Archives marzo 2019

3 detalles del regreso de Guaidó que muestran la excepcional crisis política del país

Juan Guaidó regresó a Venezuela e hizo de nuevo evidente la excepcional crisis política que enfrenta el país.

El líder opositor desafió la prohibición de salida del país que el Tribunal Supremo le había impuesto cuando, el 22 de febrero, viajó a Colombia para asistir a un concierto a favor del ingreso de la ayuda humanitaria que le había prometido a los venezolanos.

Fue el inicio de un viaje que le llevó por diferentes países de América Latina y que concluyó este lunes en el aeropuerto de Maiquetía, que sirve a Caracas.

Por allí Guaidó reingresó en el territorio nacional después de haber desobedecido la orden de abandonar el país y a que el gobierno de Nicolás Maduro lo acusa de ser la cabeza visible de un “golpe de estado” orquestado por Estados Unidos.

Fue su último desplante al poder de Maduro, a quien considera un “usurpador” que ha violado la Constitución y que debe salir del palacio de Miraflores para “devolver la democracia a Venezuela”.

El primero y más notable de sus desplantes fue el del pasado 23 de enero, cuando Guaidó, como presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), controlada por la oposición, negó la legitimidad de Maduro y se autoproclamó presidente encargado de la República invocando varios artículos de la Carta Magna.

Fue el inicio de un pulso político que continúa y que creó una situación excepcional en Venezuela.

Las condiciones en las que se produjo su retorno indican que la excepcionalidad persiste.

1. Un “presidente” en la fila de Inmigración
Guaidó había prometido que volvería a Venezuela “como hacen los presidentes”, por Maiquetía.

Y lo hizo.

Viajó en un vuelo de línea regular.

Tras desembarcar del avión que lo llevó desde Panamá a Caracas, Guaidó se dirigió a la fila de control de pasaportes como otros pasajeros.

Allí aguardó la fila para que un funcionario revisara su documento, lo sellara y le autorizara el acceso.

En el encuentro que luego mantuvo con sus seguidores en Caracas, Guaidó mostró las hojas selladas de su documento como la prueba de que la “cadena de mando se ha roto”, porque los miembros de los cuerpos de seguridad no cumplieron la orden dada por Maduro de arrestarlo.

Una nueva muestra, según él, de que ya funge como gobernante efectivo.

“Todos los funcionarios de Migración me dijeron ´bienvenido presidente´”, aseguró después.

Todo eso hizo que su llegada fuera muy diferente a la de los presidentes, quienes no pasan por los controles migratorios ordinarios cuando regresan de sus viajes al exterior.

Suelen en cambio entrar por pabellones de Estado y accesos exclusivamente habilitados para ellos que minimizan el tiempo que pasan desde que se bajan del avión hasta que se suben al coche oficial.

En Venezuela, es costumbre que el avión presidencial tome tierra en la conocida como Rampa 4, vetada normalmente a vuelos comerciales como el que trasladó a Guaidó.

2. Una atípica bienvenida: el cuerpo diplomático
Cuando Guaidó llegó a la terminal no lo estaban esperando autoridades de su país ni ministros de su gobierno.

Quienes lo recibieron fueron embajadores y representantes extranjeros.

Estaban el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos, James Story, y los embajadores de varios países de la Unión Europea y América Latina que lo apoyan.

La presencia del diplomático estadounidense es solo la última muestra de la firme apuesta de Washington por el dirigente del partido Voluntad Popular.

La presencia de los diplomáticos extranjeros en la terminal puede ser interpretada además como un intento de disuadir a las autoridades chavistas de detener a Guaidó.

Maduro ha señalado que su rival tendrá que enfrentarse con la justicia, una advertencia secundada por Diosdado Cabello, una de las figuras con mayor peso en el chavismo.

Eso no ha sucedido por ahora.

3. Un “golpista” en libertad
Pese a haber hecho caso omiso de las medidas que le impuso el Tribunal Supremo, haberse proclamado presidente y haber sido señalado públicamente por Maduro como líder de una trama golpista, Guaidó continúa en libertad y participa en actos con miles de seguidores ante los que se presenta como el legítimo presidente venezolano.

La tolerancia mostrada por el gobierno contrasta con el trato que se dispensó en el pasado a dirigentes opositores que se rebelaron contra Maduro.

Su compañero de partido, Leopoldo López, continúa bajo arresto domiciliario después de ser condenado por su papel en las protestas antigubernamentales de 2014.

La inacción contra Guaidó ha sido interpretada por muchos observadores de la política venezolana como un indicio de la debilidad actual de Maduro.

También, como una consecuencia del firme apoyo internacional que ha cosechado la causa de Guaidó, sobre todo el de Estados Unidos, que ha lanzado serias advertencias para protegerlo.

Coincidiendo con su regreso a Venezuela, altos representantes del gobierno de Donald Trump, como el vicepresidente Mike Pence o el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, volvieron a advertir al gobierno de Maduro.

Pence dijo que cualquier acción contra Guaidó se encontraría con una “rápida respuesta”, mientras que Bolton dijo que la reacción sería “fuerte y significativa”.

No son pocos los que creen que los mensajes de Washington son la razón por la que Guaidó conserva la libertad y empujan al gobierno de Maduro a un escenario de negociación que nadie ha reconocido.

Aunque también hay quienes, como el senador republicano por el Estado de Florida Marco Rubio, creen que el aparato de seguridad venezolano podría estar tan solo a la espera del momento apropiado para atrapar a Guaidó.

Para Rubio, “el riesgo de un arresto sigue siendo muy real”.

La política en Venezuela sigue pendiente de posibles nuevos giros dramáticos.

Fuente: www.bbc.com

Los 3 Ancianos Reflexion

Una mujer que salía de su casa vio a tres ancianos de barbas blancas sentados en el jardín de su casa.

“No sé quienes son ustedes, pero deben tener hambre. Por favor, pasen que les daré algo de comer”

“¿Está el hombre de la casa?”, preguntó uno de ellos.

“No, no está”

“Entonces no podremos entrar” dijeron los ancianos.

Al atardecer, cuando su marido llegó a la casa, la señora le contó lo sucedido.

“Ve y dile que yo estoy en casa y que los invito a pasar a los tres”

La mujer salió y los invitó amablemente a que pasaran.

“Nosotros no podemos ser invitados a una casa juntos” dijo con determinación uno de los ancianos.

“¿Por qué?” preguntó la mujer muy intrigada.

El anciano con la barba más blanca respondió:

“Su nombre es Riqueza” dijo señalando a uno de ellos y señalando al otro agregó: “Su nombre es Éxito, y el mío es Amor… ahora, ve con tu marido y decidan a cuál de nosotros prefieren invitar”

“¡Qué fantástico! Si ese es el caso invitemos a Riqueza. Así llenaremos nuestra casa con riquezas” Dijo el marido cuando escuchó lo que le contó la mujer.

“No, no me parece buena idea… ¿Por qué no elegimos a Éxito? así seremos admirados por todos”

Su hija adoptiva que escuchaba la conversación desde su habitación exclamó:

“¿Por qué no invitamos al Amor? ¿Por qué siempre hay que pensar en las riquezas y el éxito como si el amor no fuera importante para nosotros?”

La intervención de la niña dejó a sus padres en silencio y avergonzados.

“Sí, ella tiene razón” dijo la madre.

Y el padre agregó: “Sigamos el consejo de nuestra hija”

La mujer salió al encuentro de los ancianos y preguntó:

“¿Cuál de ustedes es Amor? … Por favor, pase y sea nuestro invitado.”

Amor se levantó y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y los siguieron. Sorprendida, la mujer miró a Éxito y a Riqueza y preguntó:

“Sí yo solamente invité a Amor ¿Por qué ustedes también vienen?”

Los tres ancianos respondieron juntos:

“Si hubiese invitado a Éxito o a Riqueza los otros dos se quedaban afuera, pero ustedes invitaron a Amor, y donde quiera que él vaya los otros lo siguen. Porque donde hay amor siempre hay éxito y riqueza”.

Anónimo

Por qué tener amigos distintos a ti es bueno para tu mente

El pensamiento creativo es esencial para todo tipo de cosas, desde resolver problemas hasta lograr la satisfacción personal. Pero, ¿qué podemos hacer para alimentarlo?

Cada día se espera que tomemos cientos de decisiones y que juzguemos cosas.

Algunas son pequeñas, como elegir qué tomar de desayuno; otras son más grandes, como aceptar un trabajo.

El problema es que nuestros recursos mentales son limitados: la mente humana no puede abarcar tantas cosas.

Dado este gran desafío, adoptamos atajos mentales para funcionar de manera efectiva. Es un enfoque que nos permite avanzar en la vida, pero que también puede limitar nuestro crecimiento como personas.

Algo tan sencillo como pensar en las personas que nos rodean puede ser muy útil para cambiar eso e incluso ayudarnos a ser más creativos.

101 usos para una cuchara
Puede parecer una pregunta extraña pero ¿para qué sirve una cuchara?

Tu asunción automática es posible que sea “para remover el café” o “para comer cereales”.

No solemos pensar sobre los muchos otros usos que puede tener una cuchara. ¿Acaso no puede usarse para cavar un hoyo en la arena, como tope de puerta o para lanzar en catapulta unos guisantes sobre la mesa?

La idea a la que llegamos antes es un atajo mental: no requiere pensar y nos viene a la mente sin ningún esfuerzo. Es un estereotipo de las razones por las que usamos una cuchara.

Este es un ejemplo de pensamiento heurístico, o lo que muchas personas llamarían una sensación visceral.

Sin embargo, hay investigaciones que sugieren que existen maneras sorprendentes para pensar más creativamente y deshacernos de los muchos pensamientos automáticos que tenemos.

Una de ellas es abrirnos a una mayor diversidad social. En otras palabras, hacer cosas como mezclarnos con personas que “no son como nosotros”.

Hay muchas formas de hacerlo y pueden diferir entre ellas: edad, raza, educación, ciudad natal, etcétera.

Cuando se nos pide que interactuemos con alguien de una cultura u origen diferente, se necesita que demos un salto fuera de nuestra zona de confort. Incluso solo imaginarlo puede tener un efecto.

Es decir, la diversidad hace que nuestro cerebro trabaje. Y, al igual que lo es el entrenamiento físico, puede ser muy beneficiosa para nosotros.

Más allá de lo obvio
Sin embargo, sabemos que, como dice el refrán, “cada oveja con su pareja”. La gente hace amistad con personas similares en términos de valores, preferencias y rasgos de la personalidad.

Pero romper con esos hábitos nos ayuda a desafiar el pensamiento heurístico que moldea nuestros pensamientos automáticos.

Cuando la gente se expone a un grupo más diverso de personas, sus cerebros son obligados a procesar información compleja e inesperada.

Cuanto más lo hacemos, mejores somos a la hora de producir información compleja e inesperada nosotros mismos.

Eso nos capacita para observar más fácilmente más allá de lo obvio. Y ese es, precisamente, el sello distintivo del pensamiento creativo.

El problema de las velas
En un estudio sobre los beneficios de la diversidad social, a un grupo de participantes les pedimos que pensaran en alguien que cumpliera ciertos estereotipos, por ejemplo, una mujer que trabaja como partera (ayudando a parir a otras mujeres).

A otro grupo le pedimos que pensaran en el caso contrario, es decir, un hombre que tiene esa profesión.

Después medimos los efectos de la creatividad pidiendo a los participantes que pensaran nombres originales para un nuevo tipo de pasta y les dimos algunos ejemplos.

Los resultados mostraron que quienes imaginaron a alguien que no cumple con los estereotipos fueron más creativos.

Eso se debe a que confiaron menos en el conocimiento basado en la heurística para una tarea y pensaron en opciones mejores (y nuevas).

Otra investigación exploró si la experiencia de vivir en el extranjero fomenta la creatividad.

Los investigadores usaron un acertijo llamado el “el problema de la vela”, de Karl Duncker. Le mostraron a los participantes una imagen en la que había una vela, una caja de fósforos y otra de chinches.

Su tarea era averiguar cómo poner en la pared la vela usando solo los objetos que estaban en la mesa y de manera que la vela se quemara bien y sin derramar cera en el suelo.

La solución pasa por usar la caja de chiches como candelabro.

Esta tarea requiere que los participantes ignoren sus asociaciones pre existentes y que vean a los objetos capaces de ejercer funciones diferentes de las típicas.

Los resultados mostraron que la experiencia de vivir en el extranjero mejora los resultados en este ejercicio de creatividad.

Una nueva perspectiva
Por supuesto, la mayoría de nosotros no mejoraremos nuestra creatividad pensando en cucharas, nombres para pasta o poniendo velas en la pared.

Pero hay muchas otras cosas que pueden ayudarnos.

Interactuar con la diversidad puede ir desde ver películas extranjeras hasta leer libros de autores con orígenes distintos al nuestro.

Puede significar hacer amistades a través de un voluntariado en un grupo que incluya a gente de todas las edades o uniéndose a clubes deportivos que involucren a personas de otras culturas.

Los investigadores también descubrieron que crear y disfrutar de las artes puede ayudarnos a ver las cosas desde una perspectiva nueva al ponernos en los zapatos de los personajes.

También pueden crear un sentimiento de conectividad y amabilidad general.

Abrirnos a nuevas experiencias puede parecer duro, pero nos puede ayudar a cruzar divisiones y nutrir amistades nuevas e inclusivas.

En estos tiempos desafiantes para la cohesión social, puede haber beneficios reales en abrazar los nuevo e inesperado.

Al hacerlo, puede que no solo estemos ayudando a nuestro propio crecimiento personal, sino que nos estemos poniendo en la mejor posición posible para ayudar a resolver los problemas duraderos de nuestra sociedad.

Este análisis fue encargado por la BBC a expertos externos a la organización.

Julie Van de Vyver es profesora adjunta y Richard Crisp, director del Departamento de Psicología de la Universidad de Durham.

Texto editado por Duncan Walker.

Fuente: www.bbc.com

5 cosas fáciles que puedes hacer para mejorar tu satisfacción en el trabajo

La primera reacción de muchas personas cuando les preguntas qué mejoraría su satisfacción en el trabajo suele ser “un aumento de salario”.

Pero si ese no es el factor que te apremia, hay muchas otras cosas que te pueden tener en jaque, incluso si conseguiste una posición laboral con la que habías soñado por mucho tiempo.

Michael Melcher, asesor ejecutivo estadounidense y socio de la empresa Next Step Partners, lleva años entrenando a líderes y profesionales en el desarrollo de sus carreras.

Egresado de las universidades de Harvard y Stanford, este abogado estadounidense asegura que en muchas ocasiones hay razones que te mantienen insatisfecho sin que te des cuenta.

Él trabaja con personas que tienen empleos considerados interesantes y de alto estatus, pero eso no es necesariamente una garantía de satisfacción laboral.

“La principal razón para no estar satisfechos con su trabajo es que no se han tomado el tiempo para examinar quiénes son realmente, qué actividades disfrutan, para qué son buenos”, le dice Melcher a BBC Mundo.

La segunda razón, explica, es que naturalmente las personas cambiamos con el tiempo.

“Lo que alguna vez fue satisfactorio o interesante deja de serlo y tenemos que descubrir qué es lo que realmente queremos hacer”, agrega.

“Es fácil culpar a factores externos por nuestro malestar, como tener malos jefes, falta de tiempo o inestabilidad corporativa”.

Pero de acuerdo a su experiencia, los factores internos de cada persona, suelen ser los más importantes.

Estos son cinco pasos que te pueden ayudar a mejorar el nivel de satisfacción en el ámbito laboral, según Michael Melcher.

Paso 1: Invierte 20 minutos al día trabajando “sobre” tu carrera y no “en” tu carrera
No es necesario hacer un gran cambio para avanzar. Las cosas que haces sistemáticamente cada día son más importantes que lo que haces de vez en cuando.

La clave está en tomar un objetivo y dividirlo en partes, para avanzar paso a paso.

Ahora bien, si divides tus tareas entre las cosas importantes y las cosas urgentes, la mayor parte del desarrollo profesional a largo plazo caerá en la categoría de importante, pero no urgente.

Y eso puede terminar siendo una trampa, porque es probable que sigas postergando aquello que no requiere una respuesta inmediata.

“Invertir 20 minutos al día en tareas importantes, que no son urgentes, ayuda a resolver la tendencia a procrastinar”.

Paso 2: En vez de quedarte meditando, crea experimentos para probar las cosas
Aprendemos a través de la experimentación de las cosas, no reflexionando sobre ellas todo el tiempo.

Dedicar tiempo para pensar lógicamente sobre tu carrera puede no ser la mejor estrategia. Es muy difícil “pensar” la manera de llegar a la respuesta correcta.

Lo más aconsejables es intentar diferentes cosas y después evaluar qué estamos aprendiendo de esa experiencia.

Paso 3: Recolecta tu propia información en 360 grados: pregúntale a otros cómo te ven
Es recomendable sentarse con un amigo y pedirle que te ayude a hacer algunos ejercicios.

Uno de ellos, por ejemplo, es pensar sobre una buena experiencia laboral, o un momento en que estabas realmente comprometido con algún proyecto de trabajo.

Incluso puedes ponerte en un escenario donde te sentías realmente bien, como corriendo un triatlón o viajando.

Pregúntate cosas como: ¿qué estaba haciendo exactamente? ¿qué sentía? ¿quiénes participaban? ¿cuál era mi talento?

Y le puedes preguntar a la otra persona que te acompaña en el ejercicio, ¿qué patrones se repiten en mi?

Es posible que algunas de esas respuestas te permitan identificar algunos de tus valores fundamentales.

Paso 4: Recoge distintas visiones, sin evaluar inmediatamente si son ideas prácticas
Traza diferentes posibilidades de trabajo. Todas, sin importar si son factibles o cuáles son más razonables que otras.

Con esa lista, piensa en varias preguntas para cada uno de ellas.

Por ejemplo, ¿qué tan interesante sería hacerlo? Usa una escala de 1 a 10 para la respuesta.

Segundo, ¿qué tan difícil sería ponerlo en práctica? Y por último, ¿cuánto realmente sabes de ese trabajo que estás imaginando? ¿que tan profundo es tu conocimiento?

Paso 5: Acepta que las carreras no son lineales
Todas las profesiones tienen transiciones y ciclos.

No importa lo bien que manejes tu carrera, o qué tan competente seas, generalmente todos pasamos por ciclos altos y bajos.

“Mi experiencia se parece más bien a un modelo de espagueti”, dice Melcher.

Puedes dar dos pasos adelante, dos atrás, o avanzar hacia el lado.

No significa que estés haciendo las cosas mal. Significa que estás explorando la mejor manera de satisfacer las demandas del momento en el que se encuentra tu vida.

El “crecimiento paralelo”
El hecho de que las carreras no sean lineales se relaciona directamente con la estrategia del crecimiento paralelo.

Básicamente se trata de desarrollar intereses, competencias y conexiones que se relacionan con un interés en particular, mientras estás desarrollando otra cosa como carrera principal.

Por ejemplo, si trabajas en marketing o finanzas, pero tienes un interés en la política, el crecimiento paralelo te permitiría encontrar maneras para aprender, experimentar y conectar con otras personas en ese campo alternativo.

Y otro aspecto relevante es no hacerse un boicot.

“Cuando se nos presenta un destello de algo interesante, a veces decidimos que no va a funcionar, o que no es práctico, o que no estamos seguros”.

Por eso no está demás prestarle atención a esas pequeñas señales.

“La mayoría de las pasiones de la gente no son obvias. Es más probable que comiencen como una intuición, un sentimiento o un atisbo, antes que un rayo”.

Fuente: www.bbc.com

Las últimas intervenciones militares de EE.UU. en América Latina que acabaron con un cambio de gobierno

Uno de los elementos de los que no se deja de hablar desde el inicio de la crisis en Venezuela es una hipotética intervención militar por parte de Estados Unidos.

La idea no es nueva. El presidente Donald Trump ya se refirió en 2017 a “una posible opción militar si es necesaria” en el país sudamericano.

Pero la idea está más presente que nunca desde que Juan Guaidó se juramentara como “presidente encargado” de Venezuela el pasado 23 de enero y Nicolás Maduro lo calificara de “intento de golpe de Estado” orquestado con el apoyo de EE.UU.

Trump reitera desde entonces que “todas las opciones están sobre la mesa”. Y aún resuena el polémico mensaje de “5.000 militares a Colombia” visto en un cuaderno del asesor de Seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, quien instó a los militares venezolanos a apoyar a Guaidó.

Cuando se le pregunta si permitiría una intervención, Guaidó no descarta la opción.

La mayoría de países latinoamericanos, que reconocen el gobierno de Guaidó, se oponen sin embargo a esta posibilidad.

El pasado 25 de febrero, los países del continente reunidos en el Grupo de Lima afirmaron que “la transición a la democracia debe ser conducida por los propios venezolanos pacíficamente”.

No en vano, Washington ya tiene un largo historial de intervenciones en la región alegando la defensa de sus intereses de seguridad y que aún siguen muy frescas en la memoria de América Latina.

Un artículo de la universidad estadounidense de Harvard de 2005 repasó los episodios en los que EE.UU. intervino en América Latina para cambiar gobiernos, concluyendo que de 1898 a 1994 había ocurrido hasta en 41 ocasiones: una vez cada 28 meses.

“[Las intervenciones] generaron un resentimiento innecesario en la región y cuestionaron el compromiso de EE.UU. con la democracia y el estado de derecho en los asuntos internacionales”, escribió John H. Coatsworth, historiador y autor del artículo.

Atendiendo a este estudio de Harvard, en BBC Mundo recordamos los países de América en los que intervenciones “directas” (que desplegó fuerzas militares o fueron organizadas por sus agentes de inteligencia) dieron un giro radical a su política nacional.

Cuba
El interés de Estados Unidos por expandir su territorio a finales del siglo XIXfue trascendental para que pusiera su foco en el Caribe, donde España conservaba algunas de sus últimas colonias que se negaba a vender a Washington.

Cuba, inmersa en su guerra de independencia de los españoles desde 1895, vio cómo EE.UU. se sumaba a su contienda contra los europeos tres años más tarde.

El motivo oficial de su intervención fue el hundimiento del acorazado estadounidense Maine frente a La Habana, de lo que acusó a España aunque esta lo negara.

El conflicto, conocido como guerra hispano-estadounidense de 1898, acabó con la derrota de España y su pérdida de Cuba, junto a otras colonias como Puerto Rico, Filipinas y Guam.

Aquel gobierno militar estadounidense en la isla duró cuatro años, hasta el momento en que Tomás Estrada Palma asumió como presidente de una Cuba recién independizada.

Pero la influencia de Washington, que estableció entonces su base naval en Guantánamo, era cada vez mayor.

En 1906, Estrada Palma solicitó la presencia de fuerzas militares estadounidenses por el estallido de una crisis interna y de insurrección contra su gobierno.

Aquella segunda intervención estadounidense en Cuba, que se prolongó por tres años, terminó con la elección de José Miguel Gómez como segundo presidente del país caribeño.

En 1917, los marines volvieron a desembarcar en Cuba ante un clima de gran inestabilidad, lo que dificultó el correcto funcionamiento de las instituciones nacionales y fomentó la idea de solicitar una intervención extranjera en cuanto la situación en la isla no era como sus políticos habían previsto.

Panamá
Panamá es otro de los países latinoamericanos cuya historia está fuertemente influenciada por la presencia de Estados Unidos.

En 1903, la intervención de Washington fue determinante para que el país centroamericano (por aquel entonces un departamento de Colombia) lograra la separación.

A cambio, Panamá firmó el Tratado Hay-Bunau Varila por el que cedía a EE.UU. 16 km. de ancho en la zona del Canal a perpetuidad, lo que dejó el país dividido físicamente en dos hasta que recuperó la soberanía de su territorio a finales de 1999.

Diez años antes, en 1989, EE.UU. bombardeó Ciudad de Panamá en un intento de capturar al general Manuel Antonio Noriega, gobernante de facto del país, y a quien la justicia estadounidense acusaba de narcotráfico.

Distintas fuentes cifran entre 500 y 4.000 las muertes de civiles. Especialmente dramática fue la operación sobre El Chorrillo, un barrio popular donde se encontraba el Cuartel Central de las Fuerzas de Defensa y las oficinas de Noriega, y que quedó destruido casi por completo entre grandes incendios.

Guillermo Endara, ganador de las elecciones de mayo de 1989 y cuyos resultados Noriega se había negado a aceptar, juró su cargo como presidente en plena invasión en una base militar estadounidense en la Zona del Canal.

Noriega se entregó mes y medio después del inicio del ataque y fue condenado a prisión en EE.UU. En 2011 regresó para seguir cumpliendo condena a Panamá, donde murió en 2017.

Nicaragua
A principios del siglo XX, la relación entre EE.UU. y el presidente de Nicaragua, José Santos Zelaya, era especialmente tensa por la supresión de concesiones a las compañías estadounidenses en el país o por el apoyo estadounidense a Panamá como escenario para la construcción del canal interoceánico.

Juan José Estrada Morales, gobernador de la región con capital en el municipio costero de Bluefields (centro de las inversiones estadounidenses en Nicaragua), impulsó un alzamiento contra Zelaya apoyado por EE.UU.

La ejecución por parte de las autoridades de Nicaragua de dos ciudadanos estadounidenses acusados de participar en el alzamiento precipitó que, en 1910, marines desembarcaran en los municipios costeños de Corinto y Bluefields con la justificación de proteger a sus ciudadanos y sus propiedades en el país.

Zelaya sucumbió a la presión política estadounidense y huyó del país. En 1910, Estrada Morales se convirtió en presidente de Nicaragua con el reconocimiento oficial de Washington, que inició así una larga influencia sobre Nicaragua durante décadas.

Los enfrentamientos entre los conservadores representados por los gobiernos nicaragüenses respaldados por EE.UU. y los liberales continuaron.

En 1912, el presidente Adolfo Díaz solicitó a Washington que interviniese en el país asegurando que no podía garantizar la seguridad ni de los ciudadanos de EE.UU. ni de sus propiedades en Nicaragua.

Las tropas de Washington tomaron entonces el control del ferrocarril que unía el puerto de Corinto con Granada (clave para los intereses de Washington) y condenando al fracaso cualquier intento de alzamiento por parte de los liberales, que acabaron rindiéndose.

La presencia militar estadounidense continuó en Nicaragua por más de una década, hasta 1925.

Tras las elecciones celebradas un año antes, los liberales habían conseguido volver al gobierno a través de una alianza con los conservadores, lo que causó discrepancias entre ellos.

Pocos después de la salida de EE.UU., el general conservador Emiliano Chamorro dio un golpe de Estado, obligó a rescindir la coalición gubernamental con los liberales y se juramentó como presidente en 1926.

EE.UU., sin embargo, no avaló su nombramiento. Estalló un levantamiento que desencadenó en una guerra civil y EE.UU. volvió a enviar soldados en 1927 que se enfrentaron al movimiento guerrillero de Augusto César Sandino, contrario a la ocupación estadounidense.

El respaldo de liberales y conservadores a Juan Bautista Sacasa, ganador de las elecciones de 1932, ayudó a llegar a un acuerdo que puso fin a la rebelión de Sandino y a la retirada de EE.UU. en 1933.

Washington dejó al militar Anastasio Somoza como comandante de la Guardia Nacional creada por EE.UU. como única fuerza armada del país. Sandino fue asesinado en 1934 y en 1936 Sacada fue derrocado por Somoza, quien permaneció en el poder durante casi dos décadas con el respaldo de EE.UU.

México
En 1914, EE.UU. y México protagonizaron el conocido como Incidente de Tampico, un municipio en el noreste mexicano que contaba con importantes inversiones de compañías petroleras estadounidenses.

EE.UU., que envió a la zona varios barcos para proteger a sus ciudadanos y sus intereses, criticó la detención por parte de soldados federales de algunos de sus marines que habían entrado a un área de acceso restringido.

Washington consideró de extrema gravedad este incidente y se sintió ofendido por el gobierno del presidente mexicano Victoriano Huerta.

Días después, EE.UU. ocupó la ciudad de Veracruz, en el Golfo de México, con el objetivo de evitar la llegada de un gran cargamento de armas destinado al ejército mexicano y apoyar así al general Venustiano Carranza, quien estuvo al frente del ejército constitucionalista hasta el fin de la Revolución mexicana.

Tras el bombardeo y toma del puerto de Veracruz, la intervención estadounidense culminó con la salida de las tropas estadounidenses siete meses después.

Haití
A inicios del siglo XX, EE.UU. también tenía intereses comerciales en Haití, un país con una situación social convulsa y especialmente dominado entonces por la comunidad alemana.

En 1915, tras una revuelta que acabó con el brutal linchamiento del presidente Jean Vilbrun Guillaume Sam, EE.UU. temía la posible subida al poder de Rosalvo Bobo, quien quería frenar las inversiones de Washington y dejar de pagar la deuda contraída con bancos estadounidenses.

En 1915, cientos de marines desembarcaron en Haití. Su intervención militar garantizó que EE.UU. asumiera el control de las aduanas y principales instituciones económicas haitianas, lo que le permitió recuperar parte de sus préstamos al país caribeño.

La intervención de EE.UU. en el que hoy es el país más pobre de América Latina se prolongó durante casi dos décadas hasta 1934.

Haití fue también escenario de la última “intervención directa” por parte del ejército estadounidense hasta la fecha, según el estudio de Harvard.

En 1991, un movimiento militar encabezado por el general Raoul Cédras derrocó al presidente Jean-Bertrand Aristide, elegido en las elecciones de ese mismo año.

Con el gobierno de facto, el país vio aumentar la pobreza y los casos de corrupción, al igual que la inmigración de haitianos a otros países como EE.UU.

En 1994, Washington lideró una coalición internacional y sus fuerzas militares invadieron Haití. Horas más tarde de la llegada de sus primeros efectivos, se alcanzó un acuerdo para que la cúpula militar haitiana renunciara al poder y en 1995 se celebraran elecciones.

República Dominicana
La primera ocupación estadounidense de República Dominicana comenzó en 1916. La inestabilidad del gobierno caribeño entonces era palpable, debido en parte a las discrepancias del presidente Juan Isidro Jimenes con quien fuera su secretario de Guerra, Desiderio Arias.

Años antes, EE.UU. había asumido las deudas aduaneras dominicanas con la firma de un acuerdo mediante el que se le cedía la administración de las aduanas del país caribeño. Washington justificó que esa inestabilidad en el país ponía “en riesgo” el pago aduanero y que República Dominicana incumplía sus compromisos financieros.

En este escenario, Washington planteó la intervención militar como única salida a la crisis del país latinoamericano. Su ejército obligó a Arias a abandonar Santo Domingo y los marines comenzaron la ocupación.

Jimenes renunció y EE.UU. instauró un gobierno militar bajo el mando del contralmirante Harry Shepard Knapp. La ocupación terminaría en 1924.

Décadas más tarde, la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA, por sus siglas en inglés) estuvo implicada en el asesinato de Rafael Leónidas Trujillo, quien gobernó con mano de hierro República Dominicana desde 1930 hasta su muerte en 1961.

Aunque durante la mayor parte de su gobierno mantuvo un buen trato con EE.UU., la relación se torció hasta tal punto de que Washington cerró su embajada en 1960. Una de las causas de este cambio fue el intento de asesinato patrocinado por Trujillo contra el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt.

EE.UU. había aprobado un plan de contingencia para eliminar a Trujillo y entregó previamente tres fusiles a los autores de su asesinato para que reforzaran su arsenal para llevar a cabo su atentado.

Sin embargo, tras el fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos en Cuba el 17 de abril de 1961, Washington intentó detener sin éxito los planes en República Dominicana temeroso de que el complot contra Trujillo también fracasara.

Tras el asesinato y varios intentos de los familiares de Trujillo por mantenerse el poder, el país celebró elecciones en 1962 en las que salió elegido Juan Bosch.

Militares conservadores y parte de la élite de la oligarquía dominicana descontenta con las medidas del nuevo gobierno de Bosch impulsaron un golpe de Estado que lo derrocó en 1963 y que desembocó en una guerra civil.

Los dos años siguientes estuvieron marcados por una fuerte inestabilidad política con numerosas huelgas y conflictos entre quienes apoyaban restituir a Bosch en el poder y los militares que respaldaban el Triunvirato presidido tras el golpe por Donald Reid y apoyado por EE.UU.

Washington, ante el temor de una posible expansión comunista en el Caribe más allá de Cuba, decidió intervenir militarmente en 1965 y ordenó a sus tropas restaurar el orden en República Dominicana.

La presencia militar estadounidense se mantuvo hasta un año después, cuando se celebraron elecciones y Joaquín Balaguer se impuso a Juan Bosch, quien nunca llegó a recuperar el poder.

Guatemala
En 1954, Guatemala vivió un golpe de Estado como resultado de una operación orquestada por la CIA para derrocar al presidente Jacobo Árbenz Guzmán.

Árbenz puso en marcha políticas que el espionaje estadounidense consideraba comunistas y que despertaban su preocupación, así como una excesiva influencia en el gobierno nacional del Partido Guatemalteco del Trabajo.

Una de las principales políticas fue la reforma agraria y en condiciones de expropiación que afectaban a la poderosa compañía bananera estadounidense United Fruit Company, que declinó seguir en el país centroamericano ante las condiciones de Árbenz, que se negaba ampliar sus concesiones.

Bajo la justificación de supuestos vínculos del presidente con la Unión Soviética, EE.UU. apoyó la toma del país por parte del teniente coronel guatemalteco Carlos Castillo Armas con el apoyo de aviones estadounidenses.

Nueve días después de la entrada de las tropas, Árbenz anunció su renuncia.

Granada
Apoyado por varios países caribeños, EE.UU. invadió Granada en 1983 tras el golpe de Estado que llevó a Hudson Austin a autoproclamarse primer ministro de la isla.

EE.UU. justificó su acción por la inestabilidad política en un país tan cercano a sus fronteras, así como por la presencia de estudiantes de medicina estadounidenses en una universidad granadina.

Además, Washington había acusado a Granada de construir instalaciones para ayudar a la militarización del Caribe en favor de los gobiernos de Cuba y la Unión Soviética, algo que las autoridades de la isla negaban.

La invasión estadounidense, durante la que se enfrentaron a soldados granadinos y cubanos durante cuatro días, terminó con la victoria de Washington y el nombramiento de un nuevo gobierno por parte del gobernador general de Granada.

Línea
*El artículo United States Interventions publicado en Revista, Harvard Review of Latin America en que se basa esta nota no incluyó casos “en los que EE.UU. trató de deponer a un gobierno latinoamericano, pero fracasó en el intento”, entre los que el estudio menciona la fallida invasión de Bahía de Cochinos en Cuba en 1961.

Igualmente, la lista no incluye lo que Harvard calificó como 27 “intervenciones indirectas” —donde los protagonistas fueron actores locales en cada país con el apoyo de EE.UU.—, y en lo que enmarca episodios como el golpe militar en Chile que derrocó al presidente Salvador Allende en 1973.

Fuente: www.bbc.com