Archives abril 2019

¿Puedes impedir a tus padres que compartan fotos tuyas en internet?

Tanto si nos gusta como si no, los padres llegaron a las redes sociales.

Las redes son una excelente manera de mantener el contacto. Y siempre es divertido ver a tus padres intentando hacerse selfies o usar emoticonos.

Pero, ¿es correcto que compartan fotos tuyas online sin tu permiso y sin tener conocimiento de la configuración de privacidad?

Y, llegado el caso, ¿cómo puedes convencerlos para que retiren las fotos?

En inglés, la práctica de los padres de compartir en internet noticias y fotos de sus hijos se conoce como ‘sharenting‘, una mezcla entre las palabras ‘share’ (compartir) y ‘parenting’ (crianza).

Este fenómeno acaparó el debate después de que la actriz estadounidense Gwyneth Paltrow publicase una foto de ella y de su hija Apple Martin, de 14 años de edad, esquiando.

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La imagen recibió más de 150.000 ‘likes’, pero a Apple no le gustó tanto.

“Mamá, ya discutimos esto. No puedes publicar nada sin mi consentimiento“, escribió desde su cuenta privada de Instagram.

Paltrow le respondió: “¡Si ni siquiera se te ve la cara!”.

Muchos de los seguidores de Paltrow argumentaron que, como madre, tenía todo el derecho de compartir fotos de su hija.

Pero otros aseguraron que los niños también merecen tener derecho a la privacidad.

¿Por qué molesta el ‘sharenting’?
Paradójicamente, la mayoría de las redes sociales no permiten registrarse a losmenores de 13 años, por lo que algunos adolescentes respetuosos con la norma se sorprenden cuando finalmente consiguen una cuenta.

Konrad Iturbe, un desarrollador de software de 19 años establecido en España, le contó a la BBC que se llevó una “gran sorpresa” cuando se dio cuenta de que sus padres habían publicado fotos de él en internet.

“No me gusta que haya fotos mías en internet; ni siquiera yo publico fotos de mí mismo en mi cuenta de Instagram. Por eso, cuando seguí a mi madre y las vi en su perfil, le dije que las quitase porque no le había dado permiso para subirlas”.

Konrad explica que su madre entendió su postura y que rápidamente resolvió el problema, que es lo que cree que deberían hacer todos los padres.

Explica que al descubrir las imágenes lo sintió como una “violación de la privacidad“. Le molestó particularmente porque había fotos de él cuando era niño y la cuenta de Instagram de su madre estaba abierta al público.

“No quería que se compartieran fotos de mi juventud, es algo muy íntimo“, dice.

Y añade que también le preocupan los “algoritmos de reconocimiento facial” y que alguien lo pueda “rastrear” cuando sea mayor.

Sonia Bokhari, una adolescente de 14 años de Estados Unidos, tuvo una experiencia similar cuando se unió a Twitter y Facebook.

Bokhari explica en la revista ‘Fast Company’: “Cuando vi las fotos que [mi madre] había estado publicando en Facebook durante años, me sentí totalmente avergonzada y profundamente traicionada“.

Y añade: “Allí estaban, para cualquiera que quisiera mirarlo en su cuenta pública de Facebook, todos los momentos vergonzosos de mi infancia: la carta que le escribí al Hada de los Dientes cuando tenía cinco años, fotos de mí llorando cuando era muy pequeña, e incluso fotos estando de vacaciones cuando tenía 12 y 13 años de las que no tenía conocimiento”.

Sin embargo, no a todos les importa el ‘sharenting’. Charlotte Christy, una chica estadounidense de 23 años que estudia en Londres, dice que personalmente cree que es “bastante normal”.

Charlotte tenía 13 años cuando su madre comenzó a subir fotos de ella en Facebook. “Me etiquetaba y lo veía en la página de inicio, por lo que todos podían verlo. Pensé que me daba vergüenza, pero no me molestaba hasta el punto de pedirle que las eliminara”, cuenta.

“Siento que vivimos en una sociedad en la que todos quieren que sus fotos sean realmente favorecedoras. Pero si mi madre publica una foto en la que no salgo especialmente bien, no me molesta”, agrega.

“Creo que comparto fotos de mi madre tanto como ella comparte fotos mías. Compartir me parece algo natural y no veo por qué debería pedirle permiso, es mi madre”.

¿Puede ser peligroso el ‘sharenting’?
Para Sarah (nombre ficticio), una profesional de la salud de 29 años de Hong Kong, lo más preocupante eran las implicaciones en cuanto a la privacidad.

“Cuando tenía 21 años, mi madre me etiquetó en Facebook y vi que había publicado un montón de fotos mías, desde que era un bebé hasta que tenía 20 años”, dijo a la BBC.

“Su configuración era pública, por lo que me pareció algo muy poco seguro. No quería que mis fotos de pequeña se filtraran a todo el mundo y sabía que en Google puedes buscar el nombre de alguien usando sus fotos. Además, al aportar más fotos de mí, las compañías tecnológicas tienen más información sobre cómo soy”, añadió.

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Andra Siibak, profesora de la Universidad de Tartu en Estonia, realizó varios estudios sobre el ‘sharenting’.

En un estudio con niños estonios de entre 9 y 13 años, descubrió que a los niños les gustaba que sus padres compartiesen “cosas positivas sobre ellos”, pero que había “grandes discrepancias entre lo que los niños y los padres consideraban fotos bonitas”.

“Los niños no estaban a favor de que los padres compartieran fotos poco favorecedoras sobre ellos, por ejemplo si estaban despeinados o llevaban un vestido que no les gustaba”, explica Siibak.

Y sigue: “En muchos contextos los padres no consideran que esas cosas sean un gran problema, pero para los preadolescentes podría afectar a la imagen que tienen de sí mismos o podría llevar al acoso cibernético”.

Otro riesgo potencial del ‘sharenting’ es el “secuestro digital“, asegura Siibak, que consiste en que alguien tome fotos públicas de niños y las use con fines sexuales o fraudulentos.

¿Deberían los padres tomarse más en serio las preocupaciones de sus hijos?
Siibak asegura que muchos padres sienten que, como adultos, son responsables del bienestar de sus hijos y no necesitan su permiso mientras crean que las fotos no les hacen ningún daño.

Sin embargo, cuando se le pregunta si los padres deberían tomarse más en serio las preocupaciones sobre privacidad de sus hijos, lo tiene claro: “Absolutamente”.

“El mero hecho de tener una charla que involucre a los niños sobre qué tipo de fotos les gustan y si les parece bien subirlas, ayuda a construir una mejor relación entre padres e hijos“, argumenta.

Los padres suelen establecer reglas estrictas a sus hijos a la hora de usar Internet para que protejan su privacidad, pero Siibak se sorprende de que “las reglas solo parecen aplicables a los niños y no a los adultos de la familia”.

Tanto Konrad como Sarah afirman que sus padres inicialmente ignoraron sus preocupaciones, en parte debido a la falta de comprensión sobre la privacidad de internet.

“Al principio mi madre se rio y dijo: ‘No lo va a ver nadie, es solo para amigos’, aunque su perfil de Instagram estaba abierto para todos”, dice Konrad. Finalmente, después de que él le explicara sus preocupaciones sobre la privacidad, lo entendió y ahora le pide permiso antes de publicar.

En cambio, Sarah explica que al pedirle que cambiara su configuración de privacidad, su madre se sintió “bastante ofendida al principio”.

“Dijo que estaba orgullosa de mí y quería compartir cosas sobre mí en internet… Cuando intenté explicarle [mis preocupaciones sobre la privacidad] no lo entendió y dijo que ‘en internet está todo monitoreado de todos modos’”.

“No creo que muchos padres entiendan la seguridad cibernética tan bien como nosotros, porque su generación nació sin internet“, afirma Sarah.

Finalmente, la chica explica que su madre aceptó cambiar su configuración de privacidad a “Solo amigos”, aunque “tiene más de 1.000 amigos en Facebook y la mayoría de ellos no los conoce, ¡de alguna manera sigue siendo bastante público!”

“Después de etiquetarme, también comencé a recibir solicitudes de amistad de sus amigos. Inmediatamente me negué”. Y añade: “Gracias a Dios, todavía no sabe usar Instagram”.

¿Cómo podemos convencer a los padres para que cambien su configuración?

Es complicado, sobre todo porque no hay manera de impedirles físicamente o legalmente que publiquen. A menudo se trata de recurrir a estrategias de persuasión.

Konrad sugiere apelar a su empatía en formas que puedan entender.

“Yo diría: ¿cómo te sentirías si los abuelos hubiesen publicado fotos tuyas haciendo cosas vergonzosas en la portada de un periódico? En el pasado, las imágenes desaparecían, pero ahora todo se queda para siempre”.

Por su parte, Sarah dice: “Me pareció mejor atenerme a los hechos y no aludir a las emociones”.

“Cuando recorrí a las emociones, diciéndole a mi madre que estaba horrible en las fotos de bebés, o que sentía que las fotos eran indecentes porque no estaba completamente vestida, ella decía: ‘Pero a la gente le parecerá lindo’”, cuenta Sarah.

“En cambio, al explicarle los hechos sobre la seguridad en Internet y que no sabíamos qué haría la gente con esas fotos, mi madre accedió a ser más cuidadosa”.

Aunque sigue publicando fotos suyas sin su permiso, Sarah considera que cambiar la configuración de privacidad de su madre fue un acuerdo razonable. Además, ella también encontró su propia solución.

“Básicamente, cambié mi configuración de privacidad para que mis amigos no puedan ver las fotos en las que me etiqueta mi madre”.

También reconoce que, para muchos padres, compartir fotos de sus hijos es una forma de “expresar su amor”.

“Es una manera de demostrar cuánto extrañan a sus hijos [si no viven juntos]. Esa es una de las razones principales por las que decidí no pedirle que dejase de subir fotos completamente”, concluye Sarah.

Fuente: www.bbc.com

La preocupación por el anuncio de Trump de cortar la ayuda económica a Honduras, Guatemala y El Salvador

La decisión del presidente Donald Trump de cortar la cooperación económica que Estados Unidos envía a Honduras, Guatemala y El Salvador ha desatado numerosos cuestionamientos entre la oposición y organizaciones de ayuda.

El mandatario ordenó la suspensión de las transferencias con el fin de presionar a los gobiernos de estos tres países para que detengan la migración a EE.UU.

La mayoría de migrantes en la frontera sur de EE.UU. dicen que huyen de la violencia en esos lugares y han hecho que el número de solicitudes de asilo aumente significativamente.

Como consecuencia, según autoridades estadounidenses, el sistema migratorio en la frontera con México se encuentra en un punto de quiebre.

“He suspendido los pagos (de ayuda) a Guatemala, Honduras y El Salvador”, dijo Trump a periodistas el viernes.

“Ya no va dinero para allá… les estábamos enviando enormes cantidades de dinero y ya no les estamos pagando porque no han hecho nada por nosotros”, señaló.

Trump también dijo que es probable que cierre la frontera con México si este país no toma más medidas para evitar que los migrantes crucen.

Los críticos de la decisión dicen que cancelar la ayuda perjudicará a los programas que ya buscan persuadir a la gente para que se quede en sus países.

El Congreso de EE.UU. puede tratar de evitar que la ayuda sea redirigida a otra parte.

¿Cuánto dinero se está recortando?
El secretario de Estado, Mike Pompeo, anunció el sábado que ante la orden del presidente, el Departamento de Estado estaba cerrando sus programas de asistencia de los años 2017 y 2018 para los tres países centroamericanos, de acuerdo a la agencia de noticias AFP.

Según The Washington Post, lo que está en juego son casi US$500 millones en fondos de 2018, más los millones de dólares restantes del año fiscal anterior.

Una fuente de Reuters puso la cifra total en unos US$700 millones.

En 2017, Guatemala recibió más de US$248 millones; Honduras, US$175 millones; y El Salvador, US$115 millones.

¿Qué impacto podrían tener los recortes?
Los defensores de la cooperación sostienen que la mejor manera de frenar la migración de la región es estimular el desarrollo económico y reducir la violencia allí, y que es demasiado pronto para juzgar el impacto de la ayuda, que fue impulsada en 2016 por el presidente Barack Obama.

Cortar la ayuda es “dispararse en el pie”, dijo a The New York Times Adriana Beltrán, directora de Seguridad Ciudadana en el grupo de investigación de derechos humanos de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).

“Podemos discutir sobre cómo garantizar que la ayuda sea efectiva, que la asistencia no apoye a los gobiernos corruptos”, señaló. Pero “hay desafíos a largo plazo que necesitan una solución sostenible a largo plazo”.

Un grupo de demócratas de la Cámara de Representantes que visitó El Salvador condenó la decisión de Trump en una declaración conjunta, diciendo que el enfoque era “totalmente contraproducente”.

El senador demócrata Bob Menéndez, del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, dijo que se trataba de un “anuncio imprudente”. Su colega demócrata Dick Durbin también se mostró en desacuerdo.

“Debemos concentrarnos en lo que está sucediendo en América Central, donde tres países se están desarmando ante nuestros ojos y la gente está viniendo desesperadamente a Estados Unidos. Cortar la ayuda no solucionará este problema”, dijo Durbin en el programa Meet The Press, de la cadena NBC.

Sin embargo, el jefe de personal de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, defendió la orden de Trump.

“Si vamos a dar cientos de millones de dólares a estos países, nos gustaría que hicieran más”, dijo en el programa State of the Union de la cadena CNN.

“Si (la ayuda) está funcionando tan bien, ¿por qué la gente sigue viniendo? Solo este mes, 100.000 personas cruzarán la frontera”, aseguró.

“(El programa) no está funcionando lo suficientemente bien como para ayudarnos a resolver nuestra crisis fronteriza. En eso se centró el presidente”, explicó Mulvaney.

¿Puede el Congreso detener los recortes?
El Departamento de Estado de EE.UU. dijo que “involucraría al Congreso en el proceso”, lo que sugiere que los legisladores tendrían que aprobar los recortes.

Sin embargo, según personal del Congreso citado por The Washington Post, Trump tiene “algún margen de maniobra para redistribuir fondos”.

Adam Isaacson, funcionario de WOLA, dijo que anteriormente algunos presidentes se habían negado a redireccionar el dinero por el temor de que los legisladores tomaran represalias y se negaran a financiar proyectos clave del gobierno.

Fuente: www.bbc.com

1989: por qué hace 30 años Colombia vivió el peor año de su historia reciente

1989 fue el año en que Colombia despertó en medio de una pesadilla.

Apenas eran mediados de enero cuando se produjo una masacre por parte de paramilitares en un pequeño municipio del departamento de Santander.

Así empezaba el año en el que el país conocería que la “guerra al Estado” declarada por el narcotráfico se traduciría en el estallido de un avión en pleno vuelo y decenas de atentados con dinamita.

En 1989, el país se estremeció por el asesinato del candidato favorito a convertirse en el siguiente presidente de Colombia.

El año en el que se mató prácticamente todos los meses a alguna autoridad judicial que intentaba plantarle cara a los carteles de la droga.

Colombia no tuvo campeón de fútbol en 1989, el torneo fue suspendido después de que un árbitro fuera asesinado por la mafia.

El año que se perdió todo el control
El director del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas, de la Universidad de Los Andes de Bogotá, Hernando Zuleta sostiene que hace 30 años fue cuando quedó en evidencia que se había perdido todo el control frente a las mafias.

“Durante muchos años no se apreciaba al narcotráfico en su verdadera dimensión, pero en 1989 queda claro que las esferas de poder estaban permeadas y que el cartel de Medellín tenía tanto poder para declararle la guerra al gobierno“, señala el profesor a BBC Mundo.

El experto recuerda que el narcotráfico ya había sido capaz de asesinar a un ministro de justicia, Rodrigo Lara Bonilla, en 1984, pero que en 1989 demostró que no tenía límite alguno en cuanto a sus objetivos militares, ni en la cantidad de dinamita que usaba en sus atentados.

“Yo recuerdo que ese año, como estudiante, evacuaron la universidad por una amenaza de bomba. Mucha gente dejó de ir a sitios públicos como discotecas o bares”, relata.

Zuleta indica que la sensación general en ese entonces era que “los colombianos estaban siendo extorsionados por una organización con un gran poder”.

“Sentíamos que el cartel de Medellín tenía contra las cuerdas al gobierno y que el Estado estaba en la disyuntiva entre ceder o que sigan los atentados”, afirmó.

El profesor universitario indica que los otros picos de violencia que vivió Colombia a lo largo de su historia tenían de trasfondo una disputa política, pero que en este caso se trató de un grupo que quería seguir intocable operando desde la ilegalidad.

A lo largo de su historia, este país supo de secuestros, extorsiones y asesinatos, pero nunca del estallido de una bomba dentro de un avión en pleno vuelo.

Las violencias
María Elvira Samper, quien presentó a principios de mes un libro titulado precisamente “1989”, explica las razones de por qué es el peor año de la historia reciente de Colombia.

“Es un año en que se hacen explícitas una serie de violencias que venían gestándose de a poco y explotan en ese 1989”, explica a BBC Mundo.

Samper enumera elementos como la consolidación del paramilitarismo, el auge de la guerra de los carteles de Medellín y Cali y la aparición del “narcoterrorismo” a partir de la llegada de mercenarios extranjeros para entrenar al crimen organizado.

Los carteles de Medellín y Cali, dominantes en ese entonces, demostraron cada vez más habilidad en el uso de carrobombas a control remoto y armamento pesado como los lanzacohetes.

Sin embargo, para Samper en ese año también se llega a niveles desconocidos en el enfrentamiento entre esmeralderos y se multiplican los asesinatos selectivos de jueces y magistrados.

“Es un año crucial de eclosión de distintas violencias de manera inusitada. Había unas instituciones muy débiles y un aparato judicial muy precarizado”, concluye.

Samper explica que en 1989 una importante parte de la población de Colombia habían comenzado a vivir “atemorizada” de manera constante.

“Hoy pasó esto, mañana qué será…”, recuerda que era lo que se pensaba en ese entonces.

La periodista recuerda la conmoción nacional tras el estallido en el aire de una aeronave de Avianca, el 27 de noviembre, cuando murieron 107 personas.

“Estremeció al país porque nos preguntábamos hasta dónde son capaces de llegar. Todas las víctimas eran gente inocente“, concluye.

César Gaviria, quien después sería presidente de Colombia, fue señalado el objetivo de aquel atentado.

“El grado de intimidación era tal que cuando César Gaviria se subía a un avión la gente se bajaba. Tuvo que dejar de viajar en vuelos comerciales”, recuerda Samper.

La política y el asesinato de Galán
Otras dimensiones de la vida pública colombiana, como la política, no podían estar al margen de lo que generaba el poder del narcotráfico, explica el historiador del Instituto Caro y Cuervo, con sede en Bogotá, Felipe Arias Escobar.

“La mafia fue capaz de cooptar agentes de la política y la fuerza pública, lo que demuestra la debilidad que existía en la institucionalidad de ese entonces”, indica el investigador.

Arias añade que no se puede hablar del todo de un tensionamiento entre el campo político y la criminalidad, “porque ambos tenían un pie en el otro lado”.

El historiador indica, por ejemplo, que el asesinato de Luis Carlos Galán, el candidato favorito en las encuestas en 1989, fue perpetrado por el narcotráfico, pero además fue un operativo concertado con políticos y la fuerza pública.

El político liberal murió a tiros en medio de una concentración popular en la que promovía su candidatura y a su partido, el Nuevo Liberalismo.

Galán usó como sus banderas la recuperación de la ética en la política y el combate frontal al narcotráfico.

Arias recuerda que en 1989 también se continuó con el llamado genocidio de la Unión Patriótica, partido que surgió de una negociación con las FARC y que fue perseguido por el paramilitarismo.

Finalmente, el investigador sostiene que, pese a que todavía persisten estructuras estatales penetradas por la ilegalidad, episodios como la muerte de Galán y otros provocaron una reacción en el país que produjo ciertos cambios.

“Tuvimos hace 30 años una institucionalidad que fue capaz de reaccionar a las amenazas, a sus crisis, al exterminio de sus líderes y legándonos una Constitución (en 1991) producto del consenso, garantista e incluyente”, concluye.

Terreno fértil por la contracción económica
Mientras tanto, desde el aspecto económico, 1989 fue un año en el que Colombia tenía muy limitada inversión extranjera directa y se recuperaba de la crisis financiera de 1984 que provocó la nacionalización de la banca.

Para el economista Andrés Álvarez, los problemas económicos colombianos produjeron un terreno fértil y una sociedad frágil para que los carteles crecieran y controlaran zonas urbanas.

“La contracción económica, las dificultades que pasaba la gente, abonaron el terreno para que se desarrolle la economía del narcotráfico, que absorbió una mano de obra que no encontraba trabajo en el sector real”, indica a BBC Mundo.

Álvarez añade que las enormes cantidades de capital del narcotráfico generaron distorsiones en los mercados de bienes de lujo como los inmuebles por la enorme cantidad de compras y los precios que se pagaban.

El profesor universitario señala, sin embargo, que el ingreso de tales montos de dinero ilegal no generaron beneficios directos al país, puesto que los narcotraficantes lo utilizaban solo en ciertos rubros en Colombia.

¿Puede volver a pasar?
Los expertos consultados coinciden que “es difícil” que Colombia viva un año con tal cantidad de grandes atentados y violencia como en 1989, por las nuevas dinámicas dentro del mundo del crimen organizado.

Sin embargo, apuntan que ciertos sectores de la política siguen vinculados a circuitos delictivos y que los homicidios selectivos siguen ocurriendo, como en el caso de los cientos de líderes sociales asesinados en los últimos dos años.

Es posible que no vuelvan a surgir organizaciones narcotraficantes como los carteles de Medellín o Cali, pero la producción de cocaína está en la actualidad en niveles no vistos desde ese entonces.

1989 terminó con la muerte de Gonzalo Rodríguez Gacha, alias el Mexicano, el lugarteniente de Pablo Escobar.

“Es un punto de inflexión, porque se vio que los poderosos narcos no eran invulnerables“, apunta Samper,

Así acabó un año que, tal vez, Colombia merece olvidar, pero que no debería hacerlo.

Fractura de placa de Nazca provocó el sismo más fuerte de esta madrugada en Ecuador

Una casa en comuna de Santa Elena colapsó de manera parcial durante los sismos

Una casa colapsó de manera parcial en la comuna Palmar
Sismos se reportan frente a las costas de Ecuador

Sismos se reportan frente a las costas de Ecuador
Fractura de la Placa de Nazca provocó movimiento telúrico en Ecuador

Fractura de la Placa de Nazca provocó movimiento telúrico en Ecuador
Dos sismos que se produjeron con pocos minutos de intervalo y en diferentes provincias de Ecuador coincidieron en el día, pero se deben a procesos diferentes, de acuerdo a un informe que entregó la mañana de este domingo el Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional.

El de la madrugada de este domingo 31 de marzo, cuando alrededor de las 02h04 se sintió el movimiento sísmico más fuerte, con magnitud 6.1 Mw (magnitud de momento sísmico con inversión de formas de onda) junto con las réplicas, con magnitudes entre 2.2 y 5.4 MLv que lo acompañaron, responde al proceso de subducción de la placa Nazca bajo la placa continental o Sudamericana.

El primero de los sismos, que remecieron localidades del litoral de Ecuador y que tuvo un epicentro costa afuera de Salinas, provincia de Santa Elena, con una magnitud de 6.1 de magnitud, fue seguido por un total de 27 réplicas. El otro ocurrió al norte de Nobol, provincia del Guayas, a las 02:32, con una magnitud de 4.1 Mlv. asociado, en cambio, al movimiento de fallas de la corteza (corticales) en la zona.

¿Qué es la subducción de la Placa de Nazca?
El registro de estos eventos en la costa central: el primero, costa afuera de la provincia de Santa Elena y el segundo en la provincia de Guayas, provocó temor en cientos de turistas que disfrutaban de la temporada playera en balnearios como Salinas y que de manera precipitada comenzaron a retornar desde la madrugada.

Listado de los eventos ocurridos costa afuera de Salinas:

02h04, de 6,1 Mw (el movimiento más fuerte)
02h08, de 4,9 MLv
02h12, de 4,5 MLv
02h27, de 4,8 MLv
02h28, de 5,4 MLv
02h35, de 3,5 MLv
02h45, de 4,1 MLv
03h53, de 3,9 MLv
03h54, de 4,0 MLv

Así sintieron los movimientos

Los reportes ciudadanos recibidos en el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional provenían en su mayoría de las provincias de Santa Elena, Manabí y Guayas, particularmente de la ciudades Santa Elena, Guayaquil, Manta, Portoviejo y poblaciones aledañas.

La información recibida indica que en las ciudades de Salinas, Santa Elena, y en poblaciones como Ballenita, La Libertad, Olón el evento fue fuertemente sentido pero sin sufrir daños en las estructuras. Estas características indican que para estas poblaciones la intensidad asignada es de 5 EMS.

En ciudades como Guayaquil, Manta y Portoviejo la intensidad asignada en la Escala Macrosísmica Europea es de 3-4 (EMS). En las provincias del El Oro, Los Ríos y Santo Domingo de los Tsáchilas (2-3 EMS), el movimiento fue sentido levemente y, en general, no se tiene reportes de daños en edificaciones para estas ciudades.

En las provincias de Azuay, Cañar, Bolívar, Chimborazo, Tungurahua, Cotopaxi y Pichincha, el evento fue sentido levemente (2 EMS).

Daños materiales

Como producto del fuerte movimiento, una casa de dos plantas y de construcción mixta colapsó de manera parcial en la comuna Palmar, de la provincia de Santa Elena. No se han reportado más daños.

 

Fuente: www.eluniverso.com

Cómo fue la mayor matanza del siglo XX en Latinoamérica

Horas después de que se fueran los soldados, el fuego todavía iluminaba la noche, impregnada por el olor rancio de la carne humana quemada. Rosario López fue una de las pocas que sobrevivió.

Era el 11 de diciembre de 1981 y, en la mañana, iba a visitar a su madre, que vivía más abajo, en la hondonada de La Joya, una aldea perdida en los confines de El Salvador.

Fue entonces cuando los vio. A la orden de uno de los jefes, comenzaron a separar a los hombres a un lado, a las mujeres del otro, a los niños hacia más allá.

De pronto oyó unos quejidos, un movimiento inusual: estaban disparando a unos, cortando el cuello a otros, violando a las mujeres más jóvenes.

Quiso gritar, correr hacia los miembros de su familia que estaban matando, estar con ellos, correr la misma suerte.

“Se oía a la gente llorando, los niños gritando por miedo, pidiendo que no los mataran”.

Pero se dio la vuelta, volvió hasta su casa para buscar a sus hijos, a su marido, para intentar salvarlos si todavía le daba tiempo.

Lograron escapar poco antes de que los soldados llegaran a su puerta.

Se escondieron entre los matorrales, treparon por las malezas y sobre el fango, hasta que encontraron una cueva allá arriba, en las montañas.

Abajo, en La Joya, se escuchaban los gritos y ráfagas secas de disparos. Un humo denso cubrió el cielo en la noche.

“Quemaron todito, todito. Mataron hasta los cerdos, el ganado, las bestias, no quedó nada“.

II
Entre el 10 y el 12 de diciembre de 1981, miles de soldados que combatían a la naciente guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) lanzaron la llamada Operación Rescate en varios caseríos del este de El Salvador.

El Mozote, La Joya, Cerro Pando, Jocote Amarillo, Ranchería y Los Toriles fueron prácticamente reducidos a cenizas.

Algunos grupos de derechos humanos estiman en más de 800 los muertos. Otros en más de 1.000. Todos coinciden en que la mayor parte de ellos eran niños.

Para muchos, fue la mayor masacre en la historia moderna de América Latina.

III
Rosario López perdió 24 miembros de su familia en un solo día y esperó 27 años para poder enterrarlos.

Dice que fue afortunada, entre los tantos que aún se preguntan por el destino incierto de los suyos: en diciembre pasado, le entregaron los restos de los últimos cuatro niños que no se habían logrado identificar.

En realidad, solo recibió una pequeña caja: dentro quizás solo había algún hueso, un diente, un mechón de pelo, alguno de los pocos despojos humanos que han logrado ponerle nombre con pruebas de ADN en los últimos tres años.

Pero para ella ha sido un acto de reparación, el cierre de un ciclo.

Antes pudo dar sepultura a su madre, a sus hermanos, a una prima en el último mes de embarazo…

También a una bebé nacida el 10 de diciembre de 1981 y asesinada un día después, cuando el Batallón de Infantería de Reacción Inmediata “Atlacatl, un comando entrenado en Estados Unidos, arrasó con su aldea.

“Yo solo quisiera poderle preguntar una cosa a los militares antes de morirme: saber por qué mataron tantas criaturas”.

IV
Manuel Escalante, del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana, le cuenta a BBC Mundo que lo sucedido en 1981 fue parte de una “política de exterminio” de la que las fuerzas armadas que identificaban a las poblaciones rurales como retaguardia de las guerrillas.

“El Ejército estableció una estrategia de eliminación de toda forma de vida, incluida la humana, en ese sector rural bajo la idea equivocada de que estaba dañando al FMLN cuando en realidad lo que estaban masacrando era la población civil”, explica.

El Ejército del Salvador no ha reconocido su participación en la masacre y asegura no tener ningún documento de la época que corrobore esos hechos o la intervención de sus fuerzas en estos poblados.

El gobierno también lo negó por años, hasta 2012, cuando el entonces presidente, Mauricio Funes, pidió perdón en nombre del Estado tras una sentencia condenatoria de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

V
“Yo recuerdo eso y se me parte el alma: en una casa escribieron con sangre en una pared: ‘Un niño muerto, un guerrillero menos’. Eran niños inocentes, qué guerrilleros de qué, eran solo niños”.

VI

El esposo de Rosario, José de los Ángeles Mejía, bajó a La Joya varios días después.

Entre las cenizas, vio los primeros signos del horror: el pueblo arrasado, sembrado de cadáveres que se empezaban a descomponer.

Algunos rostros todavía le resultaban familiares: uno hijo de los Chavarría, la mayor de los López, aquel de los Pérez.

Fue entonces cuando también encontró el cadáver de su cuñada, con las piernas abiertas, el sayón alzado, la ropa interior quitada.

“Era la más jovencita, la más bonita de todas”, cuenta López en conversación telefónica con BBC Mundo.

Mejía, que tenía entonces 37 años, primero la cubrió. Luego le dio sepultura como pudo, entre los más de 300 cuerpos que quedaron regados por la aldea.

Regresó a la cueva.

Vivieron allí escondidos por cinco años, ocultos del terror, con pánico de ser descubiertos, hasta que unos funcionarios de la Cruz Roja los encontraron haraposos y hambrientos a finales de 1986.

“Comíamos algún guineo que cazábamos, bebíamos agua del río. Algunos días nos los pasábamos sin comer”.

VII

Wilfredo Medrano, representante de los sobrevivientes ante la CIDH, le asegura a BBC Mundo que la operación formó parte de una serie de estrategias diseñadas desde Estados Unidos para combatir la insurgencia en Latinoamérica.

“Bajo el gobierno de Ronald Reagan se destinaba al gobierno de El Salvador casi US$1 millón diario, que iba a pertrechos militares, adiestramiento, alimentación, colaboración de asesores o la formación de los batallones de contrainteligencia que fueron a formarse al Comando Sur o a Georgia”, afirma.

En su criterio, EE.UU. implementó en El Salvador técnicas de guerra que incluso habían fallado en Vietnam, como los desplazamientos forzosos, la destrucción de poblados, bombardeos y aniquilamiento de poblaciones.

El gobierno de Estados Unidos, por años, ha asegurado que su ayuda iba destina a la consolidación de la democracia en El Salvador.

Cuando la prensa estadounidense publicó informes sobre lo sucedido en diciembre de 1981, el entonces subsecretario de Estado para los derechos humanos y asuntos humanitarios, Elliott Abrams, descartó las denuncias como “propaganda comunista“.

Un día después de los reportes, certificaría ante el Congreso que en El Salvador se estaban dando pasos “fabulosos” en pro de la democracia.

Informes desclasificados años más tarde demostraron que Abrams, ahora enviado especial de Trump a Venezuela, estaba al tanto de lo sucedido en El Mozote y ocultó deliberadamente la información al Senado.

VIII

13 de febrero de 2019/Audiencia ante el Congreso de Estados Unidos de Elliott Abrams, enviado especial del presidente Donald Trump a Venezuela.
Ilhan Omar, congresista demócrata por Minnesota: “El 8 de febrero de 1982, usted testificó ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado sobre la política exterior de Estados Unidos en El Salvador. En esa audiencia, usted rechazó como propaganda comunista un informe sobre la masacre de El Mozote, en la cual más de 800 civiles, incluidos niños de dos años de edad, fueron brutalmente asesinados por tropas entrenadas por Estados Unidos.

“Durante esa masacre, algunas de esas tropas se jactaron de haber violado a niñas de 12 años antes de que las mataran.

“Más tarde usted dijo que la política de Estados Unidos en El Salvador fue un ‘logro fabuloso’. ¿Todavía cree que fue así?”.

Elliott Abrams: “Desde el día en que el presidente (José Napoléon) Duarte fue elegido en una elección libre (1984), hasta el día de hoy, El Salvador ha sido una democracia. Ese es un logro fabuloso”.

Ilhan Omar: “Responda sí o no, ¿crees que la masacre fue un logro fabuloso que ocurrió bajo nuestra responsabilidad?”.

Elliott Abrams: “Esa es una pregunta ridícula y no la responderé”.

Ilhan Omar: “Tomaré eso como un sí. Responda sí o no, ¿apoyaría a una facción armada dentro de Venezuela que se involucre en crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad o genocidio si cree que estaban sirviendo a intereses de Estados Unidos como lo hizo en Guatemala, El Salvador y Nicaragua?”.

Elliott Abrams: “No voy a responder a esa pregunta”.

IX
Rosario tiene 72 años y dice que por casi cuatro décadas su tarea ha sido recordar cada instante, cada cada rostro, de aquel 11 de diciembre.

Poco después de la masacre, escribió en una libreta el nombre de cada uno de sus muertos, para que el tiempo no pudiera borrarlos de allí, aunque el recuerdo de algunos sea cada vez más vago en su memoria.

Pero dice que su mayor temor es morir también y no ver que la justicia lleguea los culpables.

Casi 40 años después, nadie ha sido juzgado.

Una ley de amnistía de 1993 impidió por más de 20 años que se investigara lo sucedido.

Finalmente, en 2016, un dictamen de la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la ley y, poco después, un juez ordenó que se reabriera el caso.

Casi tres años después, la causa todavía está en fase de instrucción y se desconoce si llegará finalmente a juicio.

Pero lo que más preocupa a los sobrevivientes, sin embargo, es un proyecto de “ley de memoria” que amenaza con enviar otra vez a los archivos la investigación sobre aquellos días de finales de 1981.

“Quieren hacer que olvidemos todo de nuevo y hay cosas que no se pueden olvidar”, dice López.

X
“Se concede amnistía amplia, absoluta e incondicional a favor de todas las personas, independientemente del sector al que hubieren pertenecido”.

Artículo I, anteproyecto de nueva Ley de Reconciliación Nacional.

XI
Según explica el abogado Medrano, el proyecto responde a una orden de la Corte Suprema tras la declaración de la inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía en 2016.

“En cumplimiento de esa sentencia se creó ahora una comisión ad hoc formada por exmilitares y exmiembros de la guerrilla que han hecho un borrador de dicha ley, pero que pretende decir otra vez borrón y cuenta nueva“, afirma el también representante de Tutela Legal María Julia Hernández, la organización de la Iglesia católica que impulsó la investigación de la masacre.

La propuesta, explica, conllevará que una gran parte de casos no sean juzgados, que algunos prescriban o que los culpables sean condenados a penas distintas a la cárcel.

Naciones Unidas condenó el proyecto y consideró que su aprobación vulneraría el derecho de las víctimas a la justicia y la reparación.

Pero su creador, el diputado y exabogado de la Fuerza Armada, Rodolfo Parker, asegura que la nueva ley incluirá únicamente delitos “distintos a crímenes de lesa humanidad y graves crímenes de guerra” que, en su criterio, podrán seguir siendo juzgados.

Pero Rosario dice que ella ya no cree en los políticos, que solo quiere “el verdadero alivio” para lo que más le duele, que solo quiere justicia.

“Uno solo pide justicia y justicia no hay. Pero yo seguiré hablando, iré donde tenga que ir, porque lo que en este tierra se hace, en esta tierra se paga”.

Fuente: www.bbc.com