10 resolver el gran problema del café en el mundo?

Con su tupido bigote y andar firme, Juan Valdez, acompañado por su mula Conchita, es la imagen del campesino cafetero de Colombia.
Y aunque en los cafetales del país es posible cruzarse con hombres que bien podrían encarnar a este personaje ficticio, se ve gente muy mayor recogiendo ese fruto y también niños. Ese es uno de los grandes problemas de una industria gigantesca en la que el primer eslabón de la cadena de valor es el más débil.
“Yo la llamo neocolonial”, dice Fernando Morales de la Cruz, de Café for Change, una de muchas empresas de café con orientación social. Según él, se debe a la concentración de la riqueza enorme en grandes empresas multinacionales y el bajo porcentaje de esos ingresos que llegan a los países productores, donde es común que los campesinos vivan en condiciones de pobreza y exista trabajo infantil.

“De lo que vale una taza de café en Nueva York, US$3,5, un productor recibe US$0,05”, explica Roberto Vélez, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.
El propio gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC), Roberto Vélez, dio cuenta este lunes, al cierre del 84 Congreso Cafetero de Colombia, de los pobres ingresos de los trabajadores del campo dedicados a este cultivo, respecto a la economía global del café, que cifró en US$200.000 millones anuales, de los que: “Los productores del mundo solo tienen acceso a menos de un 10%”.
En Colombia, por ejemplo, dijo que la producción anual de cerca de 14 millones de sacos (de 60 kilos cada uno) genera US$2.289 millones de dólares. Si todo ese dinero fuera ganancia de los productores -no es así, porque hay costos de producción y de distribución que pagar, entre otros- las 750.000 personas que trabajan en forma directa en el cultivo estarían recibiendo un salario mínimo legal, que ronda los US$240.
Es una situación que se repite en el mundo del café, del que viven alrededor de 25 millones de hogares (125 millones de personas) en países de África, Asia y América Latina, según la Organización Internacional del Café (OIC),
Vélez le dijo a BBC Mundo que efectivamente en Colombia tienen un problema con la edad de los caficultores, que en promedio tienen 53 años, pero que en el caso del trabajo infantil, realmente no es que haya niños esclavos, sino que es una práctica tradicional del campesinado del país (EE.UU. señala a la producción cafetera colombiana por el uso de niños).

Los productores reciben alrededor del 10% de lo que genera el mercado mundial de café.
En cualquier caso el gerente general de la FNC ve que la concentración de los grandes compradores de café en cuatro o cinco grandes empresas trasnacionales que suman el 75% de la demanda afecta a los productores.
“De lo que vale una taza de café en Nueva York, US$3,5, un productor recibe US$0,05”, dijo. “La cadena de valor tiene un desbalance”.
“Cada vez más desventajoso”
En estos días, en Medellín, se lleva a cabo el primer Foro Mundial de Productores de Café, una iniciativa de la FNC donde buscan alternativas a la sostenibilidad económica de los productores.
Lo tiene claro el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, cuyo primer trabajo fue como representante de Colombia ante la OIC y nunca se alejó del mundo del café.

El presidente de Colombia Juan Manuel Santos cree que deben compensarse las asimetrías en el mercado del café.
“Estaremos de acuerdo en que nada de lo que se proponga tiene sentido si la caficultura no es una actividad rentable para todos los actores de la cadena, incluyendo, por supuesto, a los productores”, dijo al abrir el Foro Mundial.
Él mismo describió el impacto que supone la concentración del mercado cafetero en pocas manos (especialmente entre los compradores, tostadores y distribuidores): “En muchos casos, el acceso de los caficultores al mercado, especialmente de los pequeños, es cada vez más desventajoso y deben negociar en condiciones muy desiguales, lo que debería motivar una discusión serena y realista de cómo compensar estas asimetrías”.
José Sette, director ejecutivo de la OIC le dijo a BBC Mundo sobre la situación de los campesinos: “No creo que haya un consenso generalizado, pero hay conciencia de este problema (en la industria)”.
Cree que es un primer paso para el cual luego hace falta encontrar soluciones innovadoras y creativas a una situación que, de no resolverse, podría impactar en la producción.
No obstante no considera que se deba hablar de una industria “neocolonial”. Aunque acepta que tienen un problema, dice: “No ayuda ver esto de forma confrontacional”.
10 centavos de dólar
Fernando Morales de la Cruz dice tener una solución para el problema. Propone que se cobre US$0,10 extra por taza de café.
Esos centavos se transforman en unos US$12 por kilo de café, que pueden proveer seguro agrícola, seguridad social, pensiones, educación, agua potable, infraestructura básica.
“Con US$0,10”, asegura, “todos los niños de todas las comunidades rurales de todas las comunidades que producen café van a tener garantizado que no solo va a haber escuelas, sino que también va a haber maestros, agua potable, infraestructura básica, y que sus padres van a tener un salario de costo de vida”.
¿Es esto factible?
A Vélez le parece una opción viable, que incluso mencionó el economista estadounidense Jeffrey Sachs durante su exposición en el Foro Mundial (aunque habló de US$0,05 en vez de diez centavos). “A mí no me choca que el consumidor sepa que necesita pagar un poco más”, dijo el gerente general de la FNC a BBC Mundo.
“Pero”, aclaró, “habría que tener la institucionalidad capaz de hacer la recolección y la distribución”. Morales de la Cruz cree que encontró la respuesta a través de una plataforma digital que está montando, que mostrará en forma transparente el dinero que ingresa y el que sale.

Fernando Morales de la Cruz cree que con cobrar US$0,10 por taza de café pueden resolverse los problemas de los productores.
Sin embargo, hay quienes creen que no podría trasladarse a todos los mercados ese costo. En Europa hay margen para un incremento del precio final, pero seguramente no en China. Y tal como piensa Morales de la Cruz, muchos consideran que realmente todo el mundo del café debería sumarse, al menos todos los grandes jugadores del sector.
Vélez cree que hay otra opción para garantizar un ingreso digno a los campesinos: que los grandes compradores se comprometan a no pagar nunca por debajo del costo de producción.
“No es fácil, pero no lo veo inalcanzable, porque no estamos hablando de grandes precios”, le dijo a BBC Mundo.

Aunque sería fácil aceptar un extra de US$0,10 por taza de café para los consumidores europeos, no sería necesariamente igual, por ejemplo, para los de China.
¿Y por qué no se ponen de acuerdo los cuatro países que concentran el 70% de la producción mundial (Brasil, Vietnam, Colombia e Indonesia) y fijan un precio?
Sería inviable, porque la Organización Mundial del Comercio lo vería como cartelización, de acuerdo con Vélez.
Entonces, ¿es mejor cobrar a los consumidores o un precio garantizado por parte de los grandes compradores?
Vélez no está seguro cuál es la alternativa. Incluso cree que puede ser otra, pero asegura que alguna solución debe aparecer pronto: “Si no, corremos el riesgo de que la cadena se reviente por el eslabón más débil (el productor)”.

La liebre y La Tortuga Reflexion

Fábula de la liebre y la tortuga
(versión actualizada)

¿Recuerda la fábula?

Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida. Para dirimir el argumento, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La liebre arrancó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante algún tiempo. Luego, al ver que llevaba mucha ventaja, decidió sentarse bajo un árbol para descansar un rato, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se durmió. La tortuga, que andaba con paso lento, la alcanzó, la superó y terminó primera, declarándose vencedora indiscutible.

Moraleja: Los lentos y estables ganan la carrera.

Pero la historia no termina aquí: la liebre, decepcionada tras haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció sus errores. Descubrió que había perdido la carrera por ser presumida y descuidada. Si no hubiera dado tantas cosas por supuestas, nunca la hubiesen vencido. Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la liebre corrió de principio a fin y su triunfo fue evidente.

Moraleja: Los rápidos y tenaces vencen a los lentos y estables.

Pero la historia tampoco termina aquí: Tras ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. Como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, desafió nuevamente a la liebre, pero propuso correr sobre una ruta ligeramente diferente. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río. Mientras la liebre, que no sabía nadar, se preguntaba “¿qué hago ahora?”, la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso y terminó en primer lugar.

Moraleja: Quienes identifican su ventaja competitiva (saber nadar) y cambian el entorno para aprovecharla, llegan primeros.

Pero la historia tampoco termina aquí: el tiempo pasó, y tanto compartieron la liebre y la tortuga, que terminaron haciéndose buenas amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga atravesó el río con la liebre sobre su caparazón y, sobre la orilla de enfrente, la liebre cargó nuevamente a la tortuga hasta la meta. Como alcanzaron la línea de llegada en un tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que aquella que habían experimentado en sus logros individuales.

Moraleja: Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las habilidades de cada uno, no seremos completamente efectivos. Siempre existirán situaciones para las cuales no estamos preparados y que otras personas pueden enfrentar mejor.

La liebre y la tortuga también aprendieron otra lección vital: cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, complementamos capacidades, compensamos defectos, potenciamos nuestros recursos… y obtenemos mejores resultados!

¿Estás más despierto de noche que de día? La culpa la tienen tus ancestros

Algunos nos sentimos más alertas durante la noche. A otros, en cambio, se les empiezan a caer los párpados apenas oscurece.
Y, según un nuevo estudio, el origen de esta variedad en los patrones de sueño se remonta a nuestros ancestros.
De acuerdo a los investigadores de la Universidad de Toronto, en Canadá y de la Universidad de Nevada, en Estados Unidos, los patrones irregulares representaban una ventaja en el pasado, cuando los seres humanos vivían en grupo y necesitaban que alguien se mantuviese despierto para vigilar que no se les acercase ningún animal salvaje.
El equipo de científicos monitoreó el sueño de una tribu de cazadores-recolectores en Tanzania durante un período de 20 días y noches, y descubrió que siempre había alguien despierto la mayor parte del tiempo.
“De las 200 horas que analizó el estudio, sólo durmieron de forma sincronizada por 18 minutos”, señaló David Samson, investigador de la Universidad de Toronto y líder del proyecto de investigación

“La media era de ocho adultos en estado de alerta en diferentes momentos durante la noche, es decir, el 40% de la población adulta de estos grupos. Fue muy sorprendente descubrir cuán asincrónico era el sueño en este grupo”.
Alondras versus lechuzas
Investigaciones anteriores mostraron que entre el 40% y el 70% del ritmo circadiano de una persona o el reloj biológico está determinado genéticamente.

Los Hazda resultaron un sujeto de estudio ideal porque su estilo de vida es muy similar al de los cazadores-recolectores del pasado.
El resto depende del medioambiente y, curiosamente, de la edad.
Tras tomar en cuenta la temperatura, el viento, la humedad y otras condiciones que afectan el sueño, los investigadores descubrieron que la edad era uno de los principales factores para explicar las variaciones.
“Cuando eres más joven, eres más como una lechuza, por eso es más probable que el momento de más actividad tenga lugar más tarde a lo largo del día que por la mañana”, afirma Samson.

“Cuando eres más viejo, eres más como una alondra”.
La idea de que los patrones de sueño cambian cuando nos hacemos mayores se conoce como la “hipótesis de la abuela”.
Según este hipótesis, tener gente mayor dentro del grupo representa una ventaja evolutiva porque pueden ayudar mientras los jóvenes duermen y asegurarse de que todo esté en orden.
Testimonio del pasado
La tribu Hadza está organizada en grupos de 20 o 30 individuos.

Los hombres y mujeres se separan para cazar y recolectar frutos durante el día y se vuelven a reunir por la noche.
Durante el día, los hombres se separan de las mujeres para buscar frutos y cazar animales en los bosques de la sabana.
Por la noche se juntan y duermen todos juntos cerca de un fogón o en chozas hechas de paja.
Lo interesante de esta tribu, dicen los investigadores, es que tienen un estilo de vida similar al de los cazadores-recolectores del pasado.
Por esta razón, pueden “contar una parte importante de la historia evolutiva de la humanidad”, le dijo al periódico británico The Guardian Alyssa Crittenden, profesora de Antropología de la Universidad de Nevada, en Estados Unidos, y coautora del estudio.

UN NUDO EN LA SABANA REFLEXION

En una junta de padres de familia de cierta escuela, la Directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. También pedía que se hicieran presentes el máximo de tiempo posible.

Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres de la comunidad fueran trabajadores, deberían encontrar un poco de tiempo para dedicar y entender a los niños.

Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, en forma humilde, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana.

 

Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo. Cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba despierto. Explicó, además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia.

Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches cuando llegaba a su casa y, para que su hijo supiera de su presencia, él hacía un nudo en la punta de la sábana.

Eso sucedía religiosamente todas las noches cuando iba a besarlo.

Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía, a través de él, que su papá había estado allí y lo había besado. El nudo era el medio de comunicación entre ellos.

 

La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando constató que el hijo de ese padre, era uno de los mejores alumnos de la escuela.

El hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse con otros.

Aquél padre encontró su forma, que era simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía, a través del nudo afectivo, lo que su papá le estaba diciendo.

Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento.

Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban, para aquél hijo, muchísimo más que regalos o disculpas vacías.

Es válido que nos preocupemos por las personas pero es más importante que ellas lo sepan, que puedan sentirlo.

Para que exista la comunicación, es necesario que las personas “escuchen” el lenguaje de nuestro corazón, pues, en materia de afecto, los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras.

Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el raspón en la rodilla, el miedo a la oscuridad.

Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben registrar un gesto de amor. Aún y cuando el gesto sea solamente un nudo. Un nudo lleno de afecto y cariño.

VIVE DE TAL MANERA QUE CUANDO TUS HIJOS PIENSEN EN JUSTICIA, CARIÑO, AMOR E INTEGRIDAD, PIENSEN EN TI.